Las universidades captan nuevos estudiantes en Internet. Las nuevas tecnologías han hecho posible que cada vez más títulos se ofrezcan en formato on line, una tendencia a la que cada vez se apuntan más campus.
Un profesor de matemáticas con cuatro millones de alumnos al mes. No es ciencia ficción, es lo que le ocurre a Salman Khan, un joven norteamericano que un día decidió echarle una mano a unos familiares con las matemáticas y creó una serie de tutoriales que colgó en Youtube. Sin darse cuenta, Salman Khan estaba inaugurando una fórmula educativa que puede revolucionar el mundo y que acerca el conocimiento a cualquier persona con un dispositivo conectado a Internet.
Pasado el tiempo y viendo la repercusión que tenía, este joven de origen bangladesí y nacido en Nueva Orleans creó Khan Academy, una plataforma en Youtube con vídeos de menos de quince minutos, con clases dirigidas a todo tipo de estudiantes: desde las más básicas hasta los contenidos en la materia que manejan los universitarios. El proyecto captó el interés de Bill Gates, cuya fundación se convirtió en uno de los apoyos fundamentales y ha conseguido acercar la formación gratuita en matemáticas, ciencias, economía, artes y humanidades e informática a personas de todo el mundo.
Esta academia pertenece a la nueva era de la comunicación, en la que el conocimiento ya no es una posesión exclusiva de los poderosos y se pone al alcance de todas las personas que puedan acceder a la Red. Una muestra de las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías y hacen que ahora sea, en palabras del director de la Fundación Eduarda Justo, Juan Martínez Barea, “el mejor momento de la historia de la humanidad”, tal y como afirma en su libro ‘El mundo que viene’.
El mundo está ante una nueva era, las universidades tienen un papel fundamental en la difusión del conocimiento, mucho más allá de las titulaciones que ofrecen de forma tradicional. Y no han renunciado a la oportunidad que se les presenta. Las fórmulas son muy diversas y van desde propuestas de conocimiento gratuito y abierto como los MOOCs (massive open online course), hasta la incorporación de las herramientas de la información y la comunicación a la docencia en el aula, incluso a la creación de programas exclusivamente on line, principalmente programas de postgrado y últimamente también los propios grados universitarios.
Ahora, las universidades llaman a la puerta de los estudiantes. Las fronteras de los campus se han roto, son globales para ofrecer formación a estudiantes de todo el mundo que no tienen que moverse de su casa para cursar un título de grado o de postgrado. Internet permite que ya no sea necesario pisar un aula o un laboratorio para obtener un título universitario. Estamos ante una nueva etapa a la que se están apuntando principalmente las universidades privadas, y que puede marcar el futuro de los campus de todo el mundo.
El Espacio Europeo de Educación Superior puso las bases para que las universidades se suban al carro de las nuevas tecnologías. Entre sus objetivos, el Plan Bolonia se encamina hacia un modelo educativo que da un papel protagonista al alumno. Invierte los papeles que se habían mantenido hasta ese momento y que hacían que el estudiante fuera una figura casi pasiva, a la espera de recibir los contenidos que los docentes ponían a su disposición. Ahora la filosofía es bien distinta. Los estudiantes toman un papel activo, están obligados a investigar, a recabar información, a configurar su propio currículo, mientras que el papel de los docentes ha pasado al de los mentores encargados de tutorizar esa formación.
Esta nueva forma de entender la educación superior da como fruto profesionales más activos, universitarios emprendedores, que durante el proceso educativo han tomado las riendas de su formación.
Las nuevas tecnologías se presentan como el complemento ideal de esta forma de entender la formación superior, en la medida en que ponen a disposición de los estudiantes un universo de conocimiento a su alcance y la posibilidad de entablar un redes de colaborativas en las que toman parte tanto compañeros como docentes, y de las que surgen experiencias de aprendizaje enriquecedoras.
Las nuevas tecnologías llegaron a las universidades hace años y lo hicieron para quedarse, pero como en todos los ámbitos, en el universitario también hay ritmos diferentes, como se describe en un estudio La Universidad y las TICs, realizado por la Universidad Internacional de La Rioja. En este trabajo firmado por Daniel Burgos y José Manuel Robles se habla de dos tipos de campus: los que incorporan las nuevas tecnologías a su gestión administrativa, y que ofrecen a sus alumnos, en ocasiones casi de forma exclusiva, la vía telemática para hacer todas las gestiones administrativas. Esta tendencia es prácticamente generalizada y sigue los ritmos que llevan otras administraciones, que han optado por la implantación definitiva de la ventanilla electrónica.
Y también están las universidades que han apostado por dar un paso más y, junto a toda la administración electrónica, se han lanzado a ofrecer formación on line en sus diferentes.
Una de ellas es la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM). Este campus destaca en la incorporación de las nuevas tecnologías a su modelo de estudios. La dirección de este campus es consciente del potencial del uso de las TICs en educación superior que llegan al punto de dar un paso más en la oferta de títulos on line. Hasta el momento, la mayor parte de las universidades que han apostado por una formación on line lo han hecho en los títulos de postgrado, generalmente másteres y expertos, que contaban con una parte presencial y otra por Internet, generalmente; y los menos, con un formato totalmente on line.
En el caso de la UCAM se ha apostado firmemente por ofrecer un conjunto de grados on line, títulos oficiales que han pasado todos los controles de calidad y que cuentan con el mismo número de créditos que en su versión presencial. La única diferencia, que para cursarlos no hay que ir a clase y con la ventaja de que el alumno puede organizar su tiempo como mejor le venga, así como realizarlo desde cualquier parte del mundo.
Además de los siete grados que la UCAM oferta on line, esta universidad cuenta con una amplia oferta de acceso a grado o de adaptación a grado del título de FP Superior que puede cursarse exclusivamente a través de Internet. Esta modalidad le permite llegar a más alumnos. A estudiantes que por sus circunstancias no pueden desplazarse al campus, y también a universitarios que por motivos laborales no pueden dedicar parte de su tiempo a acudir a la universidad y prefieren tener la libertad de marcarse sus propios horarios.
Los grados virtuales cumplen con todos los parámetros de calidad, tal y como explica la responsable de la Unidad On Line de la UCAM, Belén López Ayuso. La Universidad pone al alcance de sus alumnos una plataforma de formación on line y toda una serie de herramientas que le permiten estudiar una carrera con las mismas garantías que los compañeros que lo hacen en formato presencial. “Contamos con un sistema de grabación de clases para que los estudiantes puedan seguirlas desde casa y verlas cuando más les convenga. Es cierto que no pueden exponer sus dudas sobre la marcha, como ocurre en las clases presenciales, pero para ello hemos creado un sistema de tutorías on line y a través de ellas pueden dialogar con los profesores”, explica la responsable de la formación on line de la UCAM.
El perfil de los alumnos de un grado on line responde a personas de entre 30 y 40 años, muchos de ellos con estudios universitarios previos, que por cuestiones de trabajo no pueden acudir a clase. Y esas circunstancias son tenidas en cuenta a la hora de diseñar estos estudios. “La mayoría de los estudiantes acceden a la plataforma a partir de las siete de la tarde y los fines de semana. Por eso las tutorías y encuentros virtuales con los docentes están programados por las tardes”, aseguran desde la UCAM.
Además de realizar un seguimiento del trabajo de los alumnos y mantener un contacto constante con ellos, la universidad estudia la situación de cada uno de sus estudiantes de grado para ayudarles en la organización de su trabajo. “Nosotros recomendamos que los estudiantes de los grados on line se matriculen un máximo de 30 créditos por curso, la mitad de un curso normal, porque sabemos que de esta manera pueden compatibilizar con éxito sus estudios con sus obligaciones”, dice Belén López, que afirma que ésta es la fórmula seguida por los deportistas de élite que estudian en la UCAM y que necesitan mucho tiempo para sus entrenamientos diarios, y cita el caso concreto de Mireia Belmonte, la nadadora olímpica y una de las mejores del mundo.
Las titulaciones de grado on line están condicionadas por las prácticas. Hay títulos que requieren que los alumnos acudan personalmente a los laboratorios, y en esos casos resulta inviable pensar en un título completamente on line, por lo que la UCAM ofrece la posibilidad de cursarlo en formato semipresencial, en el que la presencialidad se limita solamente a las prácticas en laboratorio.
Daniel Burgos considera que la implantación de las TICs en las universidades se está realizando a un ritmo desigual y, si bien es cierto que en las parcelas de investigación está muy extendida desde hace años, los procesos burocráticos que se siguen en los campus están ralentizando su implantación en el resto de áreas.
En su estudio, Daniel Burgos y José Manuel Robles concluyen que hasta 2022 no será una práctica cotidiana que el profesorado universitario genere materiales educativos de libre acceso o gratuitos.
La incorporación de las nuevas tecnologías de la información a las universidades depende de dos factores, según el estudio de Daniel Burgos. Por un lado está el económico, que afecta a los procesos de innovación más sencillos y que están relacionados con aspectos que no modifican el modo de operar tradicional de las universidades. Por otro, las barreras culturales que afectan a un cambio de modelo más profundo en los campus españoles, relacionado con un cambio de actitud en las universidades y que a día de hoy condiciona que los profesores no puedan generar sus propios materiales educativos y hacerlos llegar al conjunto de la sociedad, a pesar de que tecnológicamente es posible.
Este estudio advierte que este tipo de prácticas no son un prioridad para las universidades, al tiempo que recuerda que todavía existe una dinámica de resistencia a los cambios tecnológicos que está generando un impacto negativo en la educación superior.
En cualquier caso, y a pesar de las barreras con las que se encuentran las nuevas tecnologías, según esta investigación, los autores del trabajo se aventuran a decir que la formación universitaria cien por cien presencial perderá protagonismo en favor de fórmulas mixtas de forma progresiva, y que éstas serán predominantes a partir de 2018-2025.
Con la información recabada a partir de los cuestionarios realizados a expertos de universidades de España y América Latina, los autores de este estudio calculan que antes de 2022 podrían modificarse las leyes y normativas que permitirán la puesta en marcha de la opción de formación presencial on line. Del mismo modo, los autores de este estudio consideran que habrá que esperar hasta 2018 para disponer de sistemas de evaluación confiables a través de Internet.
Una oportunidad para las “pequeñas”
Las universidades de todo tipo y tamaño saben de la importancia de estar en Internet y de ofrecer títulos on line. Uno de los factores que les anima a ello es el inmenso potencial que tienen en América Latina.
Los estudiantes hispanoamericanos se sienten muy atraídos por los títulos de las universidades españolas y para éstas se les presenta una gran oportunidad tanto de ampliar su imagen como su red de colaboradores.
Esta nueva vía de captación de alumnos la han visto en las universidades de Almería y Jaén, donde cada vez más alumnos de máster proceden de estos países y para ellos resulta imprescindible contar con una oferta on line. El vicerrector de Profesorado y Ordenación Académica de la Universidad de Jaén, Juan Manuel Rosas, reconoce que los títulos on line son una forma de extender la imagen de la universidad más allá de su área de influencia habitual. Reconoce que en la Universidad de Jaén se están haciendo esfuerzos para fortalecer la oferta de títulos on line, siempre en la parcela de postgrado, y este campus cuenta con una serie de másteres propios con mucho éxito entre alumnos latinoamericanos, especialmente de países como Chile y Perú.
“Una universidad pequeña debe buscar la manera de crecer y ésta está dando sus frutos”, asegura Juan Manuel Rosas.
Algo similar ocurre en la Universidad de Almería, que cuenta con experiencia en el campo de la formación virtual, que ahora coordina el Vicerrectorado de Enseñanzas Oficiales y Formación Continua, dirigido por Juan García García, que como docente ya cuenta con experiencia en formación on line y semipresencial, gracias a su trabajo en la dirección del título de Experto en Intervención con Menores Infractores, realizado desde Almería y que contaba con alumnos de otras provincias, que seguían las clases a través de videoconferencias. Además, fue uno de los primeros docentes de la almeriense en incorporarse al sistema de formación semipresencial con tutorías on line, que se inició a finales de los 90.
El nuevo equipo de gobierno de la almeriense liderado por el rector Carmelo Rodríguez tiene claro que debe dar un impulso a la formación a través del Internet y a la incorporación de las nuevas tecnologías en la docencia. Ya lo recogía en su programa electoral que les valió ganar los comicios celebrados en marzo, donde se encuentran referencias específicas a este apartado, como por ejemplo la creación de MOOCs y también a apertura de una serie de másteres on line, incluso reducir las horas de tutorías presenciales y cambiarlas por otras virtuales, que permiten un contacto directo con los estudiantes y afianzan las relaciones entre alumno y docente.
Uno de los problemas de este modelo, según explica Juan García, puede darse en titulaciones con muchos alumnos, porque los profesores pueden verse desbordados, aunque también afirma que están valorando fórmulas para evitarlo. En cualquier caso, dice, hay que apostar por la “cultura Bolonia”, para que los alumnos sean más autónomos y se acostumbren a las posibilidades que presentan los foros, redes sociales y herramientas de conocimiento colaborativo.
La Universidad de Granada apostó hace años por una plataforma de MOOCs completa que ha llegado a tener matriculados más de 10.000 alumnos en un solo curso, tal y como declaró a esta revista el delegado del rector para las TIC, José Luis Verdegay, que también informó de que la granadina, al igual que la mayoría de las públicas, potencia la formación semipresencial y la on line en la oferta de títulos de postgrado.
La Universidad de Murcia, por su parte, cuenta con convocatorias específicas dirigidas a la creación de materiales específicos de apoyo a la docencia semipresencial en grados y postgrados, según explicó la coordinadora de Innovación, Catalina Guerrero. Del mismo modo, informó de que el interés de la Universidad de Murcia por la formación on line y semipresencial es destacado, de ahí que en breve vayan a iniciar un estudio sobre enseñanzas on line, en el que quedarán de manifiesto las ventajas y oportunidades de la implementación de este modelo en el campus, así como los requisitos que conllevaría para hacerlo con parámetros de calidad.
Si bien la oferta de títulos a través de Internet está despegando, la incorporación de las nuevas tecnologías en las aulas es una realidad desde hace muchos años en la mayoría de las universidades. Se trata de herramientas con las que se facilita el trabajo autónomo del alumnado, con las que encuentra un respaldo desconocido hasta ahora, también en los títulos en formato presencial.
En esta línea trabajan investigadores del grupo almeriense Automática, Robótica y Mecatrónica, que trabajan en el desarrollo de “herramientas interactivas como apoyo a las clases teóricas”, dice José Luis Guzmán Sánchez, uno de los integrantes del grupo y también uno de los docentes mejor valorados por los alumnos de la Escuela Politéncica Superior y Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad de Almería. Una de sus últimas publicaciones es un manual de control automático al que se incorporan herramientas interactivas que permiten que los alumnos sigan un aprendizaje basado en ejemplos. “Por otro lado, estamos trabajando en el desarrollo de libros interactivos, donde las propias herramientas vayan embebidas en los documentos y puedan ser utilizadas en Tablets y SmartPhones. Sería como tener un libro donde las imágenes son interactivas”, dice.
José Luis Guzmán Sánchez explica que las nuevas tecnologías forman parte de sus clases diarias, hasta el punto de convertirse en unas herramientas imprescindibles. “Todo el material utilizado es en soporte digital, además del uso de chats, correo electrónico, foros, videoconferencia…”. El compromiso con las TICs de este profesor y su grupo es total y desde el Departamento de Informática, al que están adscritos, se imparten algunos cursos sobre el desarrollo de estas herramientas, dirigidos a otros profesores de la UAL.
Sin embargo, las nuevas tecnologías nunca podrán sustituir a los docentes. El intercambio de opiniones, el contacto personal, incluso el lenguaje no verbal que se establece en las clases ayuda a adecuar sobre la marcha la forma de la docencia, para que los estudiantes capten mejor el mensaje ofrecido por el profesor. “Pienso que por mucho que utilicemos las TICs como apoyo a la docencia las clases magistrales son fundamentales para la formación. Los ejemplos improvisados, las respuestas en clase y cuestiones planteadas, las expresiones faciales, gestos, etc. hacen que se trasmitan los contenidos de una forma mucho más directa que poder estar viendo los mismos un vídeo grabado. Este factor es incluso más crítico en titulaciones con alta componente práctica, como es el caso de las ingenierías”, afirma José Luis Guzmán Sánchez.
Otro caso paradigmático en el uso de las nuevas tecnologías en la docencia lo representa Salvador del Barrio, profesor de la Universidad de Granada, que desde hace una década ha incorporado a sus clases la herramienta Moodle, una plataforma para la docencia virtual basada en código abierto. “Ahora es algo habitual, pero usar Moodle hace diez años era toda una innovación”, asegura este profesor, que complementa sus clases con herramientas tecnológicas que facilitan el diálogo y la colaboración entre alumnos, así como el contacto directo con el profesor. “Utilizo chats para hacer tutorías; foros, en los que voy proponiendo temas de discusión relacionados con las materias que abordamos en clases presenciales; y también utilizo las wikis para construir contenidos de forma colaborativa con los alumnos”.
Es más. Si bien estas herramientas son exclusivamente a sus alumnos, también emplea otras para compartir contenidos con el resto de internautas que en un momento dado puedan sentirse atraídos por uno de los temas de los que trabaja. Por eso, es habitual que emplee Twitter en algunas clases o en sus conferencias, para que el resto de la comunidad pueda participar y aportar nuevas ideas que enriquezcan la intervención.
En cualquier caso, no es partidario de prescindir de las clases presenciales, porque considera que todas las herramientas tecnológicas funcionan como un complemento a lo que se aporta en las clases y las oportunidades que ofrece el cara a cara entre el estudiante y el profesor, sin olvidar el ambiente universitario, que enriquece todo el proceso educativo.
Las nuevas tecnologías son unas aliadas de primer nivel, también en la docencia universitaria. Es un camino abierto del que no hay retorno y que cada vez irá a más. Nuevas fórmulas docentes están a la vuelta de la esquina, para responder a las posibilidades de las TICs, lo que hace falta es que tanto profesores, alumnos y dirigentes universitarios sepan estar a la altura y sepan aprovechar todo su potencial.