Quiero denunciar la masacre de los coptos

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    Francisco Verdegay Flores

    Quiero denunciar la masacre criminal contra los coptos, otra más. En Egipto tengo mi segunda familia: Karim, Ahmad, Taha, Youssri, Maha, Kamal… Me dieron todo lo que tenían: su casa, su comida, su amistad. Estoy en deuda con ellos. Unos son cristianos, otros musulmanes, otros no creen. Pero eso es una mínima parte de los que les une: el deseo de trabajo, de una vida digna, de libertad…

    Quiero denunciar la persecución de los coptos. Querían hacer una iglesia en Edfu pero los radicales intolerantes creyeron que su campanario era ofensivo. Lo quitaron. Luego les pareció ofensiva su cruz. La quitaron. Luego dijeron que su cúpula era muy alta y la destruyeron y quemaron toda la iglesia. A los coptos no se les permite ni el consuelo de su religión, que para los pobres a veces es todo lo que les queda.

    En El Cairo protestaron y gritaron con todas sus fuerzas su indignación Y el ejército los masacró. El ejército, el mismo que se declaró «amigo del pueblo» durante la revolución, les disparó. Embistieron sus tanques contra ellos y los pisotearon, destrozando sus cuerpos y sus vidas, para siempre. Mis amigos musulmanes están de luto en solidaridad con sus compatriotas coptos y han salido con ellos a la calle.

    Los baltaguiyas, los matones que entraron con sus camellos y cuchillos en Tahrir durante le revolución, están detrás de estos asesinatos. Todos los Mubarak que hay en Egipto necesitan a estos matones para impedir la convivencia pacífica de cristianos y musulmanes, de los pobres de Egipto, para mantenerse en el poder. Son los mismos Mubarak de siempre, los mismos ricos de siempre, el mismo ejército de siempre. Roban a su pueblo su dinero, su libertad, su futuro, su vida. Y se mantienen en el poder para poner «orden» por los desórdenes e injusticias que ellos mismos cometen.

    El pueblo egipcio merece una vida más justa. Los coptos, los que no tienen ni el derecho al consuelo de su religión, merecen nuestra solidaridad.

    El pueblo egipcio merece una vida más justa. Los coptos, los que no tienen ni el derecho al consuelo de su religión, merecen nuestra solidaridad. Denunciemos esta masacre de los coptos y exijamos libertad y justicia para todos los egipcios. Denunciemos que el Gobierno egipcio y su ejército es culpable de estos asesinatos y culpable de querer impedir que le Revolución triunfe.

    Cuerpos de cristianos coptos destrozados por los tanques del Ejército egípcio.

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