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    Javier FornielesVoy directo al grano. En todas las universidades tenemos, a veces, un problema de comunicación. Profesores, estudiantes, personal de administración y servicios nos vemos todos los días, nos cruzamos en la cafetería, en las paradas del autobús, en las avenidas del campus y, sin embargo, no nos conocemos. O lo que es peor: tenemos una visión simplificada de lo que somos. Y esa percepción errónea nos impide colaborar en muchos terrenos.

    Me explico un poco mejor. El hecho de que vengamos a trabajar a la universidad nos convierte, por ejemplo, en profesores o en alumnos. Pero nadie es docente o estudiante. Lo somos durante unas horas y sólo en determinados espacios. El resto del tiempo tenemos otros rasgos que nos definen: somos padres, hermanos, practicantes de un deporte, aficionados a tocar la guitarra, voluntarios de la Cruz Roja, lectores voraces de cómic, adictos a los video juegos, amantes del cine clásico o del cine gore, escritores de guiones o de cuentos que aún no han salido a la luz, interesados en conocer mejor otras culturas…

    Esas aficiones constituyen nuestra identidad. Resultan tansignificativas como el hecho de estudiar primero de Derecho o de estar a puntode acabar Empresariales. Pienso que esas aficiones llegan a ser, incluso, másimportantes porque nos marcan en el futuro y van a provocar que vivamosencerrados en una burbuja profesional, en un círculo reducido de amigos, o queseamos, en cambio, personas capaces de entender que la gente es diferente -unacaja repleta, a veces, de agradables sorpresas-, y que hay muchas formas depercibir la realidad.

    La Universidad debe también ser el lugar en el que sefomentan otras inquietudes al margen de los estudios. De hecho en la Universidadse organizan muchas actividades, pero me da la impresión de que muchas veces nollegan al destinatario adecuado. Hay, quizás, una gran cantidad de información,pero falta comunicación. La información, los datos, nos llegan por el correoelectrónico, por los carteles, por la web…  Pero no es eficaz. No tenemos tiempo para mirar cartel porcartel. La información resulta tan abundante que se convierte en invisible. Ono nos interesa porque no se corresponde con ninguna de nuestras aficiones. 

    Os propongo un remedio. Enviadnos, por favor, un e-mail a lasiguiente dirección: ofiestu@ual.es. Lo recibirá Antonio López, alumno de laPolitécnica y encargado de la Oficina de Atención al Estudiante. Contadnos, siqueréis, qué os gusta o qué os preocupa: montar en bicicleta, conocer algo mássobre el cine, hacer excursiones los fines de semana, la fotografía, aprender asuperar una entrevista de trabajo, saber hablar en público, escribir un guion,qué es esto del Espacio Europeo y cómo os afecta, qué novelas me podría gustarleer, de qué van los nuevos planes de estudio, conocer qué asociaciones devoluntarios existen en Almería y cómo podemos echar una mano a los demás,aprender a dibujar o a pintar acuarela, formar un grupo de música, etc…Decidnos si podéis participar en las actividades por la mañana, por la tarde,en los días de diario o en los fines de semana, si estáis en Almería o vivís enotros lugares durante el curso.

    Nosotros nos encargamos de recoger esa información y, si nosdejáis vuestro correo -el que veis realmente-, y un número de móvil, osescribimos, organizamos actividades que os permitan poneros en contacto y osmandamos un SMS cada vez que hagamos algo que pueda interesaros personalmente.

    Formamos una pequeña ciudad de casi trece mil personas.Tiene que haber muchas otras personas con las mismas aficiones e inquietudes almargen de los contenidos de nuestros estudios. El único problema es que pasan anuestro lado todos los días y no los vemos. Si tenéis cinco minutos, mandadnosun e-mail y, a lo mejor, podemos evitar que eso pueda ocurrir.

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