El programa de anidación de tortuga boba alcanza las 900 crías nacidas en Cabo de Gata

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El programa de anidación de tortuga boba implantado en 2007 ha alcanzado las 900 crías nacidas en el Parque Natural Cabo de Gata Níjar. El último año se ha asistido al nacimiento de 273 nuevos ejemplares, 60 de ellos hace pocas semanas.

Según el balance realizado por los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente, el éxito de eclosión de los huevos que se han incubado en el parque natural Cabo de Gata-Níjar se ha situado en torno al 88 por ciento, una cifra que se encuentra incluso por encima de los resultados que se obtienen en Cabo Verde, lugar de procedencia de los huevos de tortuga que se han implantado en los últimos cuatro años en este espacio protegido del litoral andaluz.

Las crías de tortuga boba que han nacido este verano, un total de 273 ejemplares, han sido transportadas ya al Centro de Gestión del Medio Marino Andaluz de Algeciras para su desarrollo en cautividad durante su primer año de vida.

El pasado mes de julio, un avión transportó un total de 420 huevos desde Cabo Verde hasta España, de los que 100 se depositaron en incubadoras de la Estación Biológica de Doñana, en Sevilla y el resto, 320, fueron instalados en cuatro nidos de las playas de Cabo de Gata.

El programa de restauración de la anidación de la tortuga boba en estas playas protegidas de la provincia de Almería persigue que esta especie –catalogada como en peligro de extinción en el Libro Rojo de los Vertebrados Amenazados de Andalucía– nidifique de forma permanente en la costa peninsular española. De hecho, sus playas fueron calificadas como las más idóneas en el trabajo de prospectiva inicial de este programa, lo cual confirma la alta calidad ambiental de este tramo del ecosistema litoral andaluz. 

El caparazón de esta especie puede llegar a alcanzar más de un metro de longitud y su hábitat se distribuye en aguas tropicales y subtropicales de todos los océanos. A lo largo de su vida realiza grandes migraciones en las que recorre de una a otra costa el Atlántico y el Mediterráneo, retornando año tras año a las mismas áreas de alimentación tras las migraciones reproductoras. 

Las tortugas que han nacido en las playas almerienses han sido enviadas al Centro de Gestión del Medio Marino de Algeciras, donde permanecerán un año aproximadamente. De esta manera se logra que los ejemplares alcancen un tamaño adecuado y endurezcan su caparazón, con lo que se garantiza una mayor tasa de supervivencia ante sus predadores naturales. El objetivo que se persigue, en definitiva, es que las tortugas vuelvan a este mismo entorno para desovar cuando alcancen la madurez sexual, dentro de 15 ó 20 años, con lo que se contribuye a fijar en la costa almeriense una población estable de esta especie amenazada.

 

 

 

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