Manuel Palomar, rector de la UA: «La nueva generación de estudiantes quiere aprender aprendiendo»

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Manuel Palomar, rector de la UA, en la apertura del curso. El rector de la Universidad de Alicante, Manuel Palomar, está convencido de la importancia de consolidar las nuevas tecnologías en todas las áreas de la universidad. Este rector es, además, uno de los más beligerantes con los recortes y apuesta por una financiación ligada a objetivos. Lo cuenta en esta entrevista con Nova Ciencia. 

– ¿Qué retos se ha marcado para este curso universitario?

Fundamentalmente, los retos se centran en seguir incrementando la innovación en todas misiones propias de la universidad. La primera de ellas, la enseñanza universitaria, tomando como base que la tecnología ha cambiado la forma de vida, también la forma de la enseñanza universitaria. Esto nos lleva a innovar nuevos métodos de formación, nuevos métodos de enseñanza. Los jóvenes de hoy en día, la nueva generación de estudiantes quiere aprender aprendiendo. Nuestro reto fundamental es que la tecnología llegue a todos los rincones de la enseñanza universitaria y que se aplique a la enseñanza inversa, que es la que está basada en proyectos, con el uso de la tecnología, de manera que preparan esos proyectos fuera del aula y luego en ella debaten todo aquello que tiene relación con el proyecto.

– ¿Cuando habla de innovación en la docencia se refiere a multimodalidad?

Cuando hablamos de distintas disciplinas, y nuestra universidad es generalista, tenemos de todos los distintos ámbitos de las ciencias, en todos y cada uno de ellos, la incidencia que puede tener la tecnología, aunque es muy transversal, en unas disciplinas tiene más incidencia que en otras. Cuando llevamos a cabo la multimodalidad hay que buscar la mejor combinación para recibir la mejor formación. Hay disciplinas que tienen que ser presenciales, sí o sí, como es el caso de Ciencias de la Salud y otras en las que no es necesaria tanta presencialidad. Pero en todas y cada una de ellas debe haber un contacto directo entre el profesor y los estudiantes, para generar ese proyecto, para generar ese debate, para generar empatía, para generar trabajo en grupo… es una combinación que nos lleva a desarrollarla desde ese punto de vista.

– ¿Qué papel tiene la innovación en la Universidad de Alicante?

Apostamos por la innovación, que creo que debe ser la base fundamental, entendiendo ésta como la resolución de problemas desde distintos ámbitos innovadores, aplicado a la investigación, aplicado al desarrollo de tecnología, aplicado a la creación de empresas… La investigación aplicada debe ser muy aplicable a todos aquellos sectores importantes para la UA. Además, aquí en la Comunidad Valenciana se ha creado la Agencia de Innovación, que era una demanda de las universidades, y debe estar implicada con los procesos de investigación e innovación que se desarrollan en la UA.
Además, la innovación a todos los procesos que se llevan a cabo en la UA: administrativo, de gestión… donde se toman soluciones proactivas para la resolución de problemas complejos. Yo creo que sería una renovación innovadora de la universidad.

– ¿Qué universidad se han encontrado los estudiantes de la UA?

Se encuentran una universidad moderna, una universidad que toma la tecnología como base, la innovación como ADN, una universidad abierta, dinámica, acogedora, accesible, saludable, moderna, internacional… una universidad, en definitiva, que está al servicio de la nueva generación de estudiantes, para que tengan la mejor formación de calidad y también una formación complementaria, que les permita tener un currículo transversal, en cuanto a lo que es el uso de la tecnología y otra formación que les permita completar su formación integral.

– A la universidad en general se le achaca falta de agilidad en dar respuestas a la sociedad, ¿hasta qué punto esta afirmación es cierta?

La universidad, o más que la universidad, el sistema universitario, no es tan ágil como debería ser. Se ha aumentado la burocracia enormemente y desde que se detecta una demanda social para llevar a cabo un máster o un grado, si queremos que sea oficial, una vez preparado por la propia universidad debe ser enviado a la agencia nacional para la acreditación, después debe pasar por el proceso de autorización del gobierno autonómico… todo eso ralentiza el proceso. Al final se ha creado una burocracia que ninguno deseamos y creo que es necesario agilizar los procesos, para que se tenga capacidad de respuesta y ésta sea rápida.

– ¿Cómo debe ser el modelo de financiación de las universidades?

Durante estos cinco años que llevo como rector he estado reivindicando una mayor financiación para la investigación. Me he opuesto a los recortes que ha habido durante los años de la crisis. No han sido buenos para este país y evidentemente tampoco para la investigación. Ahora también dicho por la canciller alemana, el pasado agosto, nunca se debería haber recortado en investigación, porque es la base del crecimiento, del progreso... Hay fórmulas de hacerlo. La primera, aumentar la financiación directa a investigación. Para mí también hay otra fórmula que consiste en una financiación basal y otra por proyectos de investigación. Aquí siempre hemos demandado que hubiera una agencia independiente de investigación, y cuando digo independiente me refiero a que esté a salvo de la política, que tuviera una financiación pactada, una financiación acordada por todos los grupos políticos y a partir de ahí, que se deje trabajar en investigación. Además, todo ello, el incremento de la investigación, financiación por proyectos… debe haber una evaluación rigurosa de qué proyectos se están llevando a cabo ahora mismo en este país y establecer una serie de metas. Y establecer unos indicadores que permitan luego evaluar los resultados. La parte fundamental es establecer una agencia seria y rigurosa, que sea independiente.

– ¿Considera adecuada la oferta de plazas de nuevo ingreso de la UA?

Nosotros hemos hecho una oferta ajustada a la demanda. En junio tuvimos una lista de espera de 8.500 personas, que es una cifra muy importante, y ahora en septiembre son unas 2.500 personas. Eso quiere decir que esas 2.500 personas no han podido estudiar la titulación que querían en la universidad que querían, y esto requiere un análisis importante: por qué no hay suficientes plazas para determinadas titulaciones, sobran en otras… es necesario un ajuste, unos estudios de demanda en todos los ámbitos de las regiones de este país.

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