Expertos urgen a revisar la cantidad de yodo que se añade a la sal doméstica

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La yodación universal de la sal es una política que requiere mayor sensibilidad a las situaciones locales de cada país, para mitigar efectivamente el problema de salud pública generado por los desórdenes –por deficiencia o exceso– en la ingesta de yodo alrededor del mundo. En 2013 se reportó una ingesta excesiva de yodo en 11 países, óptima en 111 y deficiencia de yodo severa, moderada y leve para 30, 9 y 21 países respectivamente.

Sal en estado natural tras la desecación del agua marina.

La revisión de más de dos décadas de literatura científica confirmó que pese a que los países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) legislan sobre la yodación de la sal de forma obligatoria, la situación nutricional del yodo en el mundo es diversa.

Flor Elena Chavarro Bermeo, Ph. D. en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), evidenció 105 países con suficiencia, 18 en deficiencia y 9 en exceso, según el Global Scorecard 2021 de la Red Global de Yodo (Iodine Global Network) esto sin mencionar la cantidad de países en donde el déficit y el exceso coexisten, como es el caso de Colombia.

La investigadora afirma que “tanto el déficit como el exceso ponen en riesgo la salud de los seres humanos –quienes pueden padecer enfermedades tiroideas– y a la vez un resultado negativo de la política cuyo objetivo pretende prevenir los desórdenes por deficiencia de yodo”.

En este sentido, en algunos países el exceso inducido por la ingesta de dicho elemento es un resultado contrario a los fines de la política.

Destaca que las cifras son bastante variables con respecto a los resultados reportados en 2013 por Elizabeth Pearce, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (Estados Unidos), y María Anderson y Michael Zimmermann, del Instituto Federal Suizo de Tecnología.

Según la investigadora Anderson, “aunque la nutrición con yodo ha mejorado desde 2003, es posible que el progreso mundial se esté desacelerando”. Con sus colegas, compararon la evaluación del estado nutricional relacionado con el yodo en el mundo para 2011, con los resultados presentados por la OMS entre 2003 y 2007 en 193 Estados miembros, concluyendo que la ingesta de yodo seguía siendo insuficiente para el 29,8 % de la población, y que aumentaba el número de países en donde la ingesta de yodo alcanzó el exceso.

En 2013 se reportó una ingesta excesiva de yodo en 11 países, óptima en 111 y deficiencia de yodo severa, moderada y leve para 30, 9 y 21 países respectivamente.

La experta Chavarro señala que “esta variabilidad en el resultado de la política pública se puede explicar si se interpretan los elementos de análisis en cada uno de los siete desafíos que enfrenta la implementación de la política pública mundial mediante la intervención masiva con sal yodada para el consumo humano”.

Los siete desafíos que conforman el talón de Aquiles de la política mundial de yodación de sal para el consumo humano son: 1) sostener la política, 2) eliminar la brecha entre explotación y comercialización de la sal, 3) prevenir la fortificación indiscriminada en los alimentos, 4) promover la educación sobre la ingesta de sal yodada, 5) controlar la ingesta excesiva de yodo, 6) equilibrar la ingesta óptima de yodo y reducir el consumo de sal, y 7) contar con suficiente información oficial.

Alfabetización alimentaria

Para la investigadora, “aunque la epidemiología de la coexistencia de déficit o exceso en la ingesta de yodo debe ser ampliamente reconocida, un desafío relevante es la educación en salud para la ingesta de sal yodada en las poblaciones intervenidas, lo que permitiría ampliar o disminuir el impacto de la prevención.

En este sentido, “el control de las fuentes de exposición a la ingesta de yodo, diferentes a la sal, evitaría casos como el de China, donde la ingesta de yodo fue excesiva debido al consumo de aguas naturalmente yodadas”.

Por otra parte, anota que “es necesario valorar los hábitos de consumo mediante la medición de biomarcadores de impacto, lo cual permitirá interpretar los cambios y el equilibrio entre la ingesta de yodo y la de cloruro de sodio en la población objeto”.

Por lo tanto, “una intervención informada producirá datos oficiales relevantes para los resultados de la política y la toma de decisiones, sobre todo en países como Colombia, en donde además de coexistir el exceso y el déficit en la ingesta de yodo, existen cinco regiones geográficas con diversidad étnica y cultural”.

Por último, se recomienda analizar las variaciones del contexto en los países que han implementado la política universal de yodación de sal. Recientemente hemos realizado un análisis a la política de yodación de sal en Colombia que ya se encuentra en proceso de publicación.