El Ranquin Académico de Universidades del Mundo (ARWU), el Ranquin QS de Universidades del Mundo, el Nature Index o el Times Higher Education son algunas de las clasificaciones internacionales de universidades más conocidas hoy. ¿En qué se diferencian? ¿Qué miden? ¿Son una fuente confiable para decidir dónde estudiar? Estas y otras preguntas son abordadas por académicos y especialistas, quienes enfatizan que estos instrumentos analizan distintos aspectos del amplio quehacer de una universidad y, por lo tanto, son solo una referencia dentro de muchas otras para evaluar a una institución de educación superior.
Frente a la gran amplitud de ránquines universitarios internacionales, una de las principales preguntas que surge tiene relación con las diferencias entre unos y otros y cómo trabajan cada uno de ellos. Paulina Berríos, jefa de la Unidad de Análisis Institucional y Datos de la U. de Chile, explica que “los ránquines internacionales, por lo general, son una combinación de indicadores cualitativos y cuantitativos que miden y posicionan a las universidades dentro de una escala global.
Estos indicadores se refieren a la reputación académica, a la tasa de profesores por estudiantes, resultados de investigación en términos de proyectos y publicaciones, citas por profesor, diversidad internacional, y reputación entre empleadores”.
Cuáles son las diferencias entre unos y otros
Sergio Celis, académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile y especialista en educación superior, complementa que “hay algunos que tienen un énfasis muy fuerte hacia métricas relacionadas con investigación, porque hay mucha métrica asociada a la investigación que es muy abundante y fácil de procesar; mientras que otros tienen una visión más de privilegiar percepciones o áreas más cualitativas de cómo el medio percibe a la universidad. Ahí hay toda una ecología de ránquines que usa más o menos un énfasis”.
En esta línea, dentro de la categoría que trabaja principalmente con indicadores objetivos de investigación, destaca el caso paradigmático del ranquin ARWU, “que nació como un intento de ver el posicionamiento de las universidades chinas en el mundo, que fue muy exitoso y hoy es adoptado por muchas naciones como un parangón”.
En el otro extremo, plantea, figuran ránquines como QS y THE, “que tienen algunos parámetros de investigación, pero principalmente se abogan al componente de las percepciones, ya sea de personas del mundo de la academia y de empleadores, así como de cuán influyentes son o el aporte de esa universidad en distintas áreas”.
Por otra parte, advierte que estos ránquines han adquirido protagonismo no solo a nivel mediático, sino que incluso son utilizados en la asignación de becas y en la entrega de financiamiento, lo que ha generado una especie de mercado para el posicionamiento de estas clasificaciones. De esta forma, enfatiza que “cada ranquin muestra una realidad, un ángulo que tiene que ser mirado críticamente y con mucho cuidado, porque todos van generando sesgo.
Muchos de estos ránquines tampoco son inocentes y tratan de privilegiar ciertas visiones de lo que debiese ser la universidad o de las áreas que debieran desarrollarse más o menos. Entonces, son problemáticos en ese sentido, pero son inescapables en la realidad que tenemos del sistema de educación superior hoy en día”.
La importancia de consultar diversas fuentes
Debido a esta razón, los especialistas subrayan la importancia de ponderar distintas fuentes de información, no solo los ránquines, a la hora de elegir dónde estudiar. Paulina Berríos afirma que “las y los estudiantes deberían considerar los aspectos específicos que mide cada uno de los ránquines y qué tan alineados están con sus propios intereses sobre las carreras que están buscando estudiar”.
Agrega, asimismo, que “la experiencia de elegir una carrera universitaria también va acompañada de una experiencia de vida que se traduce en relaciones con grupos de pares o de interés, uso de los espacios e infraestructura física y tecnológica, práctica de actividades deportivas o de trabajo con asociaciones, y esas son dimensiones que los ránquines no necesariamente van a captar como información«. Por ello, plantea que los estudiantes también deben informarse y profundizar sobre cada institución a través de diversas fuentes.