Herencia muy pesada en la leche materna

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Investigadores de la Universidad de Murcia han comprobado cómo la leche materna de mujeres de antiguas zonas mineras como la Bahía de Portmán presenta unos niveles de metales pesados por encima de los máximos recomendados por las autoridades sanitarias.

Bahía de Portmán, zona contaminada por metales pesados.

La Bahía de Portmán, en la Región de Murcia, está considerada por la ONU y la Agencia Europea del Medio Ambiente como la zona de la Unión Europea con mayor contaminación por metales pesados.

Esta herencia se debe a la actividad minera iniciada ya en tiempos de los romanos y que intensificó entre los años 60 y 80 del siglo pasado, época en la que se cometieron los mayores excesos y de la que han llegado estas concentraciones tan alarmantes de plomo, cadmio, zinc, arsénico y mercurio, entre otros tóxicos. Unos metales pesados que tienen consecuencias sobre el ecosistema, pero también otras muchas en la salud de la población que vive en esta zona.

Contaminación por metales pesados procedentes de la actividad minera

A pesar de las acciones para la recuperación ambiental del entorno, la contaminación presente en la zona está muy lejos de poder ser controlada. Estos metales pesados llegan a la agricultura, a los acuíferos, incluso también a los peces que viven en este entorno bañado por el Mediterráneo. Y también a las personas. Incluso hoy, después de que cesara la actividad minera, los residuos mineros suponen un problema de salud pública en la zona, donde los casos de enfermedades como el cáncer son superiores a la media.

Una investigación de un equipo multidisciplinar de la Universidad de Murcia ha realizado un descubrimiento muy inquietante sobre los efectos de la contaminación por metales pesados en las mujeres de esta zona. Han constatado unos niveles de metales pesados en la leche materna muy por encima de los máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

La situación es tan grave, que incluso este grupo de investigación ha sugerido que las madres de este entorno consideren otras alternativas para la alimentación de sus bebés.

La investigación de la que se obtiene esta sorprendente recomendación ha sido encabezada por el toxicólogo de la Universidad de Murcia, Miguel Motas, y en ella se cuenta con la participación Sandra Jiménez, José Oliva, Miguel Ángel Cámara y María Dolores Pérez-Cárceles, que conforman un equipo multidisciplinar de las áreas de Toxicología, Medicina Legal y Forense y Química Agrícola.

Miguel Ángel Cámara, Miguel Motas y José Oliva.

Leche materna con metales pesados

En el marco de este trabajo, que partió de la tesis doctoral de Sandra Jiménez, se ha analizado la leche materna de medio centenar de mujeres de la zona. Y se comparó con la leche materna de otras tantas mujeres del entorno de San Javier, también en la Región de Murcia, donde no ha habido actividad minera en el pasado.

Los resultados son sorprendentes. Mucho peor de lo que se esperaban, reconoce Miguel Motas, porque se han detectado unas concentraciones de metales pesados en la leche materna que superan, algunos con creces, las concentraciones máximas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.

Metales como zinc, arsénico, plomo, mercurio y níquel, que pasan directamente a los bebés lactantes, y cuya presencia en el organismo está asociada a problemas con el sistema nervioso, según se ha comprobado en multitud de estudios previos al realizado por este equipo de la Universidad de Murcia.

Problemas en el sistema nervioso centra, de memoria y en el sistema inmune por los metales pesados

Por ejemplo, los niños a esas edades son muy sensibles al plomo, que puede provocar “problemas en el sistema nervioso central, de memoria, de aprendizaje, de coeficiente intelectual, de agresividad, entre otros”, explica Miguel Motas.

“La barrera hematoencefálica no está del todo desarrollada. Todavía no tienen un hígado maduro, como tampoco lo está el riñón… en consecuencia, no pueden protegerse igual que lo hacen las personas adultas”, continúa. Además, la exposición a metales tiene consecuencias negativas sobre el sistema inmune.

Lactancia materna, lo mejor para los bebés salvo en zonas tan contaminadas

Este equipo de investigadores de la Universidad de Murcia son conscientes de la importancia de la lactancia materna y defienden que la leche de las madres es el alimento más completo que pueden consumir los bebés. Es más, recomiendan lactancia materna exclusiva durante, al menos, los primeros seis meses de vida, porque “no hay nada mejor”.

Pero no en enclaves mineros con unos niveles de contaminación como los que se alcanzan en esta zona de la Región de Murcia, donde la recomendación pasa por barajar otras alternativas, como la lactancia mixta, afirma Miguel Motas.

Las cifras son incontestables, ya que han sido obtenidas con las técnicas más avanzadas para la detección de metales pesados. Además, el artículo ha sido publicado en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health, que cuenta con un gran prestigio y un nivel de impacto de los más elevados.

Nube de polvo por unas obras en Portmán.

Niveles de metales pesados por encima de lo tolerable

Por dar algunas cifras, en un 30% de las mujeres de Portmán se han encontrado niveles de zinc en su leche, que exceden el límite máximo tolerable establecido por las autoridades sanitarias inernacionales. Los de mercurio se han encontrado por encima de dichos niveles en un 54% de mujeres. Y los de cromo en un 92 % de mujeres.

Miguel Motas explica que los metales pesados entran en el organismo de las madres por vía aérea, debido a la elevada concentración de partículas en suspensión de estos metales.

Y una vez que la madre tiene una concentración elevada de metales pesados en su organismo, poco o nada se puede hacer para evitar la transmisión de los tóxicos a través de su leche materna, “porque la leche es una vía de eliminación de estos metales”.

Análisis de la leche materna

Por este motivo, una de las recomendaciones que realiza Miguel Motas es que las madres de estas zonas contaminadas por la actividad minera se realicen análisis de leche, para conocer sus niveles de concentración de metales pesados.

La herencia minera y las malas prácticas del pasado están jugando una muy mala pasada a la salud de las personas, que se enfrentan a un problema de salud pública, que las autoridades todavía no acaban de tomarse muy en serio, posiblemente porque las consecuencias no son inmediatas, pero ahí están y cada vez hay más evidencias. p

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