El Gobierno regional de Murcia destinó 8.000 euros a la entidad Respuestas Solidarias para la creación de un Plan de Sensibilización a universitarios murcianos para conocer mejor las condiciones de la pobreza y trabajar por el desarrollo. Para llevar a cabo este proyecto, seis universitarios vivieron en Perú, concretamente en la ciudad de Piura, donde experimentaron la realidad de aquella zona durante un año.
El director general de Gobierno Abierto y Cooperación al Desarrollo, David Martínez Victorio, explicó que “los estudiantes que viajaron a Perú, mediante distintos mensajes y el desarrollo de una campaña, sensibilizaron a la comunidad universitaria de Murcia para buscar soluciones ante esta realidad”. Esta iniciativa alcanzó a alrededor de 4.000 alumnos que propusieron medidas y acciones concretas para contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible en consonancia con las metas de la Agenda 2030 y del Plan director de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
Antes de viajar al país andino, los estudiantes recibieron, a lo largo de todo el año lectivo, talleres de capacitación en temas de cooperación. Una vez allí, impartieron formación en el ámbito empresarial y de comunicación a mujeres artesanas, ofrecieron sesiones sobre nutrición adecuada y equilibrada, realizaron refuerzo escolar para los niños de la zona, así como aprendizajes de hábitos de higiene y salud, y ayudaron en la limpieza y reconstrucción de calles y viviendas.
El proyecto tuvo como objetivo acercar a jóvenes del ámbito universitario a la realidad del subdesarrollo, al concepto de desarrollo y de progreso de personas y países de la Agenda 2030, así como motivarles a buscar soluciones y medidas sostenibles y eficaces. Durante toda la vida del proyecto, se realizó una campaña de sensibilización y motivación llamada ‘Todo para todos’ a través de redes sociales, se llevó a cabo la exposición de fotos itinerante y se presentó un documental que mostraba la realidad del país llamado ‘Miradas y palabras de la pobreza’. Además, se realizaron unas ‘camisetas que hablan’, tal como las llamaron, con códigos QR a través de los cuales la sociedad podía conocer de dónde venían las mujeres artesanas que habían confeccionado esas prendas y lo que éstas suponían para su mejora económica y profesional.
El presupuesto total de este proyecto fue de 14.400 euros. Martínez destacó que gracias a este plan “el 35 por ciento de los participantes expresaron su sensibilidad con el comercio justo y el consumo responsable y el 10 por ciento de los universitarios sensibilizados realizaron una acción de comercio justo”.