Los periodistas almerienses abogan por recuperar la iniciativa y tomar la calle

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Dos horas y media de debate, coincidiendo prácticamente con el partido de fútbol de selecciones Bélgica – España, pusieron de manifiesto la necesidad de que el periodista almeriense "recupere la iniciativa, en contra de los malos oficios de muchos gabinetes que intentan marcar el camino, y, a la vez, tome el pulso a la calle, saliendo más de las redacciones". El periodismo tradicional está en crisis, como en otros lugares del país, pero no desaparecerá, porque de alguna manera hay que seguir poniendo la información al servicio de la sociedad, si bien hay que tener capacidad de adaptación a los cambios que se avecinan. Estas pueden ser las ideas compartidas por los ocho periodistas que protagonizaron anoche el foro para analizar ‘La prensa escrita almeriense ante su futuro’, dentro de las Jornadas ‘El ocaso del periodismo tradicional’, que han organizado el Instituto de Estudios Almerienses de Diputación (IEA) y la Asociación de Periodistas – Asociación de la Prensa de Almería (AP-APAL), con la colaboración de la UNED. 

África Mateo Flores, que moderó el foro, dejó caer sobre la mesa algunas pinceladas para el debate: Sin olvidar objetividad, honestidad, búsqueda de la verdad…no puede faltar en el horizonte la libertad del periodista, porque limitaciones y miedo nos pueden llevar a la mediocridad.

Abrió el turno de intervenciones Javier Martínez de la Horra (El Mundo Almería), que desgranó los aspectos que desvirtúan la profesión, afirmando que el ocaso llega con la dependencia publicitaria institucional de los medios, para después enumerar la perdida de la autoestima, en palabras de Magis Iglesias, presidenta de FAPE; lo mal pagado que está el periodista y el hecho de acomodarse a las ruedas de prensa, internet o los comunicados, sin salir a la calle, entre otros factores. Concluyó insistiendo en la necesidad de que se pelee con los empresarios para convencerles de que la información honesta tenga cabida en el medio. 

Diego García Campos (Focosur) rompió una lanza a favor de los jóvenes periodistas que le han tocado vivir los profundos cambios sociales, económicos, políticos, empresariales, tecnológicos Analizó el flujo de la información que en su mayoría proviene de las instituciones y hace que los medios las consuman sin filtro, con los peligros que conlleva. Refirió la figura del periodista, que ha pasado de ser defensor de la libertad y la justicia, como en la Transición, a un trabajador que podría estar en cualquier cadena de montaje de una industria, lo que, a veces, lleva al descrédito por parte de los lectores y a una crisis de la profesión. García Campos criticó las preocupaciones de muchos periodistas hoy, que podemos resumir así: mira en la agenda las ruedas de prensa, con cámara y libreta sigue la comparecencia, casi no toma nota porque el gabinete le facilita información, pega y copia o escribe poco, publica la noticia, consulta internet, mira la hora de salida, lee poco, no analiza ni evalúa, no usa el reportaje ni la entrevista y sueña despierto en que llegue un día en que lo fichen para un gabinete de prensa institucional.

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Conferenciantes de las jornadas

La reflexión inicial de Francisco Molina Pardo (Nova Ciencia) sobre si el periodismo está en crisis o son sus propios principios lo que lo están, le llevó a afirmar que el mensaje puede llegar antes o después, pero se ha producido un cambio en el concepto de la realidad social que tiene el periodista. Ante el número de cabeceras que hay en el mercado almeriense debido en parte al despegue económico de años pasados, Molina se preguntaba si esa cantidad de diarios había desembocado realmente en la diversidad de la información. Su respuesta fue que no. Destacó en su intervención el hecho negativo de que algunas instituciones públicas estén patrocinando la información con cuadernillos o espacios especiales, para terminar indicando que no creía en la desaparición de los periódicos, pero para ello debería ser clara la apuesta por la información propia y que el cincuenta por ciento fuesen exclusivas.

Los gabinetes toman la iniciativa 

Me fatiga llevar la noticia al lector, así comenzó María José López Díaz (El País) su aportación al foro, recalcando que, a veces, en la necesidad de generar argumentos informativos, fatiga tener que dar explicaciones a los gabinetes, incluso a los filtros de ciertos gabinetes. Si bien destacó la buena labor de los gabinetes, también subrayó que ciertos proveedores de información daban noticias interesadas, sobre todo algunos gabinetes externos. Tras referirse a la honestidad del periodista hizo hincapié en el hecho de que la tradicional máxima de que la publicidad se paga y la información no se haya roto. López Díaz hizo mención a una situación surrealista: Se trata mejor a los medios que se han dejado comprar, que a los que no. Concluyó afirmando que la precariedad, el intrusismo, la agresividad en la transmisión del mensaje, la concentración de medios, todo lacera la labor periodística.

Manuel León (La Voz de Almería) hizo alusión al excesivo ruido que existía en torno a la profesión, mostrando su desacuerdo con Albertos que vaticinó el fin del periodismo tradicional: Es irrebatible para el futuro que el hecho de contar una buena historia será la razón de ser del periodismo, lo que quedará, independientemente del soporte o del negocio, es lo que garantiza la continuidad. Habló de la autocrítica y de la necesaria formación del profesional para lo que las universidades deberían no teorizar tanto y estar mas en contacto con la realidad y práctica de la comunicación. Un periódico no es fruto de una consigna dijo-, es un ser vivo, por eso el resultado no es perfecto, es un cúmulo de aportaciones y cada día es diferente. Habló de la necesaria rentabilidad de las empresas periodísticas para poder hacer frente a las nóminas, con todas sus artimañas legales, a pesar de que el periodista está mal pagado. Finalizó su intervención resaltando el hecho de que muchas instituciones han quitado la iniciativa al periodista, porque nadie nos debe de decir cómo hemos de informar, y esto es algo que hay que corregir. El periódico del futuro, para León, debe tener un precio, aunque sea simbólico, si quiera por el esfuerzo que lleva consigo, pero también debe de hacer una apuesta por los jóvenes lectores, recuperar las corresponsalías de pueblo, buscar en internet fórmulas de mejorar y porque los redactores salgan a la calle. 

Tomemos la calle 

Tras una breve introducción, José María Granados de Torres (Ideal Almería) bajó a la realidad almeriense del periodismo diciendo que entre los periodistas había aumentado la hipertensión, aparecido la obesidad, y otros síntomas que reflejaban el stress y la vida sedentaria de los profesionales: El propio papel del periodista se ha convertido en elemento extraño en torno a la información que maneja, llegó a afirmar. Remarcó lo que viene siendo la tónica: El periodista salía a la calle y consultaba sus fuentes, pero ahora esa labor la hacen los gabinetes. La inmensa mayoría no contamos lo que nos rodea, lo que vemos. El exceso de información controlada nos lleva a confundirnos y a pensar que es hasta veraz. Los gabinetes antes ayudaban y facilitaban la tarea del profesional, pero ahora hasta cuando no conviene, no facilitan la información. Terminó con un llamamiento: Compañeros, tomemos la calle. Granados, en un momento del debate, insistió en el poco valor que se daba al título de periodista, cuando la propia Universidad de Almería no valora la licenciatura, ya que históricamente quienes llevan esas labores de gabinete de prensa no son licenciados en periodismo. 

Rompiendo moldes

Antonio Fernández Gil Kayros, socio vitalicio de la Asociación de Periodistas y ex redactor de La Voz de Almería, cerró el turno de intervenciones tratando de llegar al fondo del problema para lo que utilizó un interrogante de Vázquez Montalbán: ¿Quiénes tienen el poder informativo en este país?. Tenemos dijo- una prensa liberal, que es normal que gane dinero, pero que es burguesa. La estructura del capital con el trabajo sigue igual. Después incidió en que antes la Iglesia y el Estado se preocupaban de preparar a los periodistas, pero ahora también ocurre igual, porque esos master de los grandes grupos periodísticos están haciendo lo mismo, pero en beneficio de sus intereses particulares. Definió al periodista como una persona progresista, pero al mismo tiempo es un albañil, un pobre hombre, abundando más al ratificar que el yugo del capital no se rompe y de ahí que el periodista seguirá siendo un obrero y seguramente sometido al despido libre. Posteriormente apostó por la continuidad del periodismo, seguirá en el soporte que sea, para después insistir en la necesaria calidad de la información que es lo que vende y en la conveniencia de que los gabinetes sirvan para facilitar información que pueda ser debidamente analizada y aprovechada. Concluyó diciendo que los periodistas no pintamos nada, nos quejamos y no conseguimos nada, porque la estructura sigue férrea, salen periodistas preparados, pero luego eligen a los que menos cobran y a los que son mas sumisos. Kayros reflexionó en el debate sobre el futuro al decir que la libertad es una onda expansiva que va más allá de ella misma. Internet va a crear una onda expansiva que creo va a quitarle poder a los empresarios. El mismo periodista va a crear sus blogs y eso es positivo. Creo que cambiará el futuro y posibilitará que haya periodistas con millones de lectores, lo que romperá moldes. 

Miguel Ángel Blanco y José Manuel Román, coordinadores de las Jornadas mostraron su satisfacción por el debate y reflexión objeto del ciclo, que se verá reflejado en una publicación del IEA donde además de las aportaciones de los que han intervenido se recogerán otras de responsables de medios en nuestra provincia y de expertos. El Aula de Ciencias de la Información que impulsan IEA y AP-APAL ha echado a andar. Continuarán otras actividades como la beca de investigación Pepe Jesús García y otras iniciativas que permitan analizar la realidad y futuro del periodismo en todas sus vertientes.  El ciclo está pendiente para ser clausurado de poner fecha a una conferencia de Pablo Juliá, director del Centro Andaluz de Fotografía (CAF), que versará sobre ‘La crisis del fotoperiodismo’. 

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