La PSA diseña un sistema para proteger receptores solares de fuertes vientos

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El viento es un gran enemigo de estructuras de gran tamaño, como son los helióstatos de las centrales solares, cuya integridad puede verse afectada en caso de vientos demasiado fuertes. Para evitar estos daños, un investigador de la Plataforma Solar de Almería (PSA) ha patentado un sistema por el que estas placas se protegen a sí mismas en caso de fuertes vientos, y que ha obtenido el premio de la Fundación Madri+d.

El “Interruptor de viento” es un dispositivo que permite detectar las condiciones de viento extremas al objeto de que los equipos móviles expuestos al aire libre, propensos a sufrir daños, puedan reaccionar y protegerse por sus propios medios. La acción del viento sobre una pletina provocará un desplazamiento de la misma que generará, mediante alteraciones del campo magnético, aperturas y cierres de los contactos ferrosos, dando lugar a una alarma por alto viento o un disparo por muy alto viento. El dispositivo debe funcionar activándose en los umbrales deseados.

La primera aplicación de esta patente ha sido en los campos termosolares, compuestos por concentradores con grandes superficies móviles que están expuestas a la acción de viento, aunque puede ser empleado con éxito en otros campos como el eólico, la domótica, la construcción, etc. El interruptor de viento permitiría minimizar el riesgo ante la presencia de vientos peligrosos, haciendo posible la detección y la actuación de forma independiente en cada concentrador. Ello es especialmente relevante en campos de helióstatos autónomos en donde estos equipos, al trabajar de forma aislada por carecer de cableados, deben de gestionar su seguridad de forma autónoma.

Las ventajas que hacen competitiva esta patente son, entre otras: que al estar compuesto con componentes pasivos éstos no requieren alimentación eléctrica para su funcionamiento, haciendo más seguro el mismo; la gran sencillez y el bajo coste, lo que facilitaría su instalación en los equipos que quieran ser protegidos por este sistema, sin incrementar significativamente el coste de los mismos; la gran robustez y fiabilidad en la detección ya que es la fuerza del viento la que lo activa; el fácil tarado y ajuste; y la gran versatilidad ya que permite la detección en diferentes condiciones y direcciones del viento (pudiendo establecerse diferentes niveles de alarma). Por último, la mayor seguridad y dispersión del riesgo al no depender de sistemas de control de planta, permitiendo una supervisión y salvaguarda de forma individualizada para cada equipo.

El interruptor que puede verse en las fotografías fue instalado a finales del año 2003, el funcionamiento a lo largo de estos casi diez años ha sido excelente.

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