La información sobre los ecosistemas prehistóricos que guardan las cuevas

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Las cuevas, por su desconocimiento, inmensidad, belleza y misticismo, han sido, desde tiempos inmemoriales, una fuente constante de inspiración literaria y mitológica. Sin embargo, desde un punto de vista científico, proveen a los equipos científicos de una gran cantidad de información en campos tan variados como la geográfica, geológica, biológica, así como la arqueología y la paleontología. En particular, si se atiende al polen y otros elementos que pueden ser localizados en cuevas como carbones o fósiles, se puede obtener información en torno a los ecosistemas del pasado. Por tanto, las cuevas pueden ser entendidas y consideradas como una biblioteca de la vida pasada sin descifrar aún.

Investigadores en la Cueva de la Carihuela, en Granada.

Siempre ha existido cierta controversia en relación a la información que se podía extraer del estudio de las cuevas, en relación a los sedimentos o la Palinología, estudio de los pólenes, a la hora de llevar a cabo una investigación arqueológica para la reconstrucción de ambientes prehistóricos.

Adoptando el enfoque palinológico, aspectos tales como la contaminación por pólenes más recientes, periodos discontinuos sin información, o el trasporte por animales entre distintas zonas, contaminando la zona de estudio, han dado lugar a cierto escepticismo en el análisis del polen para conocer el pasado.

Qué potencial tiene la información aporta el polen depositado en cuevas sobre los ecosistemas del pasado

Un equipo científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha publicado un artículo en el que ha efectuado una revisión de los distintos métodos y técnicas de trabajo realizados en el campo de la palinología. Concretamente, se ha llevado a cabo una síntesis editorial y de revisión crítica de los métodos de análisis de polen y carbones arqueológicos. Para ello, se han tenido en cuenta estudios de diferente naturaleza (coprolitos, sedimentos, cuevas, abrigos rocosos) y localización (sureste asiático, Sudamérica, Europa, Sudáfrica, China, etc), a fin de evaluar el potencial de los métodos y las avenidas de investigación futuras.

“En el caso de Andalucía oriental, como en el resto de la zona mediterránea ibérica, las cuevas con registro arqueológico, paleontológico y paleoantropológico, son muy numerosas”. Cabe señalar la famosa Cueva de la Carihuela en Granada o la Cueva del Ángel en Córdoba, la Cueva del Higueral de Valleja en Cádiz, y un largo etcétera. “Todas ellas tienen gran interés también para el estudio de la evolución y paleoecología de humanos, incluyendo neandertales”, remarca Carrión, investigador de la Universidad de Murcia y miembro del proyecto SUMHAL.

Estudiando el pasado, conoceremos nuestro presente

El estudio de los ecosistemas pasados es clave para la comprensión de la estructura y dinámica de los ecosistemas actuales y para evaluar la relación entre flora, vegetación y cambios climáticos, así como las relaciones con la acción del hombre.

Las cuevas, como las turberas, fondos de lagos, o fondos oceánicos, son archivos sedimentarios que permiten hacer deducciones sobre estos temas y profundizar en el conocimiento climático y botánico de nuestro pasado.

Las cuevas y el futuro

Las cuevas son definitivamente valiosos archivos potenciales de información paleoecológica. Aquí hemos traído algunos ejemplos significativos junto con una revisión del estado del arte. Sin embargo, digámoslo así: «metodológicamente» no hemos tocado techo… Esto quiere decir que todavía quedan muchos aspectos de la investigación paleobotánica/palinológica en cuevas que se pueden mejorar y, por tanto, quedan las puertas abiertas para futuros estudios y enfoques.

Se podría trabajar más para afinar la resolución estratigráfica de algunos registros, la discriminación taxonómica de otros y, sobre todo, los patrones y procesos que configuran las tafocenosis en cuevas.

Si hubiera que priorizar, además de la investigación con ADNa, se considera que la investigación experimental sobre los mecanismos de incorporación y conservación de granos de polen, esporas, carbón vegetal y otros microfósiles, requiere proyectos urgentes y específicamente orientados.

El proyecto LifeWatch ERIC – SUMHAL

El proyecto SUMHAL, Sustainability for Mediterraean Hotspots in Andalusia integrating LifeWatch ERIC, es un proyecto europeo encuadrado dentro del programa FEDER de actuaciones relacionadas con la infraestructura distribuida paneuropea de e-Ciencia LifeWatch ERIC, con Sede Central en Andalucía-España. Se encuentra financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, a través de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER) [SUMHAL, LIFEWATCH-2019-09-CSIC-13, POPE 2014-2020]

El propósito clave del proyecto es contribuir a la conservación de la biodiversidad en sistemas naturales o seminaturales del Mediterráneo occidental, haciendo uso para ello de infraestructuras de alta tecnología, trabajo de campo, integración de datos y el desarrollo de entornos virtuales de investigación (VREs), así como la combinación entre personal investigador altamente especializado y la ciudadanía, a través de acciones de ciencia ciudadana.