La grasa tiene su lado bueno: algunos de sus componentes protegen frente a la aterosclerosis

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Ensayos evidenciaron que los ácidos grasos de cadena media –presentes de forma natural en algunos aceites como el de coco o la palma– disminuyen el riesgo de desarrollar aterosclerosis, enfermedad que impacta la circulación de la sangre. El estudio se centró en los macrófagos, un tipo de glóbulos blancos encargados de proteger el cuerpo del ataque o la invasión de microorganismos infecciosos, en este caso de ratones de laboratorio, y marca un precedente para investigaciones en humanos.

La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en el mundo. Foto: Jeimi Villamizar – Unimedios.

Síntomas como dolor y molestia en el pecho, y latidos cardíacos irregulares (a veces acelerados o muy lentos) son frecuentes en enfermedades cardiovasculares que afectan especialmente el corazón, el cerebro y los vasos sanguíneos.

Qué es la aterosclerosis

Una de estas afecciones es la aterosclerosis, que se manifiesta como un endurecimiento en las arterias (por el depósito de placas) capaz de ocasionar infartos de corazón y ataques cerebrovasculares agudos, condiciones que en Colombia son las causas principales de desenlaces fatales, y que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la primera causa de muerte en el mundo.

Algunos de los factores de riesgo de presentarla están asociados con tabaquismo, consumo de alimentos ultraprocesados, consumo excesivo de grasas saturadas, obesidad, inactividad física y consumo de alcohol.

“Esta condición genera una reacción inflamatoria sobre las paredes de las arterias que puede obstruir el paso de la sangre y también formar trombos. Esto puede ocurrir por inflamación o cuando hay una alteración en el metabolismo de lípidos como el colesterol y los triglicéridos”, explica Paula Valentina Gaete Carrillo, magíster en Bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

Qué componentes de la grasa previenen el endurecimiento de las arterias

En busca de alternativas para evitar esta condición, en laboratorio se pusieron a prueba ácidos grasos de cadena media –aquellos que tienen menos de 16 carbonos– y se evaluó su acción en 20 grupos de macrófagos, un tipo de células que participan en la función inmune, en este caso de murinos (una subfamilia de roedores).

“Con estos ensayos se observó cómo actúa este grupo de ácidos grasos en el metabolismo de lípidos y en la inflamación, ya que modular cualquiera de estos factores ayudaría a disminuir el riesgo de ateroesclerosis”, señala la investigadora.

Los macrófagos se cultivaron y dividieron en diferentes grupos; aquellos intervenidos se expusieron a dos ácidos grasos de cadena media: el octanoato (de 8 carbonos) y el decanoato (de 10 carbonos).

“Hicimos un control positivo, en el cual las células se expusieron a ácido palmítico –un ácido graso de cadena larga con 16 carbonos– y a un agonista del receptor nuclear PPAR delta, y como control negativo se mantuvo otro grupo con un medio de cultivo basal”.

Cómo actúan los ácidos grasos de cadena media

“Después de los ensayos observamos que la exposición a ácidos grasos de cadena media –especialmente al octanoato– aumentaron la expresión de genes relacionados con el eflujo de colesterol y redujeron la expresión de genes relacionados con la inflamación, lo cual explica que al disminuir la inflamación y mejorar la capacidad de sacar el colesterol de las células se disminuyen dos de los principales factores de riesgo relacionados con la ateroesclerosis, y por lo tanto ayudarían a prevenir la aparición de la enfermedad cardiovascular”, explica la magíster Gaete.

Los resultados obtenidos en células de ratones ayudan a sentar las bases para que futuros estudios puedan aplicarlos en humanos, así funcionaría como una alternativa eficaz para frenar el desarrollo de la aterosclerosis.