La búsqueda del San Antonio perdido para la que se está empleando hasta un georradar

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El 25 de julio de 1936 se le perdió la pista a una escultura de San Antonio de Padua realizada por Salzillo. La imagen era custodiada en la iglesia de San Diego, en Cartagena, hasta que, por miedo a que fuera presa de las llamas en la violencia anticlerical desatada en la Guerra Civil, fue puesta a buen recaudo, tanto, que todavía se sigue buscando. Un equipo de las escuelas de Caminos y Minas y Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) ha iniciado una insólita búsqueda de la imagen, en la que incluso están empleando un georradar.

Equipo de la UPCT que participa en la búsqueda del San Antonio de Salzillo.

Se piensa que la imagen de Salzillo podría estar emparedada en el propio templo, de ahí que el equipo de la UPCT haya recurrido al georradar. Esta tecnología se va a utilizar por primera vez en la Región de Murcia, según explica la profesora Josefina García León.

Por qué se emplea el georradar en la búsqueda del San Antonio de Salzillo

La tecnología georradar utilizada es idónea para respetar el patrimonio arquitectónico. No es invasiva ni requiere obras en el inmueble, comentan los investigadores del grupo en Geofísica Aplicada Somera (GEODE) Pedro Martínez Pagán y Marcos Martínez Segura. 

Los investigadores han trabajado con historiadores. En los archivos no hay evidencia de que esa escultura de Salzillo fuera destrozada ni quemada. Además cuentan con testimonios orales fiables que afirman que se encuentra emparedada en el interior del templo. Pese a todo ello, su paradero continúa siendo una incógnita.

Cuándo arrancó la investigación sobre el paradero de esta imagen perdida en la Guerra Civil

La investigación, que comenzó en 2022, aún no ha hallado esta escultura desaparecida durante la Guerra Civil pero sí ha confirmado la presencia de huecos ocultos en el templo en lugares en los que no era necesario estructuralmente en los que, por su tamaño, podría haber estado emparedado. Uno de ellos es el oratorio. Los trabajos realizados hasta ahora también han permitido descartar dónde no se encuentra la escultura de Salzillo. García León y Pedro E. Collado Espejo,  del grupo Thermal Analysis And Geomatics, recuerdan que la parroquia de San Diego conserva un San José de Salzillo que en la misma fecha una familia la ocultó durante la contienda civil y posteriormente la devolvió a la Iglesia.

En esta investigación multidisciplinar participan estudiantes del máster en Patrimonio Arquitectónico de la UPCT. Se realiza en colaboración con el historiador Miguel Ángel Ríos Sanmartín y a instancias del párroco de San Diego, Pascual Saorín.