Investigadores de la UMA confirman que las oscilaciones del Atlántico Norte afectan a un alga en el Mar de Alborán

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Investigadores del proyecto.

Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Málaga y del Instituto Español de Oceanografía (IEO), ha demostrado que la Oscilación del Atlántico Norte modula la presencia local del alga parda Fucus guiryi en el Mar de Alborán, según un estudio publicado en la revista científica ‘PeerJ‘. El equipo ha estado liderado por el catedrático de Botánica Antonio Flores.

Los científicos llevan desde 1990 estudiando, de forma ininterrumpida, la presencia estival de esta alga en Punta Calaburras, Cala de Mijas. Este tipo de planta es perenne en toda su área de distribución (costas templado-frías y templado-cálidas de Europa y África del Norte) pero la población aislada que se desarrolla en el Mar de Alborán no está presente todos los años en verano.

“La persistencia del alga en Punta Calaburras podría deberse al crecimiento de etapas resistentes microscópicas, así como a la llegada de partes de esta planta provenientes de localidades vecinas, transportadas por la corriente permanente que fluye desde el Océano Atlántico hacia el Mediterráneo”, explica el profesor Antonio Flores.

El trabajo analiza la conexión entre atmósfera y ecosistema. En concreto, el modelo desarrollado en esta investigación indica que la persistencia del alga Fucus guiryi en Punta Calaburras en verano se ve favorecida cuando el índice NAO –Oscilación del Atlántico Norte- es positivo de abril a junio, siendo no relevante el peso de otras variables oceanográficas y atmosféricas.

“Las variaciones del índice NAO juegan un papel esencial en las fluctuaciones de las condiciones climáticas del hemisferio norte. El componente atmosférico de la NAO hace referencia a una variación en la prevalencia entre el anticiclón de las Azores y la región de bajas presiones cerca de Islandia. Los resultados del estudio sugieren que la presencia del alga en verano depende de cuál es el estado promedio de la atmósfera en primavera”, aclara Flores.

Así, según afirma, la población estival de Fucus guiryi en Punta Calaburras solo se mantiene si la media de la NAO es positiva, evidenciando la conexión entre las oscilaciones atmosféricas y la supervivencia y proliferación de macroalgas marinas.

Este estudio de la Universidad de Málaga se integra dentro del proyecto europeo ‘Variabilidad funcional y dinámica de las respuestas al cambio climático de bosques marinos’ (MARFOR), financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, en el marco de la iniciativa internacional ‘Acciones de Programación Conjunta’.

La propuesta MARFOR ha sido reconocida por la red de investigación ‘BiodivERsA’ (2015-16), que agrupa a 32 agencias y ministerios de 21 países europeos, que se encargan de coordinar y financiar investigaciones paneuropeas sobre la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas, en el marco del Programa Marco Horizonte 2020 de I+D+i de la UE.

Actualmente, coordinados por el ‘Centre of Marine Sciences at the University of Algarve’ (Portugal), participan en MARFOR 23 instituciones de investigación europeas, para estudiar cómo los bosques marinos de macroalgas son componentes esenciales de las principales funciones de los ecosistemas a lo largo de las costas de Europa, ya que estos han experimentado grandes cambios de distribución en los últimos decenios.

El proyecto desarrollado por la Universidad de Málaga y el Instituto Español de Oceanografía, gracias al impulso del Vicerrectorado de Investigación y Transferencia, ha sido publicado por la revista científica internacional ‘PeerJ’.

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