El consumo de edulcorantes a largo plazo como sustitutos del azúcar podría generar patologías como aumento de peso corporal y de enfermedades crónicas, según especialistas de la Universidad chilena UTALCA
Así lo explicó la nutricionista y académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Talca, Andrea Torres Geldres, en el contexto de las recientes declaraciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que desaconsejó el uso generalizado de estos alimentos para bajar de peso.
Según Torres, las investigaciones realizadas comprobaron el efecto negativo de los edulcorantes artificiales. «Los estudios hablan de que a largo plazo logran todo lo contrario; aumento de peso corporal y de perímetro de cintura, por lo tanto, obesidad abdominal y por ende el desarrollo de patologías cardiovasculares».
Dentro de la gran variedad de edulcorantes artificiales, la nutricionista explicó que existen tipos que son más dañinos que otros. «Hay algunos endulzantes que tienen mayor riesgo como por ejemplo la sacarina y la sucralosa», detalló.
Además, es necesario estar atentos a la cantidad que se consume para evitar esos efectos indeseados. «El máximo para consumir depende del endulzante a utilizar, por ejemplo, en el caso de la Stevia sería de 4 mg por kilo de peso corporal al día, y Sucralosa 6 mg por kilo de peso corporal», aseguró la especialista.
Uso excesivo de la sacarina y la sucralosa
Actualmente existe un uso excesivo de estos alimentos, que supera las recomendaciones nutricionales. «Lamentablemente las personas cada día consumen más endulzantes artificiales y más productos de la industria alimentaria los contienen, sobre todo los ultra procesados», detalló la académica.
Sin embargo, existen algunos de estos aditivos, como tagatosa, alulosa y eritritol, cuyo uso temporal podría ayudar a quienes deban dejar el azúcar refinada. Torres sostuvo que, «a corto plazo el uso de endulzantes artificiales puede servir para el control de peso, pero la idea de indicarlos es la reducción en consumo de azúcares simples».
«En general el uso de endulzantes artificiales es una medida de transición para que la población deje de endulzar las bebidas, te, café, etc. y que logremos consumir estos productos sin ningún tipo de edulcorante», manifestó.
La directora del Centro de Inocuidad Alimentaria perteneciente a la misma casa de estudios, Ana Karina Peralta Madariaga, explicó que «un edulcorante es algo que se adiciona a los alimentos, y por tanto siempre va a estar en el límite de que, frente a un exceso, se pueda transformar en un peligro de producir una enfermedad», sostuvo.
En ese sentido, el azúcar refinada también presenta un riesgo, por lo que se recomienda limitar su consumo. «No más del 10% de las calorías que se consumen en un día debieran ser aportadas por el azúcar». En caso de necesitar endulzar los alimentos, indicó preferir «aquellos naturales o provenientes de plantas como, por ejemplo, la miel o el que proviene del jugo de coco, o siropes».