Tres estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso de Chile fueron seleccionados para representar a Chile en el mundial de robótica bípeda (modelo común con brazos y piernas similar a la forma humana) que se celebrará en Japón el próximo 23 y 24 de septiembre.
Durante la competencia llamada ROBO-ONE los futuros ingenieros tendrán la misión de demostrar las cualidades de «Bug» el robot que deberá enfrentar una prueba de destreza física y un posterior combate de artes marciales contra un oponente en rounds de tres minutos, esto ante un panel de jueces encargado de medir diversas destrezas simultáneas, como técnicas aplicadas a la robótica, programación, habilidades del equipo programador y capacidad de resolución.
Sebastián Cofré (26 años, estudiante de Ingeniería Civil Electrónica), Miguel González (26 años, estudiante de Ingeniería Electrónica) y Sebastián Herrera (26 años, estudiante de Ingeniería Civil Electrónica) son las mentes detrás de la programación del robot cuyo sistema central está computarizado y es manejado con un joystick de botones de rápida reacción, así él puede pegar puñetazos, saltar, caminar, hacer una voltereta, agacharse y subir escaleras.
«Bug» mide 40 centímetros, pesa 3 kilos y funciona con una técnica comparable al stop motion, tal como las películas animadas.
«Es como si uno fuera tomando fotos, primera postura le tomamos una foto; con otra postura le tomamos otra foto y eso se reproduce rápido para que se vea en movimiento como un video. Se hace exactamente lo mismo, pero programándolo milímetro por milímetro, cada movimiento por secuencias desde un computador, las cuales cargamos desde el pc a una memoria interna que tiene el robot, así él queda con varias posturas grabadas y con el control remoto le indicamos cuál va a ejecutar en el momento», explicó Cofré.
Sobre el ring en la ciudad japonesa de Atsugi, «Bug» tendrá un solo objetivo, derribar a su rival, pero para lograrlo hay toda una estrategia desplegada. «Cuando el oponente golpea o hace una táctica lo ideal es esquivarlo, quedar estable y luego de eso contraatacar o esperar que el otro robot esté en una mala posición, eso va a depender de los reflejos del piloto y de la práctica que tenga al control, al igual que esté bien programado para que pueda tirar golpes bien lejos sin desestabilizarse», indicó el futuro ingeniero.
El equipo lleva por nombre «Factory Errors» (error de fábrica en español) porque de ensayo a error fueron dando vida a «Bug», quien va por su segunda batalla internacional junto a sus creadores, pues durante la pandemia participó del mismo mundial vía online, luchando contra una estructura de peso similar a un contrincante real, obteniendo el primer lugar en la categoría +3Kg. Además, han concursado en dos batallas nacionales.
La misión es ganar y posicionar a Chile en la tierra de la robótica, ese objetivo los mantiene unidos trabajando todos los días para perfeccionar al robot. «Es un desafío gigante llegar a la cuna donde la robótica nació, pero aún así nos sentimos preparados para dar un buen espectáculo y para poder demostrar qué es lo que se está trabajando en Chile y cuál es el nivel», dijo Herrera.
Miguel González expresó la pasión que siente por su carrera, cuyos contenidos ha podido llevar a la práctica en ramos de aplicación y en el Centro de Nuevas Tecnologías (CNT) de la Escuela de Ingeniería Eléctrica, que agrupa carreras como Ingeniería en Informática, Ingeniería en Construcción, Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Electrónica.
«Esto me fascina, soy apasionado de la electrónica, participo en el laboratorio desde el primer año de universidad. En general, siempre he estado cerca de la programación y la implementación y poder llegar hasta acá me tiene muy entusiasmado», resaltó.