Estas medidas ayudarían a reducir los efectos destructores de los terremotos

Un conocimiento amplio de la geología local ayuda a predecir cuáles serán las consecuencias de los terremotos.

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Una de las principales conclusiones a las que se ha llegado tras la celebración del 13  Congreso Internacional sobre Microzonización Sísmica y Reducción Sísmica, que tuvo lugar el pasado 30 de noviembre y 1 de diciembre en la Universidad de Alicante, es que “la geología local y el relieve topográfico pueden alterar la amplitud de las ondas sísmicas haciendo que sean mucho mayores de lo inicialmente esperado”, según explica Sergio Molina, profesor de Física Aplicada de la UA y uno de los coordinadores del congreso, junto a los profesores Manuel Navarro, Takahisa Enomoto y Yoshiya Oda.

La planificación urbana y los planes de riesgo son fundamentales para minimizar los efectos destructores de los terremotos.

El profesor recalca que este hecho “puede repercutir en el daño directo a las edificaciones y en fenómenos de resonancia si coincide el periodo fundamental del edificio y el del suelo” y señala que “los municipios deben hacer hincapié en los estudios de microzonificación sísmica y en la instalación de sensores sísmicos de aceleración. De esta forma será posible simular el movimiento del suelo previo a un terremoto y obtener, cuando ocurra el terremoto, mapas rápidos de movimiento del suelo con los registros de los sensores de aceleración. Así será posible tomar decisiones sobre la gestión de la emergencia en los barrios donde la intensidad haya sido mayor”.

Durante dos días han puesto en común sus conocimientos y han debatido y reflexionado sobre este ámbito prestigiosos expertos de las universidades de Alicante, Almería, Granada y Jaén, junto a las universidades politécnicas de Cartagena, Cataluña, Madrid y Valencia y del Centro de Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), así como de centros de investigación y universidades japonesas, de México, Noruega, Macedonia, Grecia e Italia. Y como resultado de estas jornadas, tal y como informa Sergio Molina, se ha llegado al consenso sobre cuestiones tales como la importancia de pronóstico y la alerta rápida, la necesidad del conocimiento del comportamiento dinámico de los edificios y de de educar en cómo actuar en caso de seísmo.

Ponentes y organizadores del congreso en la Sede de Alicante de la UA.

Así, los expertos apuntan a que, aunque el pronóstico temprano de terremotos es una línea de investigación que se está iniciando, numerosos grupos de investigación están empezando a obtener resultados prometedores. “Aunque muchos de estos estudios se están aplicando al pronóstico del aumento de réplicas de gran tamaño tras un terremoto importante, la UA está analizando cambios en la sismicidad y en otros indicadores geofísicos (emisiones de Radón, CO2, cambios en el campo magnético, etc.) para identificar patrones que permitan pronosticar la ocurrencia de terremotos de gran tamaño. Para ello, se está usando información de las series sísmicas recientes en la región de Murcia, en Vrancea (Rumanía) y en L’Aquila (Italia)”, explica Sergio Molina.

Además, se ha subrayado durante el congreso que la  alerta rápida, antes de que llegue la onda sísmica, es fundamental para poder tomar decisiones en un corto periodo de tiempo como, por ejemplo, detener un tren, controlar los ascensores para que nadie quede atrapado, detener líneas de producción en las fábricas, avisar a trabajadores que estén llevando a cabo tareas peligrosas para que puedan ponerse a salvo, alertar a colegios y hogares para que se preparen, entre otras. La UA junto con el ayuntamiento de Orihuela y la colaboración de la red sísmica de la comunidad valenciana (SISCOVA) está dando pasos en este sentido aumentando la instalación de sensores sísmicos de velocidad para aumentar la detección y la posibilidad de llevar a cabo este tipo de alertas.

También han incidido los participantes en que el conocimiento del comportamiento dinámico de los edificios y en particular del patrimonio histórico es fundamental para detectar su vulnerabilidad y para buscar medidas de reforzamiento o cuantificar su daño preliminar tras un terremoto, facilitando así el trabajo a los equipos de inspección al ser posible establecer una prioridad en las revisiones “post-evento”. 

Y  finalmente, el investigador de la UA señala que “se ha detectado que “en países de sismicidad moderada como el nuestro, la memoria histórica sobre la ocurrencia de grandes terremotos históricos está despareciendo por lo que es necesario insistir en los colegios a través de charlas educativas, juegos interactivos, blogs de información, etc, para que se mantenga vivo el recuerdo y  nos permita prepararnos para una repetición futura de estos terremotos, que como sabemos, será inevitable.”