El polen de abeja podría agravar un tipo de cáncer

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El polen de abeja es consumido en todo el mundo por su propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antienvejecimiento. Sin embargo, hay pocos estudios que confirmen científicamente estas propiedades beneficiosas, y ahora, la Universidad de Murcia (UMU) acaba de comprobar efectos negativos de este alimento en un tipo de cáncer muy extendido.

Grupo de Inmunidad, Inflamación y Cáncer de la Universidad de Murcia.

El grupo de Inmunidad, Inflamación y Cáncer de la UMU, encabezado por Victoriano Mulero Méndez, ha realizado estudios en peces cebra alimentados con polen de abeja que muestran una alteración muy importante de la microbiota intestinal, un conjunto de microorganismos que habitan en el intestino y que resultan esenciales para la salud de muchos animales, incluidos los humanos. Por otro lado, empleando modelos de melanoma, el cáncer de piel más agresivo y que se origina en las células (melanocitos) que producen el pigmento que nos protege de la radiación solar, se ha comprobado que la alimentación de estos animales con polen de abeja favoreció el crecimiento de este tumor.

Por qué el polen de abeja favorece el crecimiento del cáncer de piel

Aunque el estudio es descriptivo y no aborda si existe una relación directa entre los cambios en la microbiota y el mayor crecimiento tumoral, una posible razón de este efecto nocivo sería el gran contenido en azúcares que contiene el polen. Mulero aclara que no existen evidencias categóricas de que el polen, y por tanto el azúcar, genere cáncer per se, pero limitar su ingesta en pacientes que ya han desarrollado esta enfermedad puede resultar beneficioso, pues los tumores “necesitan mucho azúcar para crecer”.

El melanoma crece con la ingesta de polen de abeja.

“Acabamos de publicar un artículo cuyo contenido creo que es de interés público, ya que demuestra que el consumo de polen de abeja por los peces cebra produce un cambio importante de su microbiota intestinal y promueve mayor agresividad del melanoma”, señala Mulero.

Por este motivo, el estudio advierte de que el consumo de polen de abeja no tiene por qué ser beneficioso. Asimismo, se constata la necesidad de abordar más estudios en animales y ensayos en humanos. 

Este trabajo forma parte de la tesis doctoral de Isabela M. Di Chiacchio, publicada en la revista Scientific Reports. El trabajo ha sido tutelado entre la UMU y la Universidad Federal de Lavras (Brasil) y codirigida por el profesor Victoriano Mulero Méndez y Luis D. Solis Murgas. También han participado investigadores de Brasil y dos más de la UMU, la Dra. Elena Gómez Abenza y el investigador predoctoral Juan Francisco Rodríguez Vidal.