El Castillo de Santa Ana estrena nueva cubierta y una muestra de Dalí

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El Castillo de Santa Ana de Roquetas de Mar tiene un triple motivo de celebración. Ayer noche se inauguraron la nueva cubierta del recinto, se abrió al público la exposición que recoge la mejor obra gráfica de Salvador Dalí y se abrieron las puertas del Centro de Interpretación de Roquetas, que se ubica en el Torreón del Castillo.

El Castillo de Santa Ana, uno de los lugares más emblemáticos de Roquetas de Mar luce una cubierta que servirá para en días de viento y lluvia se pueda hacer cualquier actividad en su interior. Se trata de una autentica obra de ingeniería, una cubierta móvil realizada en materiales nobles, madera en el interior y zinc en el exterior.

En el torreón del Castillo de Santa Ana, los visitantes encontrarán el Centro de Interpretación de Roquetas de Mar. Paneles informativos ayudados de material audiovisual harán un recorrido desde el Roquetas mas artesanal hasta la localidad digital y futura que se construye actualmente. La historia, los monumentos, el camino de la tradición, fiestas, ocio, la agricultura, la pesca, el turismo, el paisaje, el medio ambiente, parques y playas y las alternativas de divertimento están presentes en el Centro de Interpretación.

El Centro de Interpretación será referencia inexcusable para los miles de turistas que visitaran Roquetas, llevándose una idea exacta de la localidad. UY para los autóctonos supone un homenaje a los antepasados, una autentica alegoría de sus éxitos y del trabajo duro que cada uno de ellos realizó para que hoy se pueda disfrutar de la actual Roquetas de Mar.

Obra gráfica de Dalí

Y también en las salas del Castillo se puede disfrutar durante dos meses de una exposición que llega de la mano de la Fundación Cajamar. Se trata de una muestra de la obra grafica de Dalí, considerado uno de los máximos representantes en la historia del surrealismo.

El programa expositivo se estructurará a través de cinco grandes bloques, con incursiones en temas específicos relacionados con el artista y las técnicas básicas de su trabajo. Esta metodología permite abordar de forma gradual y monográfica la trayectoria del artista presentado sin perder de vista una perspectiva global histórico-crítica del contexto en el que la obra ha sido producida.

El primer bloque está dedicado a Dalí y Don Quijote. Existe un vínculo muy fuerte entre Don Quijote y Salvador Dalí: Don Quijote fue un personaje que vivía en un mundo en el que se mezclaban las fantasías con la realidad. Dalí fue, a su vez, un pintor de los sueños y de la realidad mediada por las fantasías, e hizo de sí mismo un original personaje, en el que se superpusieron realidad y ficción.

Otro bloque está dedicado a Gala, la musa del pintor. La musa del artista le sirvió de inspiración para una toda su vida, no solo artísticamente, sino también en la pareja, para su compleja personalidad, y su conturbada vida afectiva y sexual. Dalí y Gala son el símbolo de la pasión, de la pureza, y el olvido del erotismo y la sexualidad. El círculo mágico que formaba la pareja era sinónimo de omisión de las fantasías eróticas.

Gala era una puritana a la manera de los surrealistas y sensible como una artista. Gala significó un refugio de la lujuria, la perversidad, y todos los sentimientos y actuaciones que definieron el erotismo daliniano con el que Dalí tuvo una lucha constante que le desviaba de su continua búsqueda hacia el camino real del alma de Dios. Dalí separaba el amor del erotismo. Esto probablemente se deba a que solo amaba a dos personas, a Gala y a sí mismo.

Otro tema de esta exposición es el erotismo daliniano. Salvador Dalí entendía el erotismo como un juego con unas reglas muy precisas, donde cabe la belleza, la incertidumbre, la sutilidad, la perversión, la humillación, el dominio, y como no, el surrealismo. Les Amoreux sin embargo representa toda una iconografía compositiva que se alimenta de los tres elementos representativos del “ erotismo daliniano”: La apariencia asexual, la crueldad fría ausente de sentimiento y una cierta escatología, tratando los adornos y detalles compositivos como una representación literal del excremento que despierta su avidez.

Otro bloque trata sobre el surrealismo y método paranoico-critico. Los surrealistas, y muy especialmente Dalí, sentían un profundo interés por el psicoanálisis y la psicología. Para Dalí el psicoanálisis Freudiano desarrolló equivalentes visuales que, combinados con imágenes personales rescatadas desde su infancia, le permitieron situar tanto a sus personajes como a los objetos en escenarios totalmente oníricos. La década de los 30 fue un período de gran excitación mental provocada por grotescas escenas conjuradas en su imaginación, que se confundían entre la realidad y el constante revivir de fantasías infantiles. En aquellos tiempos Dalí estallaba en constantes crisis de risas causadas por las imágenes que le venían a la mente.

Y el quinto bloque es Misticismo y Religión. Dalí mostró gran interés por los temas religiosos en una etapa ya avanzada de su producción artística. Un ejemplo de tal temática es el grabado a punta seca titulado “El jinete apocalíptico” de 1974. La alusión a la muerte es una temática constante, como otras muchas, en la obra de Dalí. En 1937 Dalí ya realizó dos grandes cuadros con temas bíblicos como Salomé y la Herodías. En sus sugerentes obras religiosas alude al irracional miedo a la muerte.

 

 

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