El catedrático de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, José Pedro Espada, ha participado en un proyecto de investigación sobre las consecuencias psicológicas de la COVID-19 y del confinamiento en la población española. En la investigación, liderada por la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), se concluye que el 46% de la población española informa haber experimentado malestar psicológico durante el confinamiento. La investigación ha contado con el apoyo económico del Ministerio de Universidades.
Además de la UPV/EHU y la UMH, en el estudio participan investigadores de la Universidad de Barcelona, Universidad de Murcia, Universidad de Granada y UNED.
Situación extraordinaria y mucho estrés
La paralización de la actividad económica, el cierre de centros educativos y el confinamiento de toda la población durante semanas ha supuesto una situación extraordinaria y con múltiples estímulos generadores de estrés. La investigación responde a la necesidad de contar con datos precisos acerca de los efectos que ha podido tener la situación de pandemia y confinamiento sobre el bienestar psicológico de la población. Estos datos se utilizan como referencia para proponer una serie de recomendaciones que permitan afrontar posibles problemas psicológicos, tanto en la población general como en grupos de mayor vulnerabilidad.
La investigación incluye dos estudios y combina la metodología cualitativa y cuantitativa. Ha contado con la participación de un total de 6.829 personas de entre 18 y 92 años de todas las comunidades autónomas. En el primero de los estudios se han entrevistado a 40 personas, lo que ha permitido aportar información sobre el grado de afectación psicológica, generado por el confinamiento, y profundizar en las áreas de preocupación. El análisis de las narraciones de las entrevistas ha permitido identificar las áreas temáticas de interés para ser abordadas en el estudio cuantitativo mediante encuesta. En el segundo estudio se ha utilizado un cuestionario online, diseñado a partir de la investigación anterior, para encuestar a una muestra representativa de 6.789 participantes, lo que ha permitido obtener conclusiones generalizables a la población española respecto a los efectos psicológicos de la pandemia y del confinamiento, tanto a nivel emocional y cognitivo como a nivel conductual.
Cerca de la mitad de la población ha experimentado malestar psicológico
El 46% de las personas encuestadas afirman que han experimentado un aumento en su malestar psicológico general, porcentaje que ha sido mayor en el caso de las personas afectadas por COVID-19, las mujeres y las personas más jóvenes. Si se atiende a indicadores de ansiedad/miedo, destaca el porcentaje de personas en las que se ha incrementado la incertidumbre (78%), mayor entre aquellas que han tenido sintomatología o diagnóstico de COVID-19 y entre las que han perdido su empleo temporal o definitivamente. La mayor preocupación por padecer o contraer una enfermedad grave (COVID-19 u otras), que se acentúa notablemente entre las personas mayores de 60 años (76%); y el aumento del miedo a perder a los seres queridos, especialmente entre las personas afectadas por COVID-19 (83%).
Asimismo, es destacable el incremento de los sentimientos depresivos, pesimistas o de desesperanza, que se ha producido en el 43% de la población. Esta tendencia es mayor en las personas que han tenido síntomas o diagnóstico de COVID-19, en las que están pasando el confinamiento solas, en mujeres, en aquellas que han perdido su trabajo y en los grupos de menor edad. Un 44% de los participantes ha señalado que ha disminuido su optimismo y confianza. Las personas que han visto empeorada su situación laboral, las que han tenido sintomatología o diagnóstico de COVID-19 y las mujeres son los grupos en los que este porcentaje ha sido mayor. Los sentimientos de vitalidad y energía han empeorado, ya que un 49% manifiesta que han disminuido. De nuevo, este efecto es mayor en mujeres, en grupos más jóvenes, en personas afectadas por COVID-19, con peor situación laboral y en zonas con mayor incidencia de la pandemia. En general, se ha observado un aumento de los sentimientos de irritabilidad y enfado (47%) y de los cambios de humor (45%). Este aumento ha sido mayor en los grupos de menor edad, en las mujeres y en quienes han tenido síntomas o diagnóstico de COVID-19.
Incremento del consumo de alimentos con alto contenido calórico
Con respecto a los cambios conductuales, los resultados más destacables son: más del 40% de las personas participantes señaló que ha incrementado el consumo de alimentos de alto contenido calórico, mientras que el 46% redujo la práctica de ejercicio físico y esta reducción es más notable a medida que crece la edad. También, destaca el gran porcentaje de personas que ha utilizado más las redes sociales (superior al 70%), el de personas que dedica más tiempo a ver la televisión (67%) y el mayor uso de videojuegos, especialmente entre los más jóvenes (llegando a un 64%).
A partir de los resultados de la investigación, se realizan una serie de recomendaciones generales para la situación de confinamiento y para la prevención de problemas psicológicos, así como recomendaciones específicas para grupos de mayor vulnerabilidad y para profesionales de salud mental y atención primaria.
El equipo de investigación de este proyecto lo constituyen el catedrático de la UMH José Pedro Espada; la catedrática de Psicometría de la Universidad de Barcelona, Juana Gómez Benito; la catedrática de Psicometría de la Universidad de Murcia, María Dolores Hidalgo; el catedrático de Psicometría de la Universidad de Granada, José Luis Padilla; el profesor de Psicopatología de la UNED Miguel Ángel Santed; la profesora de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la UPV/EHU Arantxa Gorostiaga; bajo la dirección de la catedrática de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la UPV/EHU, Nekane Balluerka.