Calar Alto descubre un cuásar triple, uno de los objetos más enérgicos del universo

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Los cuásares son objetos extremadamente lejanos a nuestro planeta, al tiempo que también son los más luminosos y los ás enérgicos que se conocen. En un cuásar, el agujero negro supermasivo situado en el centro de una galaxia engulle material del entorno y libera cantidade colosales de energía, de ahí que sean visibles desde la Tierra. Calar Alto acaba de descubrir un sistema físico de tres cuásares, el segundo de este tipo hasta la fecha.

Mirar lejos en la distancia implica observar el pasado remoto, porque la luz que procede de estos objetos ha necesitado mucho tiempo para alcanzarnos. Así, al estudiar cuásares remotos se sondean las condiciones y procesos que regían en el universo antiguo. La astrofísica moderna considera que la coalescencia e interacción supuso un mecanismo crucial para la formación de las galaxias. No todas las galaxias remotas ostentan un núcleo activo, pero si se hallaran tres de tales objetos físicamente diferenciados, supondría un apoyo observacional clave para este guion evolutivo. El análisis de tales procesos aclararía los mecanismos que regulan la actividad de los cuásares y la co-evolución de los agujeros negros supermasivos dentro de sus galaxias huésped.

Se acaba de descubrir un sistema físico de tres cuásares, QQQ J1519+0627, el segundo de este tipo hasta la fecha. El hallazgo se ha producido en el curso de una búsqueda sistemática en pos de este tipo de grupos. En palabras de Emanuele Farina, responsable de esta investigación: «Estimamos que estos sistemas son extremadamente raros si tienen que deberse a una simple superposición accidental». En efecto, habría que multiplicar por más de mil el número de cuásares confirmados hasta ahora para que hubiera alguna probabilidad razonable de que se produjera solo una de estas alineaciones al azar.

Pero ese vínculo podría deberse al efecto relativista conocido como lente gravitatoria. Es bien sabido que un objeto muy masivo, como una galaxia muy grande o un cúmulo de galaxias, se puede comportar como una especie de lente que curva, amplifica y a veces incluso replica las imágenes de objetos de fondo más lejanos y débiles. El equipo de investigación ha considerado esta posibilidad muy seriamente y concluye: «Gracias a la profundidad de nuestras observaciones podemos descartar la lente gravitatoria como explicación para estos sistemas y concluimos que QQQ J1519+0627 no corresponde a este tipo de fenómeno».

El estudio, efectuado por Emanuele Farina, Carmen Montuori, Roberto Decarli y Michele Fumagalli, ha sido posible combinando datos procedentes del Sondeo Digital del Cielo Sloan (Sloan Digital Sky Survey, SDSS), del Telescopio de Nueva Tecnología (New Technology Telescope) de ESO en La Silla (Chile) y de la cámara infrarroja Omega 2000 acoplada al reflector Zeiss de 3.5 m del Observatorio de Calar Alto, que sin duda seguirá disponible en el futuro inmediato para aportar más y mejores datos a este programa de investigación.

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