El uso medicinal y recreativo de la planta de cannabis en diversas partes del mundo ha aumentado la producción y siembra de plantas femeninas, pues su flor se usa para extraer la mayoría de los compuestos; sin embargo, la existencia de especies masculinas sigue siendo esencial para su diversificación genética, entre otros usos en la industria. Un equipo de la Universidad Nacional de Colombia ha conseguido cambiar el sexo a las plantas de marihuana con una técnica novedosa.
El cambio de sexo en las plantas de cannabis se convierte en una alternativa concreta que ayuda a esta problemática, como lo plantea el ingeniero agropecuario Henry Andrés Mejía Londoño, estudiante de la Maestría en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín.
“Aunque en Colombia la mayoría de los cultivos están enfocados en la producción de flor, por lo que la planta macho no es útil, sí es muy importante para los programas de mejoramiento genético y para obtener nuevas variedades”, explica el magíster.
Cómo ha conseguido cambiarle el sexto a plantas de cannabis
En ese sentido, el tema puntual de su investigación fue evaluar diferentes métodos de reversión sexual, que consiste en aplicar algunos compuestos exógenos o externos a las plantas femeninas, causando un desequilibrio hormonal en ellas que se manifiesta en la formación de flores masculinas.
El otro reto fue medir la fisiología, es decir, qué pasaba con esas plantas resultado de la reversión sexual.
El método más usado para este procedimiento se basa en los compuestos de plata (nitrato y tiosulfato de plata) que interactúan de forma directa como inhibidores de la acción del etileno, hormona encargada de inducir la formación de las flores femeninas. “Existen otros compuestos que hacen esta misma acción, pues los primeros son muy tóxicos tanto para el operario como para las fuentes de agua y los suelos”.
En su investigación utilizó otros compuestos como la aminoetoxivinilglicina (AVG), 1-metilciclopropeno, ácido giberélico (AG3), además de la interrupción en la frecuencia del fotoperiodo, para ver si el factor lumínico generaba algunas relaciones.
“La reversión sexual se realiza al momento de la floración, que ocurre cuando se reducen las horas luz, ya que el origen de la especie es el Medio Oriente y Asia, cuyo clima mediterráneo está altamente influenciada por la luz (fotoperiodo). En ese momento se aplicaron los tratamientos por medio de dos métodos: uno con una micropipeta directamente sobre el ápice, y el otro rociando un espray en toda la planta”, explica el magíster.
Experimento exitoso
Para realizar estos experimentos de reversión sexual se tuvieron en cuenta diferentes etapas del crecimiento y desarrollo de la planta como la germinación y el trasplante al campo, siempre suplementando el proceso de fotoperiodo con luz artificial, la inducción floral se dio mediante la suspensión de la luz artificial para luego aplicar los tratamientos a estudiar.
“Las primeras formaciones florales surgieron a los 15 días, y al mes se empezaron a realizar los estudios sobre ellas. En total fueron casi 18 meses de experimentos”, afirma el investigador.
Qué tratamientos fueron efectivos
Los experimentos arrojaron que con los diferentes tratamientos sí se da una reversión sexual: tanto el AVG como el AG3 fueron efectivos en la formación de flores masculinas y de granos de polen viables, aunque las concentraciones de iones de plata ni los cambios lumínicos fueron efectivos.
Los dos métodos de aplicación también influyeron en los resultados, tanto en el número de flores como en la viabilidad del polen. En el AVG indujo la formación de más flores masculinas, en comparación con las de AG3, además de hacerlo más rápido.
“En las plantas tratadas con AG3 y micropipeta murieron sus ápices, no fueron capaces de recuperarse, a diferencia de los que fueron tratados con el mismo componente por el método del espray, donde sí hubo reversión sexual. Caso contrario ocurrió con el compuesto AVG, que dio resultados con la aplicación directa en el ápice con la micropipeta, pero no con el espray”, agrega.
En la industria esta tesis tiene alta aplicabilidad, sobre todo en procesos de mejoramiento genético, pues la carencia de machos limita los cruzamientos con diferentes variedades, ya que la mayoría tienen sus semillas feminizadas. Así mismo, el ensayo con otros compuestos (diferentes al nitrato y tiosulfato de plata) demostró su bajo impacto para el medioambiente y para los trabajadores en dicha labor.