El Rey de España Felipe VI y el presidente de Argentina, Mauricio Macri, inauguraron esta mañana en la ciudad de Córdoba el VIII Congreso Internacional de la Lengua Española, que será, en palabras de Don Felipe, la “celebración de la fraternidad” de una Hispanoamérica que tiene como nexo principal un idioma utilizado por 480 millones de hispanohablantes nativos.
El monarca elogió el “espíritu inclusivo e integrador” del español así como de la cultura, la educación, la tecnología y el emprendimiento, campos todos ellos que se abordarán en estos cuatro días de debates y encuentros entre más de 200 expertos procedentes de numerosos países.
Recordó que el crecimiento y consolidación definitiva del español en el subcontinente no se produjo tras la conquista, sino siglos más tarde. Cuando esos territorios se independizaron, aunque algunos reclamaron la independencia de la lengua de España, las recién proclamadas repúblicas se valieron de la lengua española para su cohesión interna y para fortalecer sus vínculos mutuos.
Don Felipe destacó cómo la población de la docta Córdoba se ha volcado en apoyar la cita panhispánica, una actitud que comenzó en el Congreso de 2004 en otra ciudad argentina, Rosario, cuando toda la ciudadanía festejó “la palabra como nuestro tesoro más precioso”.
“Apostar al futuro”
Por su parte, el presidente de Argentina afirmó que este congreso “es una gran oportunidad para debatir y pensar cómo aprovechar todo el potencial que compartimos para mejorar la vida de la gente”. “Apostar a la lengua es apostar al futuro”, sentenció, ya que la lengua “es la riqueza mejor distribuida”.
Mauricio Macri se remontó a la primera vuelta al mundo que comenzó el portugués Magallanes en 1519 (y concluyó el español Elcano), “una hazaña española porque fue financiada por la Corona de España”, destacó. La circunnavegación supuso el inicio de la globalización, con un protagonismo especial del español, una lengua “que ha hecho mucho más que permitir comunicarnos con facilidad”: nos unió con un idioma compartido que sabe respetar “una maravillosa diversidad”.
Organizado por el Instituto Cervantes y la Real Academia Española
Los directores del Instituto Cervantes y de la Real Academia Española (RAE), las instituciones organizadoras junto con la Asociación de Academias (ASALE) y el país anfitrión, coincidieron en destacar las oportunidades de reflexión que abre esta cita trienal.
Luis García Montero, responsable del Cervantes, reivindicó la igualdad de valor de los acentos diferentes (en referencia a las críticas que recibió el andaluz Antonio de Nebrija por su acento), la excelente literatura creada por innumerables autores de ambas orillas, el reconocimiento de “la herencia recibida de nuestros mayores” y “la verdad poética de la lengua materna”.
“Que la palabra pierda su profundidad poética es tan peligroso como que la tecnología caiga en la tentación de separar sus progresos de dignidad de los seres humanos”, sentenció, en una intervención de marcados guiños poéticos, en la que además defendió que “los emprendimientos tecnológicos deben ser inseparables de la ética, la educación y la cultura humana”.
Santiago Muñoz Machado, director de la RAE y de la ASALE, trazó un paralelismo entre las estructuras del congreso (organizado en sesiones plenarias, ponencias, paneles, etc.) y de la mítica novela Rayuela (1963), de Julio Cortázar, cuya reedición auspiciada por la Academia se presentará mañana. Y advirtió de algunos riesgos que entraña la Inteligencia Artificial, ya que “el español de las máquinas” puede conllevar divergencias en un idioma que definió como “abierto, mestizo y compartido”.
Una lengua “abierta a la otredad”
Para Rebeca Grynspan (Costa Rica), responsable de la Secretaría General Iberoamericana, una de las características del español, nuestra “patria común”, es que es una lengua “abierta a la otredad”, generosa y que convive con lenguas indígenas de Hispanoamérica, habladas por 45 millones de personas. “El español es convivencia porque convivir es vivir en la diversidad”, es un idioma poliédrico y plural que debe, no obstante, afrontar un gran reto: reforzar su peso en los decisivos campos de la ciencia y la tecnología.
Juan Schiaretti, gobernador de la Provincia de Córdoba, auguró que en esta “fiesta de la palabra” los debates y conferencias “nos harán más fuertes como hispanohablantes en todos los órdenes”.
La literatura en español estuvo representada por el hispanoperuano Mario Vargas Llosa, el argentino Santiago Kovadloff y la española Carme Riera, quien celebró ser la primera mujer, y también la primera autora en una lengua cooficial –el catalán- invitada a hablar en la inauguración de uno de esos congresos.
El premio Nobel respondió al presidente de México y su misiva al Rey de España para que pida perdón por la conquista americana. López Obrador “se equivocó de destinatario”, sentenció Vargas Llosa; debió mandársela a sí mismo y responder por qué México tiene aún tantos millones de indios marginados, pobres y explotados. Todos los mandatarios hispanoamericanos, agregó, deben preguntarse por la injusta situación de los indios. “El problema no está en el pasado, está vivo hoy y nos golpea la conciencia”.
Vargas Llosa concluyó su aplaudido discurso con una ironía sobre la aceptación de americanismos por la RAE (es tan sensible, dijo, a ser acusada de imperialista que los incluye en sus diccionarios incluso antes de que nazcan) y apuntó que los Congresos “cimentan la fraternidad” y mantienen vivos los intercambios entre los hablantes de la lengua común.
Medalla del Congreso a García de la Concha
La ceremonia de inauguración tuvo como colofón un homenaje a Víctor García de la Concha, a quien se le concedió la Medalla del Congreso, que recogió en su nombre Mario Vargas Llosa. El exdirector de la RAE (1998-2010) y del Instituto Cervantes (2012-2017) no pudo estar presente por motivos de salud, si bien se emitieron unas palabras suyas de agradecimiento grabadas por el Instituto Cervantes pocos días antes, así como otra grabación sobre su larga trayectoria profesional en pro de la lengua española y de la cooperación entre todas las Academias de la Lengua.