Alejandro Portes: «la segunda generación de inmigrantes jugará un papel positivo en el futuro de su país de adopción»

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El Paraninfo de la Universidad de Alicante se ha vestido de gala este martes para acoger la primera investidura de un doctor honoris causa tras las restricciones impuestas por la pandemia. El elegido ha sido el sociólogo de referencia más importante de habla hispana y uno de los más influyentes en el análisis de las migraciones, Alejandro Portes, que ha recibido los atributos de que lo acreditan como nuevo miembro del Claustro de Doctores de la UA de manos de la rectora, Amparo Navarro y a propuesta de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales a iniciativa de los departamentos de Sociología I y II.

Navarro ha destacado la “excelentísima trayectoria académica e investigadora, sus aportaciones a la sociología y sus estrechas relaciones con nuestra Universidad” a la hora de glosar la trayectoria del nuevo doctor de la Universidad de Alicante. La rectora ha calificado a Portes como un “referente para nuestros jóvenes estudiantes”, ha asegurado también que “sin ciencia no hay futuro”.

La laudatio previa a la investidura del profesor Portes ha corrido a cargo del decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Raúl Ruiz Callado, en la que ha expuesto la trayectoria y logros del nuevo doctor honoris causa de la Universidad de Alicante y a quién ha definido como “integrante de la nueva sociología económica, sus estudios se han convertido en una referencia para guiar y organizar la investigación empírica de científicos sociales de todo el mundo. Su trabajo de las últimas cinco décadas ha ayudado a conocer y entender la adaptación de las personas migrantes en sus lugares de destino, la urbanización de los países en vías de desarrollo y la marginalidad social”.

Ruiz Callado también ha elogiado el proceso que sigue Portes en su trabajo y la importancia de “la reflexión en sociología, es decir, la pertinencia que tiene en las ciencias sociales el hecho de hacerse preguntas sin dar nada por supuesto” y ha reseñado su forma de proceder “Portes disecciona la realidad social con el mismo celo con el que un cirujano trata a su paciente, reflexiona sobre cuál es la mejor vía, analiza, contrasta y debate sobre lo ya planteado, busca nuevas preguntas sin respuesta y presenta su planteamiento, concretando su objeto de estudio, analizándolo y generalizándolo a partir de la comparación”.

Una laudatio que ha finalizado con una proyección “Los años que vienen serán fértiles y creativos en la relación del homenajeado y su escuela con nuestra universidad, serán años de diálogo y trabajo común”.

Por su parte, el nuevo doctor honoris causa de la Universidad de Alicante ha dedicado su discurso de aceptación del título, no solo a agradecer el nombramiento y a repasar la extensa trayectoria de colaboración que le une a la institución alicantina, lo ha hecho presentando el amplio y ambicioso estudio realizado en España entre 2008 y 2016 sobre el proceso de lograr un estatus, una réplica del trabajo que se había realizado en la década de los 90 en EEUU.

Las conclusiones son similares a las del estudio original. El trabajo de campo realizado en las áreas metropolitanas de Barcelona y Madrid -donde se concentra la mayor parte de la población inmigrante- devela que el aspecto más relevante a la hora de definir el estatus tiene que ver con la clase social y la ambición, no el orígen, “la clase social afecta directamente a todos los resultados, tanto positivos como negativos, aún después de controlar las variables demográficas y las psico-sociales”.

Entre las conclusiones del amplio estudio, Portes destaca que  “nuestros resultados arrojan luz sobre el proceso de integración de la segunda generación en España” y afirma que “en conjunto, el proceso parece haber sido positivo. No hay evidencia en estos datos de que algunas nacionalidades específicas hayan sido marginalizadas a causa de su raza, cultura o religión” y recalca que “estos resultados merecen ser enfatizados ya que son contrarios a estereotipos populares” y afirma que “toda vez que los hijos de inmigrantes siguen el mismo proceso de logro de estatus que los hijos de nativos y que hay pocas indicaciones de asimilación descendente, es posible predecir que jugarán un papel positivo en el futuro de su país de adopción. Este parece ser el caso para España y esta experiencia tiene implicaciones claras para otros países europeos con fuertes contingentes de población extranjera”.

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