El área de Cultura del Ayuntamiento de Roquetas, dado el gran éxito de la muestra, ha decidido ampliar hasta el día 20 de septiembre la exposición ‘Vanguardias de la pintura almeriense y su presencia internacional’ de la colección de José Manuel Marín. La muestra que se inauguró en julio recoge una serie de obras, la mayoría hasta ahora no se habían expuesto, de autores como Ginés Parra, Federico Castellón, Capuleto, Jesús de Perceval, Luis Cañadas, Segura Ezquerro.
Para la ocasión se ha editado un excepcional libro donde una serie de especialistas y críticos de arte analizan la obra de los grandes autores almerienses en la colección de José Manuel Marín, que hace un análisis de obra de Gines Parra. Asegura que “su obra es un reflejo fiel de su vida y carácter. Sus tonalidades son acordes con sus estados de ánimo, siendo un gran comunicador, no solo de lo que ve, sino de lo que siente en el omento. Parra elige la figura, el paisaje y el bodegón, como temas de expresión”.
Por su parte, Gádor Sánchez Baraza apunta en torno a la obra de Capuleto que “existe una coherencia en su propuesta plástica que se apoya en la capacidad de concentración y síntesis de la tradición encontrando un lugar único y propio en ésta. A Capuleto le sirve cualquier pretexto, un desnudo, una mesa de mármol, un florero… para transportarnos a un entorno cotidiano, en el que la evocaron nos acerca a la realidad del paso del tiempo, haciéndonos ver el sedimento de vivencias que impregnan rostros, lugares y objetos”. El núcleo de la colección que presenta José Manuel Marin corresponde con su producción de la década de los 50, “un momento de pleno madurez artística del pintor y plena efervescencia expositiva. En estos años su producción viaja a la Bienal de Alejandría (1955), a la colectiva londinense Some Twentieth Century Spanish Paintings (1956) y a la Bienal de Sao Paulo (1957), y algunas de esas obras recalan ahora en Almería”.
Con respecto a la obra de Federico Castellón, la critica de arte María del Carmen Fernández de Capel sostiene que “en los Cuadernos de dibujos y apuntes de Castellón, la observación, la memoria visual y el insconciente se unen para dar paso a los proyectos. En el tiempo material hache va desde su concepción a la terminacion, el artista indaga en sus pesrsonajes, estudia su psicología y la forma de vida, para después representarlos en diversas actitudes: nostálgicas, de soledad, de misterio, actitudes de realismo social, costumbristas y situaciones eróticas”. Capel afirma que “los apuntes nos muestran la gran facilidad que tenia Castellón para el dibujo. Es ágil y habilidoso, a veces su actitud creadora comienza con trazos clásicos, y luego va desviándose a una fantasía soñada o imaginada, quedando fuera de lo real. Es Castellón hombre de luchas, de rompimientos y de profundas inquietudes. Por tanto, la obra de Federico Castellón hay que entenderla desde el sentido amplio del arte, pudiendo abarcar cualquier modo de realización”.
Carmen Rubio Soler hace un extenso recorrido por la vida de José Segura Ezquerro, artista almeriense que muy joven se fue a La Habana en Cuaba, donde desarrolló su producción creativa. “Los dibujos de niños de sus primeros años en La Habana, son posiblemente los que mejor ilustran su capacidad y virtuosismo. Son dibujos de línea segura y amplia que modela la suavidad de los rostros inocentes. Son dibujos firmes pero sensibles. Son miradas tiernas que describen una personalidad que promete ser, son pucheros, son sonrisas, son enfados, pero sobre todo son ojos, son miradas”.
María Dolores Durán Díaz, crítica de arte realiza un excepcional artículo sobre Jesús de Perceval. “De Jesús de Perceval se pueden decir muchas cosas, pero hay algunas premisas que nadie puede discutir como su ingente obra (simultaneando talla, escultura, pintura, arquitectura decorativa), su labor polifacética (magnifico fotógrafo, cineasta más que aficionado), su sordera quizás interesada, su propia estética personal, su protagonismo tertuliano, su maestría en la capacidad de ilusionarse e ilusionar, sus habilidades e inquietudes, su memoria selectiva y su talante hospitalario, su gran agudeza e ironía”.
Antonia Bocero asegura en torno a la obra de indaliano Luis Cañadas, que “en su obra hay una serenidad clásica, un refinamiento en la exposición y ejecución de los temas, que dan cuenta, tanto del formalismo del pintor, como de su sensibilidad poética. De los elementos formales, señalar que su pintura se asienta en el dibujo, pero sin ocupar el acento principal, desarrollándola en una pincelada suelta y fluida”.
Sin duda se trata de una ocasión única para poder apreciar obras en su mayoría inéditas, de artistas almerienses de talla internacional.