Un referente arquitectónico a nivel andaluz, el edificio más moderno de la provincia de Almería y capaz de conformarse con el 30 por ciento de la energía que consumiría un edificio de características similares. Así es el nuevo centro de Servicios Técnicos de Cajamar.
Sus creadores, el estudio de arquitectura Arapiles, lo concibieron como una de las obras que los harán figurar en la historia de la arquitectura almeriense. Y no se equivocaron. Han conseguido levantar el que hasta el momento es el edificio más moderno de Almería y uno de los referentes a seguir a nivel andaluz. El nuevo centro de Servicios Técnicos de Cajamar se ha levantado con las últimas tecnologías constructivas y está equipado con los sistemas más modernos, para convertirse en uno de los edificios más eficientes entre los de su clase, al consumir tan solo el 30 por ciento de la energía que necesita un edificio de tamaño similar, construido a la ‘antigua usanza’.
La cooperativa de crédito ha puesto su sello en el Parque Científico-Tecnológico de Almería (PITA) con un edificio funcional, equipado con las últimas tecnologías, y en el que trabajarán cerca de mil personas, una vez que esté ocupado totalmente.
Y es que, para Cajamar estar presente en la tecnópolis almeriense y con un edificio de estas características suponía casi una obligación, habida cuenta del papel que la entidad ha tomado en esta provincia, en la que se ha convertido en uno de los principales apoyos para el desarrollo económico.
El edificio es digno de cualquier gran ciudad, el primero en España en incorporar el novísimo material ultra compacto Dekton, de la multinacional Cosentino, tanto en su fachada, como en suelos y algunas de sus paredes interiores. Un material que le aporta distinción y que, al mismo tiempo, ha permitido que los arquitectos den rienda suelta a toda su creatividad, por su versatilidad y su capacidad para adaptarse a diferentes tipos de uso.
El edificio es de última generación, pero eso no quita que retome conceptos arquitectónicos que funcionan desde hace siglos, como el hecho de articular toda su actividad en torno a un atrio central, que se encarga de comunicar visualmente la práctica totalidad de las instalaciones y de funcionar como una fuente de iluminación natural de primer orden. Además, también mirando al pasado, en una de las alas externas se ha ubicado un pequeño lago que, además de funcionar estéticamente, realiza un trabajo de apoyo a los sistemas de climatización del edificio, al funcionar como regulador térmico. Del mismo modo, se ha mejorado el ahorro de recursos hídricos con lo que se ha llamado Smart Tank, un depósito de 30.000 litros donde se almacena agua de lluvia y procedente de la condensación, que se emplea para las necesidades de agua no potable.
El sistema de climatización se ve apoyado con un conjunto de soluciones ‘pasivas’ como las fachadas ventiladas, que permiten la circulación del aire y mantienen aislado el edificio; así como con un sistema inteligente, que abre las ventanas de forma automática en función de las necesidades de climatización.
Activamente, el edificio genera parte de su energía con un conjunto de placas fotovoltaicas instaladas en la azotea, con un potencial para producir 44.100 kwh al año. Todos estos elementos le han valido para ganarse la certificación Leed Gold, que valora la eficiencia y el uso de energías alternativas, y que actualmente tan solo lucen 49 edificios en todo el país.
Cajamar se adelanta al futuro con este nuevo centro para sus servicios técnicos, que se convierte en referente arquitectónico y marca el camino a seguir.