Bienvenido a la cordura, señor Comendador

    ImageQuiero felicitar al alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, por sumarse a una iniciativa de la que fue pionera la Universidad de Almería y en la que también trabaja la Diputación Provincial, a través de la Oficina Técnica para la Mitigación del Cambio Climático (OTMiCC), que no es otra que la implantación de la bicicleta como medio de transporte urbano. Bienvenido a la modernidad, señor alcalde.A pesar de las críticas recibidas desde el Partido Popular –formación en la que milita el propio Comendador- estamos convencidos de que la bicicleta acabará imponiéndose en Almería por lo idóneo de nuestro clima, porque los ciudadanos están cada vez más concienciados en la necesidad de reducir el consumo energético, por la necesidad de optimizar las economías domésticas y porque es saludable para el usuario y toda la sociedad al contribuir a reducir la contaminación. 

    Al igual que ya han hecho otras instituciones de distintas provincias andaluzas, la Diputación de Almería, a través de la Oficina Técnica para la Mitigación del Cambio Climático, y la plataforma ciudadana que impulsa el uso de la bicicleta (ALPEDAL) han consensuado este proyecto para fomentar el uso de la bicicleta entre el personal de la Diputación de Almería, y a la vez dar servicio de aparcabicis a los usuarios de nuestros edificios. Nuestro proyecto supone una iniciativa pionera en el entorno provincial para el ahorro y la eficiencia energética en el transporte, la mejora de la movilidad urbana, la reducción de las emisiones de CO2 y el fomento de hábitos saludables.

    Es de agradecer que el alcalde se sume a esta iniciativa y me alegra que se haya puesto en contacto con la empresa que ya ha implantado la bicicleta –y con mucho éxito, por cierto-, en ciudades como Sevilla, Barcelona o San Sebastián para interesarse por la medida y estudiar su viabilidad en la ciudad de Almería. Ahora bien, si realmente Comendador quisiera contribuir a la transformación de Almería en una ciudad más habitable, en lugar de buscar la solución fuera del Consistorio debería comenzar haciendo su trabajo, pues no se puede circular en un vehículo tan sensible a la dureza de un tráfico urbano feroz si no es a través de los necesarios carriles-bici.

    La bicicleta no se usa en Almería, pero no por falta de potenciales usuarios, sino porque el Ayuntamiento, al contrario de lo que ha ocurrido en otras ciudades, ha priorizado el transporte privado sobre el público, la contaminación frente al medio ambiente y la saturación de tráfico frente a una peatonalización que ha dado excelentes resultados para el impulso del comercio local en otros lugares. No hay más que ver cómo los autobuses urbanos cada vez van más vacíos porque no se ajustan a las necesidades de los usuarios en horario y eficacia, cómo proliferan los aparcamientos subterráneos para posteriormente entregarlos a concesionarios privados, y cómo la principal obsesión era la de instalar el Corte Inglés en pleno centro de Almería, a pesar de que hubiera supuesto el colapso de esta zona. 

    Pero aún estamos a tiempo. Los fondos del Gobierno de España, de la Junta de Andalucía y de la Diputación para reactivar el empleo mediante la creación de infraestructuras municipales bien podría emplearlos el Ayuntamiento de Almería en la construcción de una red de carriles bici que interconectara todos los barrios de la ciudad entre sí y, a su vez, con el centro. De momento ya estamos en el buen camino. Bienvenido a la cordura, señor Comendador, aunque ello le suponga ingresar por la puerta grande en el palacio de la incongruencia.  

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