Cultura anuncia que tomará “medidas contundentes” contra los propietarios del Cortijo del Fraile

El desplome de varios muros del Cortijo del Fraile, un daño que pone en serio peligro la permanencia del monumento, ha provocado que la Delegación Provincial de Cultura reaccione y esté decidida a tomar “medidas contundentes” contra la empresa Agrícola La Misión, propietaria del Cortijo del Fraile y de la finca en la que éste está ubicado. Así lo afirmó el delegado de Cultura, Antonio José Lucas, tras una reunión mantenida con miembros de la Asociación Amigos de la Alcazaba, en la que se abordó el estado del monumento donde ocurrieron los sucesos en los que se inspiró Federico García Lorca para escribir ‘Bodas de sangre’.

 

El Cortijo del Fraile volvía a las primeras páginas de los diarios almerienses a raíz de un nuevo deterioro en su estructura. En esta ocasión era uno de los muros del complejo el que se venía a bajo, y hacía que la permanencia de este monumento corriera verdadero peligro.

Este hecho motivó la reacción de los colectivos en defensa del patrimonio y de la propia Junta de Andalucía, que envió unos técnicos para evaluar los daños del cortijo.

Es ahora cuando la Junta está dispuesta a dar un paso más y a tomar medidas para frenar el deterioro de este emblemático edificio del Parque Natural Cabo de Gata Níjar que, en más de una ocasión, también ha sido escenario de cine para muchas producciones.

Según informa Amigos de la Alcazaba en su página web y tras mantener una reunión con el titular de Cultura en Almería, la Junta está dispuesta a cumplir la Ley de Patrimonio, para sancionar el incumplimiento de las obligaciones que la Ley impone a los propietarios de bienes culturales, como es el caso del Cortijo del Fraile, declarado Bien de Interés Cultural.

Amigos de la Alcazaba felicita así la decisión del ndelegado, que “supone un giro en la postura, en exceso tolerante, que hasta ahora mantenía la Delegación. Ello debe servir como freno definitivo frente a la empresa Agrícola la Misión, que en más de dos décadas ha demostrado un desprecio absoluto hacia nuestro monumento, permitiendo una inadmisible degradación que lo ha llevado a la situación de ruina actual”.

La solución que hasta ahora aportaban los propietarios del Cortijo era la adquisición pública del monumento, por un valor cercano a los tres millones de euros o, en su caso, una permuta de terrena con recalificaciones, postura defendida por el Ayuntamiento de Níjar, que habría supuesto un ‘pelotazo’ urbanístico en una zona muy delicada medioambientalmente.

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