Un grupo de investigación de la Universidad de Murcia descubre cómo se desencadena la psoriasis y encuentra un fármaco que podría frenar en seco la enfermedad. Sería el primer tratamiento contra la psoriasis y no solamente para paliar los síntomas.
La psoriasis es una enfermedad de la piel que afecta algo más del 2 por ciento de la población española, según cálculos de los dermatólogos del hospital Universitario Germán Trías y Pujol, Carlos Ferrándiz y José Manuel Carrascosa. Estos mismos investigadores han descubierto que, en los últimos años, la prevalencia de esta enfermedad se ha incrementado en un uno por ciento, debido a la mejora de los métodos para su identificación.
Tratamiento contra la psoriasis, todavía un reto
Sin embargo, la evolución de los medicamentos para tratar esta enfermedad no está al mismo nivel que los métodos de diagnóstico, de forma que muchas personas se ven obligadas a convivir con la psoriases y actuar solamente sobre sus síntomas.
Una de las razones fundamentales para que todavía no se cuente con un tratamiento contra la psoriasis efectivo reside en el origen diverso de esta enfermedad, que puede deberse a factores genéticos, inmunológicos y también ambientales.
El grupo de investigación de Inmunidad, Inflamación y Cáncer de la Universidad de Murcia, junto a científicos del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria, ha dado un paso muy importante en el conocimiento que hay sobre esta enfermedad. Han realizado un descubrimiento sin precedentes sobre un tipo de muerte celular poco común, que les ha llevado a sugerir nuevos tratamientos contra la psoriasis.
Reposicionamiento de un fármaco contra la psoriasis
Bueno, más que desarrollar nuevos tratamientos, estos investigadores han protegido los resultados obtenidos mediante una patente extendida a nivel internacional de reposicionamiento de fármacos que se emplean en el tratamiento del cáncer de ovario y de mama, para los que se ha descrito una aplicación que se desconocía hasta ahora.
Esta nueva aplicación podría ser más efectiva y barata que otros fármacos actuales para el tratamiento contra la psoriasis, explica el investigador principal de este estudio, Francisco Javier Martínez Morcillo, que goza de un contrato postdoctoral de la Fundación Séneca con cargo a las Ayudas para la contratación de investigadores posdoctorales y gestores de la innovación cofinanciadas por Fondo Social Europeo en un 91,89%.
La investigación se ha desarrollado en el marco del proyecto Regulación de la hematopoyesis por el inflamasoma: identificación de nuevos biomarcadores de pronóstico y dianas terapéuticas para enfermedades hematológica, que lidera el catedrático de biología celular de la Universidad de Murcia, Victoriano Mulero, y con el que se pretende conocer los mecanismos implicados en las alteraciones de las células sanguíneas habituales en enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide, la psoriasis y la enfermedad de Crohn.
Proceso de muerte celular propio de la psoriasis
En el caso de la psoriasis, este equipo ha descubierto un proceso de muerte celular propio. Han descrito un mecanismo que pone en marcha la enfermedad y que contribuye a que ésta se cronifique, lo que les permite actuar en su origen.
Según explicó a esta revista Francisco Javier Martínez Morcillo, el mecanismo causante de la muerte celular se desencadena cuando la proteína PARP1 se hiperactiva como respuesta a los daños que el estrés oxidativo produce en el ADN de las células.
Entonces, estos investigadores de la Universidad de Murcia, probaron fármacos para el tratamiento del cáncer de ovario y de mama, cuya acción va destinada a inactivar la proteína PARP1, que es la causante de la muerte celular y la consiguiente inflamación con la que se inicia la lesión psoriásica.
Inihibir la inflamación y la muerte de los queratinocitos, el origen de la psoriasis
Los resultados no pudieron ser mejores. Estos medicamentos consiguen inhibir la inflamación, la proliferación y la muerte de los queratinocitos en su mayoría, con lo que se logra actuar en el origen de la enfermedad, algo que numerosos tratamientos desarrollados específicamente para la psoriasis no pretenden, explica Martínez Morcillo, diseñados para tratar los síntomas.
Por otro lado, estos tratamientos cuentan con la ventaja de ser mucho más baratos que las terapias basadas en el uso de anticuerpos específicos para la psoriasis, con lo que el logro alcanzado por este proyecto financiado por la Fundación Séneca es doblemente interesante.
La proteína PARP1 en el pez cebra
Estudios previos, explica este investigador, habían dado pistas sobre la eficacia de la actuación sobre la proteína PARP1, sin embargo, nunca antes se habían probado de manera específica para la psoriasis. Los estudios se han llevado a cabo en laboratorio, concretamente con pez cebra, un animal que permite observar cualquier proceso biológico en tiempo real.
Así, en la investigación de Francisco Javier Martínez Morcillo se ha empleado un modelo de la enfermedad en estos peces de pequeño tamaño, para observar el proceso de inflamación y estudiarlo en profundidad.
Una vez que los peces cebra utilizados en el estudio desarrollaron la lesión, procedieron a tratarlos con diferentes medicamentos, hasta que dieron con éstos que tan bien han funcionado.
Pruebas del tratamiento contra la psoriasis con modelos in vitro de piel humana
Al mismo tiempo, también se han desarrollado pruebas con modelos in vitro de piel humana cultivada en 3D, y los resultados han sido igualmente exitosos. El problema, explica Martínez Morcillo, es que las empresas farmacéuticas no están muy por la labor de aceptar los reposicionamientos de fármacos, debido a la enorme cantidad de dinero que hay en juego y por la necesidad que tienen de amortizar las inversiones realizadas para el desarrollo de medicamentos.
La labor de las farmacéuticas es fundamental, porque los medicamentos reposicionados no pueden emplearse contra la psoriasis tal cual se comercializan actualmente, sino que se tendrían que desarrollar nuevos preparados con este mismo principio activo, presentados en formato de crema o ungüento, para que los pacientes se los apliquen en las zonas de la piel afectadas por esta enfermedad.
En cualquier caso, esta investigación, publicada en la revista internacional Plos Biology, supone un cambio de paradigma a la hora de abordar esta enfermedad, para ir directamente a su origen, y no tanto a paliar los síntomas, tal y como se hace ahora con los tratamientos disponibles en las farmacias.