Los universitarios con mejores salarios

La Universidad de Málaga mostró los grados a los futuros universitarios.

Los titulados en Medicina son los universitarios con mejores salarios cuatro años después de graduarse. Mientras que podólogos, logopedas y dentistas son los que cobran menos dinero. El Ministerio hace una fotografía de la empleabilidad de los titulados en 2014.
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Si has elegido las carreras de Podología, Logopedia, Odontología o Fisioterapia pensando en que ganarás mucho dinero, sentimos decirte que te has equivocado.

Los titulados de estos cuatro grados, que curiosamente suelen estar en el grupo con nota de ingreso más elevada, son los que tienen los sueldos más bajos del conjunto de los universitarios de este país.

Los universitarios mejor pagados vs. los de peores sueldos

La horquilla salarial de estas titulaciones, a los cuatro años de finalizar los estudios, se mueve entre los 12.935 euros de un podólogo y los 15.436 de un fisioterapeuta. Una cantidad que no se corresponde con la exigencia y los esfuerzos que estos universitarios deben realizar para terminar con éxito su carrera.

Estas cifras que contrastan enormemente con las manejadas por titulados en Medicina (34.291 €), en Náutica y transporte marítimo (33.977 €), o en Ingeniería Aeronáutica (30.454 €), las carreras en las que más se cobra cuatro años después de graduarse.

Estos datos se extraen del informe Inserción Laboral de los Egresados Universitarios, elaborado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el segundo estudio publicado de este tipo tras el de 2015, y que regresa con el objetivo de hacerse con una periodicidad anual.

En este informe se ofrecen cifras sobre la situación laboral de los egresados universitarios en el curso 2013-14 afiliados a la Seguridad Social y su evolución en el mercado laboral hasta 2018.

Empleo de los universitarios

Una fotografía muy interesante de la empleabilidad de los universitarios de este país, que pone el foco en variables como universidad pública frente a privada, rama de conocimiento, ámbito y campo de estudio.

Lo primero que llama la atención en este informe es que el 27,7% de los egresados en 2014 no tenían trabajo en 2018. Y también destaca que solamente el 9% de los que están trabajando cuatro años después de terminar la carrera están en el régimen de autónomos.

Menos de la mitad trabajan el primer año

Y eso, en el cuarto año tras acabar los estudios, porque solamente el 47% de los egresados consigue trabajo durante un año después de terminar el grado. Esta cifra última es matizable, debido a que de unos años a esta parte se multiplica el número de quienes continúan con los estudios de posgrado.

Desde 2011 a 2018 se ha incrementado en un 80,2% el número de estudiantes de máster, hasta los 205.049 del curso 2017-18, según el último informe de Datos y Cifras del Sistema Universitario Español.

Desajuste entre oferta universitaria y mercado laboral

Los datos de empleabilidad ponen de relieve que hay un desajuste entre la oferta universitaria y el mercado laboral, que tiene mucho que ver con la tipología empresarial de este país, en la que el 0,9% de las empresas están calificadas como “medianas”, con 50 y 249 trabajadores, y solamente el 0,2% son grandes empresas, con más de 250 empleados, según el volumen de junio de 2019 de Cifras PyME, elaborado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

La inmensa mayoría de las empresas tienen menos de 50 empleados; y llama mucho la atención que entre todas las empresas de nuestro país hay un 53,6% de autónomos. Estas cifras implican que el número de empresas con capacidad para investigar o innovar, principalmente las que contratan profesionales con formación universitaria, es reducido.

Mientras no se produzca un cambio en la modalidad de empresas o las pequeñas empresas apuesten por la innovación, difícilmente se podrá mejorar la inserción laboral en puestos adecuados a sus estudios de los universitarios de este país.

Y así se llega a que un 37,1% de los egresados universitarios desempeñen trabajos de baja cualificación, frente al 23,2% del conjunto de la Unión Europea, tal y como pone de relieve un estudio de la Fundación CYD, realizado en 2017.

Las carreras con más empleo

Del informe elaborado por el Ministerio de Ciencia Innovación y Universidades se desprende que el futuro laboral de un egresado en Informática va a ser muy diferente al de uno de Bellas Artes, Humanidades, Criminología o Derecho. Algo que, más o menos todo el mundo sospechaba, pero que ahora se confirma con cifras sobre la mesa.

La revolución digital iniciada hace unos años está propiciando un cambio sin precedentes en la sociedad actual, con un reflejo más que evidente sobre el mercado laboral de los titulados universitarios.

Así, las carreras de Ciencias de la Salud y la rama técnica figuran como las que tiene más inserción laboral y en mejores condiciones.

Por ramas de conocimiento, la tasa de afiliación varía hasta en 20 puntos porcentuales. Los egresados de grados, segundo y tercer ciclo universitarios en el curso 2013-14 con una mayor tasa de inserción laboral cuatro años después son los de la rama de Ingeniería y Arquitectura (77,7%). A poca distancia, los de la rama de Ciencias de la Salud (76,8%). También con una tasa elevada están los de Ciencias Sociales y Jurídicas (71,5%), que además representan más de la mitad de todos los universitarios 233.626 egresados ese año. Tras este grupo, los egresados de la rama de Ciencias (68,6%). Y a la cola, los de la rama de Artes y Humanidades (57%), que se encuentran la situación laboral más complicada del conjunto de universitarios españoles.

Medicina, el grado que todos quieren estudiar

En un análisis más pormenorizado de títulos, destaca Medicina, la carrera con la nota de corte más elevada en la inmensa mayoría de las universidades que la ofertan.

Este grado es la ‘estrella’ del sistema universitario de nuestro país, con una inserción laboral que, cuatro años después de terminar la carrera, se sitúa en el 91%.

La cifras de inserción laboral de Medicina se disparan a partir del segundo año, en el que se registran un porcentaje superior al 77%, ya que el primero, solamente el 4,8% de los egresados de esta carrera está trabajando, una cifra muy baja, que se explica por el porcentaje de estudiantes que continúan formándose en otros ciclos universitarios, como máster o doctorado.

Detrás de ella, Óptica y optometría es la segunda carrera con una inserción laboral más elevada, ligeramente por encima del 90%. Seguida de Podología que, aunque sus titulados están entre los peor pagados, gozan de una tasa de inserción laboral que parte en el 73% el primer año y se eleva hasta el 88,9% en el cuarto.

Carreras tecnológicas con empleo asegurado

Tras ellas, las carreras del campo tecnológico, con Ingeniería Eléctrica a la cabeza, con un 65,3% de sus egresados encuentran trabajando desde el primer año, una cifra que aumenta hasta el 85% cuatro años después de acabar.

Un comportamiento muy similar es el de Informática, unos estudios en los que resulta habitual tener empleo antes de finalizar la carrera. Así, el 76,7 de los egresados de Informática encontraron trabajo el primer año tras terminar, una cifra que se incrementa de forma paulatina hasta llegar al 84,6% a los cuatro años.

Farmacia y Logopedia también tienen cotas de inserción laboral muy destacadas, ambas ligeramente por encima del 84%.

A continuación, el grupo de las ingenierías, con unas tasas de inserción laboral elevadas desde el primer año, que en 2018 se movieron entre el 84% de Ingeniería Mecánica hasta el 77,7% de Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo del Producto.

Letras y Humanidades, a la cola

Si las carreras sanitarias y las del bloque tecnológico están a la cabeza en cuanto a inserción laboral, los estudios con tasas de afiliación a la Seguridad Social en 2018 más bajas son las de Letras y Humanidades, principalmente.

Así los titulados en Bellas Artes son los que más difícil lo tienen para encontrar trabajo, con una tasa de inserción del 50,5%. Algo por encima del 55% están Lenguas Modernas y Aplicadas, Historia del Arte, Historia y, sorprendentemente, Derecho, esta última una carrera a la que habitualmente se le asocian muchas salidas laborales, y cuyas cifras de inserción demuestran que se trata más de una creencia que de una certeza.

Mejor están Filosofía (56%), Traducción e Interpretación (56,5%), Humanidades (58,3%) y Criminología (59,1%).

Carreras con empleo pero sin estudiantes

Detrás de todos estos datos se esconde una paradoja importante: las carreras técnicas siguen sin cautivar a los jóvenes, a pesar de gozar de una tasa de inserción laboral muy atractiva y unas condiciones laborales por encima de la media.

El curso 2013-14 hubo 48.230 egresados en grado y segundo y tercer ciclo en esta rama. Una cifra que la coloca como la segunda con más estudiantes. Sin embargo es un número insuficiente para cubrir la demanda de un mercado que necesita especialistas en nuevas tecnologías y en industria.

Uno de los centros que tiene que hacer frente a esta falta de vocaciones es la Universidad Politécnica de Cartagena, cuyo rector, Alejandro Díaz, ha llamado la atención sobre la necesidad de fomentar las vocaciones científicas y técnicas. Esta universidad intenta promover estas carreras con diversas acciones dirigidas a estudiantes preuniversitarios.

Algo muy parecido hace la Universidad de Jaén, que este año ha visto desfilar por sus escuelas de ingeniería a cientos de estudiantes de Bachillerato, para los que ha celebrado talleres divulgativos enmarcados en la iniciativa Conoce la Ingeniería.

Estas actividades permiten que los estudiantes de institutos de la provincia de Jaén descubran la oferta de títulos en este ámbito del conocimiento, su papel en la sociedad y las posibilidades de inserción laboral tan interesantes que ofrecen. Y se llevan a cabo tanto en la Escuela Politécnica de Jaén como en la de Linares.

Dos alumnos desarollando sus prácticas en el laboratrio de alimentos de nutrición

Menos empleo y peor sueldo para las mujeres

Por primera vez, el informe Inserción Laboral de los Titulados Universitarios – Curso 2013-2014 segrega datos por sexo. Las mujeres egresadas fueron mayoría ese año, con un 58,5 de alumnas en las aulas.

Sin embargo destaca su ausencia en las carreras técnicas, donde las mujeres solamente representan el 24,9% del alumnado. Esta falta de vocación en el colectivo femenino repercute también en la diferencia salarial y en la empleabilidad, ya que las universitarias se decantan mayoritariamente por carreras sanitarias y de humanidades, en las que la inserción y el sueldo son menores.

El estudio revela una diferencia en la base de cotización entre hombres y mujeres que supera los 2.000 euros anuales, desde 2014 a 2018, y en todas las ramas de enseñanza. La retribución global al cuarto año de terminar la carrera fue de 25.044 euros, para las mujeres; y de 27.668, en el caso de los hombres.

De ahí la importancia de iniciativas como las de las universidades de Almería, Jaén y Málaga, que cuentan con campus tecnológicos dirigidos a alumnas preuniversitarias, con el objetivo de promover la presencia de la mujer en el sector tecnológico.

Este informe elaborado por el Ministerio y con intención de continuidad es, sin duda, una de las mejores fotografías al empleo universitario. Una herramienta que deben utilizar las universidades para planificar su oferta formativa, con el objetivo de ajustarla mejor a lo que demanda el mercado. Y también es una guía fundamental los universitarios, a los que ofrece una imagen clara de lo que les espera después del campus. Una realidad cambiante y con una competencia enorme. ¿Estáis preparados?

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