Hace unos 20 millones de años, en la Península Ibérica convivían grandes depredadores como hienas y el temido tigre de dientes de sable, con elefantes, hipopótamos, rinocerontes y otras especies de herbívoros de gran tamaño que ya han desaparecido de estas latitudes. Una serie de rupturas en los equilibrios ambientales del entorno provocaron un cambio radical en el censo de especies de fauna, que fue más acusado en el caso de los grandes depredadores. Ahora, investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han encontrado el motivo de esta extinción masiva.
Utilizando el registro fósil de alta resolución de mamíferos de la Península Ibérica, una investigación internacional, en la que participan la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y MNCN-CSIC, ha permitido reconstruir una serie temporal de redes tróficas que abarca más de 20 millones de años, revelando tendencias a largo plazo en las interacciones depredador-presa.
El estudio, realizado por un equipo interdisciplinario de ecólogos y paleontólogos de Brasil, España y Suecia, analizó una serie de redes tróficas para determinar cómo su reestructuración afectó a la extinción entre los depredadores. Este trabajo, publicado en Ecology Letters, pone de manifiesto que, más allá de la situación de cada especie, es importante analizar sus interacciones a la hora de desarrollar estrategias de conservación.
Por qué se extinguieron los grandes depredadores de la Península Ibérica
Los investigadores atribuyen la extinción de los grandes depredadores de la Península Ibérica a que las redes tróficas experimentaron una simplificación gradual, perdiendo interacciones y volviéndose más dispersas hacia el presente. A partir de hace aproximadamente 15 millones de años, hubo una notable disminución de la temperatura junto con un aumento de la aridez, lo que favoreció la llegada y proliferación de herbívoros de gran tamaño mientras se reducía la diversidad de los de tamaño mediano. Estos cambios en la distribución de la masa corporal de las comunidades de herbívoros disminuyeron la cantidad de presas disponibles para la mayoría de los depredadores, impulsando la simplificación de la red trófica.
“Nuestro estudio muestra la intrincada relación entre la composición de las comunidades de herbívoros y los depredadores que se alimentan de ellos, donde un cambio en la composición parece ser más importante que la extinción individual de especies.” añade Juan L. Cantalapiedra, coautor e investigador del MNCN.
Una visión sistémica para la conservación
Sorprendentemente, los autores encontraron que la longevidad de los depredadores estaba directamente relacionada con su riesgo de extinción, donde los depredadores con menos presas disponibles experimentaban un mayor riesgo de extinción.
“Esto enfatiza la importancia de las interacciones ecológicas en la influencia de los patrones de extinción a lo largo del tiempo evolutivo. Deberíamos considerar no solo las especies individuales, sino también un contexto ecológico más amplio para desarrollar estrategias de conservación que preserven a los depredadores en nuestros ecosistemas” concluye Fernando Blanco, coautor del estudio e investigador en la Universidad de Gotemburgo (Suecia).
Este estudio proporciona una perspectiva única sobre las consecuencias evolutivas de las interacciones entre especies y señala la necesidad de preservar poblaciones de presas diversas para mantener especies de depredadores saludables y redes ecológicas estables.
Cómo se han determinado los motivos de la extinción de depredadores
Utilizando el denominado Análisis de Redes, los autores caracterizaron las interacciones tróficas de especies de depredadores y presas durante los últimos 20 millones de años. Para ello, recopilaron información sobre el tamaño corporal y la dieta de las especies de mamíferos en el registro fósil del Neógeno de la península ibérica y calcularon sus posibles interacciones. “La interacción trófica de las especies es clave para estudiar la dinámica de los ecosistemas. Para entender nuestra dinámica de biodiversidad actual, es necesario estudiar cómo cambiaron los patrones de interacción en el pasado”, explica Mathias Pires, autor sénior y profesor de la Universidade Estadual de Campinas (Brasil).
El estudio utiliza el excepcional registro fósil de especies de mamíferos que vivieron en la península ibérica durante los últimos 20 millones de años. «El registro paleontológico de mamíferos ibéricos es uno de los más completos y mejor estudiados a nivel mundial para este período, lo que nos ha permitido realizar esta investigación y obtener conocimientos detallados sobre cómo evolucionaron los ecosistemas a lo largo de millones de años», añade Soledad Domingo, coautora del trabajo y profesora de la Facultad de Ciencias Geológicas de la UCM.