Vía Augusta: tras el puente que cambió la historia de la Bética

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Un equipo de investigación de la Universidad de Jaén no para de buscar un puente sobre el río Guadalquivir, que pudo cambiar las comunicaciones en la entrada a la Bética romana, en la Vía Augusta. Sin embargo, en vez de hallar el dichoso puente, se han encontrado un complejo termal y un edificio romano, junto al Arco de Jano, aparecido en 2018. No cejan en su empeño y siguen con la búsqueda, porque saben que su estructura servirá para reconstruir la historia de este enclave junto a Mengíbar (Jaén), clave en las comunicaciones y el desarrollo de la Hispania romana.

Visita al entorno donde se situaba el Arco de Jano, en Iliturgi (actual Mengíbar, Jaén).

En 2018, un equipo de investigación del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén descubrió los restos de lo que en su día fue el Arco de Jano, también conocido como el Arco de Augusto. Este hallazgo fue tan esperado, por las noticias que se tenían de él por fuentes de la época, como importante, ya que se trataba de una edificación que separaba las provincias Bética y Tarraconense.

Claro, si allí se encontraba esta edificación, que en su día estuvo coronada por un conjunto escultórico de bronce laminado en oro, también tendrían que aparecer otras infraestructuras asociadas, dada la importancia de este enclave, a muy poca distancia de Iliturgi (actual Mengíbar, en Jaén), una ciudad de referencia en el Alto Guadalquivir de la época.

Y así, con esa idea, el investigador del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica, Juan Pedro Bellón, y su equipo iniciaron una campaña arqueológica que ha tenido unos resultados inesperados, pero apasionantes, con los que se va a poder completar el pasado romano de este entorno.

Trazado de la Vía Augusta.

Por qué tanto interés en hallar el puente de este tramo de la Vía Augusta

La idea que perseguían estos investigadores era la de dar con los restos de un puente romano, que tuvo una importancia capital en su época, ya que significó un cambio en las comunicaciones de la época, y que permitía conectar de forma más efectiva las localidades de la zona en dirección a Cástulo (junto a la actual Linares), sin tener que pasar por Iliturgi.

“Tenemos evidencias, podemos decir que indirectas, de que en la zona hubo un puente de cierta entidad. Fuentes de la época nos dan un itinerario de la vía Augusta, que pasa de Cástulo a Mánsulo, es decir, no pasa por Iliturgi, entonces necesariamente tenía que haber un puente sobre el Guadalquivir”, asegura Juan Pedro Bellón.

“El interés por descubrir el puente es que no se entiende el Arco de Augusto sin el puente”, afirma el investigador que ha dirigido esta nueva intervención en Mengíbar.

Así que se dispusieron a inspeccionar el entorno con la tecnología de georradar. Los resultados no tardaron en aparecer reflejados en la pantalla y todo parecía indicar que se trataba de los pilares del puente. Sin embargo, cuando se excavó el entorno la sorpresa fue mayúscula, porque no apareció la obra de ingeniería con la que se salvaba el Guadalquivir, sino algo inesperado. Sorpresas que da la arqueología.

Qué restos aparecieron junto al Arco de Jano en la Vía Augusta

Los investigadores dieron con un complejo termal que en su día pudo funcionar para dar servicio a los viajeros que discurrían por la Vía Augusta. Se ubica en la misma orilla del río, de donde con casi total seguridad tomaba las aguas para dar su servicio. Sin embargo, estos restos generan muchas dudas, porque todavía no está clara su datación.

Este aspecto es importante, ya que, según se conoce, el Arco de Jano fue destruido intencionalmente en el siglo IV de nuestra era, posiblemente el puente también corrió esta misma suerte, por tanto no está claro si este complejo termal se construyó con los restos del arco y el puente, una vez que se destruyeron, o realmente fueron unos baños públicos, al servicio de los transeúntes.

Es un reto que tienen por delante estos investigadores de la Universidad de Jaén, como también lo es dar con el dichoso puente.

Los restos del puente pueden estar bajo el Guadalquivir

Muy cerca de este complejo se aprecia una perturbación en el río, lo que hace pensar que justamente ahí estaba la infraestructura. Esta sería una empresa muy apasionante, que se protagonizaría la primera excavación subacuática de la provincia de Jaén y, con suerte, pondría fin a una intensa búsqueda, para cerrar el círculo de la historia de este enclave fronterizo, de gran importancia en la época romana, a tenor del empeño que el emperador Augusto puso en que se le fuera atribuida la construcción de todo este complejo de infraestructuras.

Con la hipótesis más sólida se baraja que el arco marcaba, de alguna manera, la ubicación del puente. Que ambas construcciones funcionaban de “manera combinada”.

Juan Pedro Bellón, investigador de la Universidad de Jaén.

Qué supuso en la época este puente de la Vía Augusta

El puente hablaría de un cambio en la viabilidad, en la estructuración de las comunicaciones. La vía que se cita en los Itinerarios Antoninos va de Arjona a Iliturgi, de Iliturgi a Cástulo; cruza tres ríos: el Guadalbullón, el Guadalimar y el Guadalquivir; y no usa puentes, sino vados en los ríos.

“En cambio, esta es diferente y más sofisticada, ya que usa un puente en vez de un vado, y transforma totalmente la vía preexistente, lo que no quiere decir que se dejara de utilizar, y se trata de otra totalmente nueva, que marca un hito en el territorio, sin duda. Además, este puente sería el primero que tiene el Guadalquivir en su cabecera”.

El lugar en torno al antiguo Arco de Jano es tremendamente rico desde el punto de vista arqueológico. Y el siguiente reto al que se va a enfrentar este equipo de investigación es el determinar qué fue antes, si el trazado de la vía o el conjunto de infraestructuras halladas en este lugar, de ahí el interés de este equipo de investigación en dar con las piezas arqueológicas que les permitan poner fecha a cada una de las estructuras, y llegar a comprender mejor el crecimiento de esta zona del Alto Guadalquivir, que hoy día todavía es un nudo de comunicaciones importantes, ya que junto a Mengíbar pasa la A-44, la autovía que conecta Andalucía con Madrid.

“Esperamos dar con restos que nos hablen de la cronología del uso del sitio, para saber cuándo se levantó y el tiempo que estuvo en uso. Y ver qué funcionalidad tenían estos edificios, si están asociados al uso de la vía como una vía militar vinculada al emperador y a la gestión del correo imperial, o son posadas para dar servicio a la vía”, sentencia Juan Pedro Bellón.