La intervención y alteración del ser humano sobre hábitats naturales está generando que cada vez se presenten más afecciones de salud por virus transmitidos de animales a humanos, o virus zoonóticos. El Henipavirus Lyanga, encontrado en China, que ha puesto en alerta a la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el ejemplo más reciente de ello.
El Henipavirus es un género de la familia Paramyxoviridae (un tipo de virus que incluye sarampión, paperas y muchos otros microorganismos respiratorios que infectan a las personas), que cuenta con cinco especies identificadas: virus del cedro, del murciélago de Ghana y de Mojiang, detectados solo en animales; de otra parte, Hendra y Nipah son no solo los más contagiosos sino también de los cuales se tienen mayores índices de mortalidad.
La nueva especie, encontrada por un grupo de científicos chinos y singapurenses, se detectó entre finales de 2018 y principios de 2021 en Henan y Shandon, dos provincias del este de China, y hasta el momento se reportan al menos 35 casos. Los resultados del hallazgo se publicaron en la revista científica New England Journal of Medicine.
Qué animales transmiten este virus
El virólogo Manuel Antonio Vargas, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), menciona que “estos casos se reportaron durante la vigilancia de pacientes con fiebre que tenían un historial reciente de exposición y contacto con animales como murciélagos de la fruta –huésped de Hendra y Nipah–, musarañas, perros o cabras. A estas personas se les tomaron muestras en la garganta para comprobar la presencia del virus”.
Señala además que “en el comercio de animales exóticos, estos llegan a las tiendas de mascotas y se da una interacción con otros animales que pueden infectarse de los virus, y de ahí pasar a los seres humanos que los compran”.
En humanos, el virus causa dificultad respiratoria aguda grave y enfermedades neurológicas; entre sus síntomas más frecuentes están: fiebre, cansancio, tos, anorexia, náuseas y vómito, además de disminución de glóbulos blancos, déficit de plaquetas y deterioro de las funciones del hígado y el riñón.
¿Hay motivos para la alarma por una nueva pandemia?
La pandemia por COVID-19 ha puesto en alerta a la sociedad y el valor del trabajo de los virólogos y microbiólogos debe ser muy importante para que los próximos virus que proliferen en la sociedad puedan ser tratados y manejados, y se pueda mitigar el impacto que tienen sobre los seres humanos.
Sin embargo, el académico asegura que “aún es pronto para preocuparse, ya que hasta el momento no se ha comprobado la transmisión de H. Lyanga entre humanos; el contagio se presenta cuando hay un contacto directo y estrecho con el animal portador del virus, caso contrario a la viruela símica o el COVID-19”.
“Aunque todo lo que pasó con el COVID-19 genera el temor de que haya una nueva crisis, al analizar la naturaleza del virus se observa que estos 35 casos se han presentado en dos años, y en su mayoría han sido trabajadores rurales, en fincas, y algunos estudiantes de las regiones, pero la afectación no ha salido de ese entorno geográfico”, asegura.
La única forma de manejar bien este tipo de enfermedades es analizar y evaluar el entorno natural del país; así por ejemplo, los murciélagos tienen más de 1.250 especies alrededor del mundo y cada una puede tener sus propios tipos de virus, por lo que es necesario evaluar el contexto colombiano frente a animales como este.
“Lo más relevante es que vivimos en un ecosistema que estamos alterando constantemente y que esas alteraciones y contactos nos ponen en riesgo de exposición a nuevos virus, hay que estar alerta para reconocer lo que está surgiendo, puede ser en China, pero también en cualquier parte del mundo, lo que ocurre es que en estos lugares se detecta más rápido por la infraestructura que tienen”, recalca el profesor Vargas.