Un científico de la UMA, en un proyecto para analizar el mundo microbiano de las Islas Galápagos

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Un equipo científico internacional del que forma parte el investigador de la Universidad de Málaga, Víctor J. Carrión, también perteneciente al IHSM La Mayora, se encuentra en las Islas Galápagos para analizar el mundo microbiano que hay detrás de las plantas “nativas y únicas” de este archipiélago.

Una de las plantas de las Islas Galápagos que se estudian en este proyecto.

Se trata de una expedición de ocho días, que empezó el pasado sábado, en la que, junto a la UMA, participan el Instituto Holandés de Ecología y la Universidad de San Francisco de Quito (Ecuador). Bajo el nombre de ‘Microbioma’, este proyecto pretende revelar la singularidad y la diversidad de la vida microbiana de las Islas Galápagos, con el objetivo de mejorar la comprensión de la co-evolución de las especies, para lo que se tomarán muestras tanto de bacterias como de hongos asociados a sus ‘plantas huésped’.

Los conocimientos que se obtengan de la expedición serán esenciales para la preservación de especies de plantas en peligro de extinción, como la ‘Scalesia’, también conocida como la margarita gigante”, explica el investigador del departamento de Microbiología de la UMA J. Carrión.

En este sentido, el experto señala que conocer más acerca de los microbios aún desconocidos que coexisten con estas plantas podría resultar clave para apoyar el crecimiento y la supervivencia de la ‘Scalesia’. Para ello, utilizarán técnicas moleculares novedosas, que permitirán “desentrañar la diversidad mocrobiana y estudiar si está en línea con la especiación – proceso mediante el cual una población de una determinada especie da lugar a otra u otras poblaciones- de sus plantas huéspedes en diferentes islas del archipiélago”.

Las Islas Galápagos, en su mayoría deshabitadas, están ubicadas a unos 1000 kilómetros al oeste de América del Sur. Debido a su lejanía, según afirman los científicos de esta expedición, los animales, las plantas y posiblemente los microorganismos han evolucionado de forma independiente a sus parientes del continente, convirtiéndolas en objetivo de numerosas investigaciones relacionadas con la aparición de variaciones genéticas.