Arranca el seminario sobre ‘Emprendimiento social’, uno de los fijos en cada propuesta estival de la Universidad de Almería, con Berta González, de ‘Plena inclusión’, reconociendo que más que conocimiento su mejor legado debe ser una llamada a la motivación: “Necesitamos sentirnos indignados en relación a lo que ha pasado en las residencias”.
Cómo era la vida de Elsa y Juan Antonio antes y cómo es ahora ha marcado un clarificador inicio del curso titulado ‘Emprendimiento Social: transformando espacios y relaciones’. Es cierto que esta vez la presentación de las personas que lo dirigen ha ido más allá de unas palabras que cuentan los grandes rasgos de su propuesta formativa para dar paso al desarrollo a cargo de los ponentes, puesto que han sido ellas mismas, Eva Carmona e Isabel Guirao, codirectoras, las que han pronunciado conjuntamente la charla inaugural del seminario que han creado. Se han centrado, tras efectivamente situar el marco general, en ‘amistad y vínculos como antídoto para la soledad’, y después ya sí ha sido el turno de que Berta González diera a conocer a esos dos protagonistas, Elsa y Juan Antonio, personificando los beneficios de la aplicación de un proyecto concreto, el de ‘Mi Casa’. Es obra de la organización ‘Plena inclusión’, formada por 17 federaciones autonómicas, más Ceuta y Melilla, y casi 900 asociaciones en toda España, de la que la ponente es directora técnica. Respecto a Carmona y Guirao, profesora de Dirección Estratégica de la UAL y directora de Innovación, Misión y Estrategia de la Fundación ‘A toda vela’ respectivamente, han subrayado la idea de que “hoy, más que nunca, necesitamos nuevas maneras de relacionarnos y habitar los espacios que otorguen dignidad a las personas y pongan en valor lo colectivo y cotidiano”.
Berta González ha sido fiel a esa idea en su exposición, no solo explicando varios proyectos, sino dejando claros varios conceptos básicos y promoviendo concienciación y cuestionamiento: “Necesitamos sentirnos indignados en relación a lo que ha pasado en la vida de las personas que viven en instituciones residenciales, y necesitamos tomar conciencia de que hay que explorar otras opciones que en otros países se están desarrollando”. Ha precisado que “no es cuestión de personas mayores, o discapacitadas, o que no tengan hogar, sino de cuáles son los lugares donde viven y cómo esos lugares son entornos de seguridad o de inseguridad”. Por ello, “es importante aclarar esos conceptos de qué una institución y qué es una vida elegida, como lo es igualmente importante tener un nivel de posicionamiento y compromiso en las personas que están gestionando servicios, o que están apoyando a persona que están en situación de más dificultad”.
Su conferencia ha versado sobre dos epígrafes del curso, ‘Proceso de transformación de servicios de plena inclusión’ y ‘Modelos alternativos de acceso a la vivienda: nuevas formas de habitar’. Esta experta, que pese a su juventud atesora una larga y brillante trayectoria, ha basado su disertación sobre la “necesidad de avanzar en la transformación de lo que vienen siendo los modelos de atención más institucionales, tipo residencias, hacia modelos de vivienda en la comunidad, de pequeña escala y más próximos”. Ha trabajado con su alumnado “qué se entiende por una vivienda, qué es un hogar y qué hace que una vivienda sea un hogar”, poniendo atención a mostrar “cómo la vivienda durante estos meses de confinamiento ha sido la vacuna, ha sido el entorno de protección, el escudo para muchas personas, y por el contrario los contextos residenciales institucionales masificados han sido los de mayor inseguridad y desprotección de aquellas personas que, en principio, parece que más protección necesitan”. Ha buscado “hacer un cuestionamiento de este modelo desde una perspectiva ética de esta situación”, compartiendo resultados de un estudio reciente realizado en 27 países europeos “que habla de que más de un millón y medio de personas viven en instituciones tipo residencias masificadas en el continente”, ello “reflexionando sobre qué es una institución e identificando los factores físicos y culturales que hacen que un lugar donde un grupo de personas viven sea una institución”.
González ha resaltado “el derecho a la vida independiente, a la vida en comunidad, recogido en la Convención de Naciones Unidas, en el artículo 19, como un derecho universal para todas las personas independientemente de las necesidades de apoyo que tengan”. Ha dado los matices sobre la campaña que ‘Plena inclusión’ desarrolla junto a ‘Provivienda’ y ‘Hogar sí’, orientadas a la defensa del derecho a la vivienda para todas las personas, especialmente para las personas en situación de ‘sinhogarismo’, que se llama ‘Quiero mis llaves’: “En ella se reivindica el derecho de cada persona de no solo tener una vivienda, sino tener el control sobre su vivienda”. Las líneas maestras de la actuación tienen que ver con dos estrategias, “prevención de la institucionalización, apoyar a las personas para que no tengan que entrar en grandes residencias, sino que puedan elegir la manera en la que quieren vivir, ello a través de diferentes proyectos como pueden ser los apoyos auto dirigidos o la asistencia personal, y en segundo lugar la desinstitucionalización, ayudar a las personas que ya viven en instituciones a que, si quieren, cuando quieran y como quieran, sí puedan salir de ellas y puedan vivir en ‘viviendas normales’ en ‘calles normales’, como vivimos los demás”.
También se ha alineado con Eva Carmona e Isabel Guirao en la idoneidad del curso siempre y en este momento. Berta González ha abundado al respecto: “La on-line nunca va a suplir a la presencial, de hecho ambas son complementarias, pero durante estos meses hemos aprendido a generar dinámicas creativas e innovadoras, así como espacios de aprendizaje en sistemas on-line que permiten un acceso mucho más universal y más igualitario, y por otro lado abaratan costes y son más sostenibles, así que es un acierto no cerrar la posibilidad de esta formación por no poder hacerla presencial”.
En su representación, Berta González, ha sido la primera de una quincena de ponentes, repartidos en once conferencias y dos mesas redondas, todo ello extendido hasta el próximo viernes. Se abordarán dinámicas de emprendimiento y espacios, así como el impuso económico a esos ecosistemas, se van a analizar modelos de convivencia diferentes, de cambio social y hasta de acceso a la vivienda, como también las zonas contacto intergeneracional, el cuidado digno, la cohabitación y hasta el ‘después’ de la pandemia.