La terapia con animales ayuda en el proceso terapéutico de pacientes con cáncer, trastornos mentales, sordera, depresión o ansiedad.
Según resultados publicados en la Revista Latinoamericana de Bioética, este acompañamiento con animales mejora el estado de ánimo de las personas, reduce el estrés y ayuda a mantener el equilibrio físico y mental.
“La terapia asistida con animales es una buena opción para cualquier paciente –niños, jóvenes, adultos o ancianos–, pues los animales son esa ‘herramienta viva’ que generan vínculo, con el fin de traerle una mejoría al paciente y a sus familiares”.
Así lo resalta el el terapeuta ocupacional Farid Andrés Patiño Cortés, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), especialista en intervenciones asistidas, asesor terapéutico del proyecto “Ángeles con cola” de la Fundación Hope & Help, e integrante de la Corporación Santander Kennel Club (SKC).
Importancia de la intervención con animales
“En cada una de las sesiones es importante fijar un objetivo terapéutico a lograr con ayuda del ejemplar; el número de sesiones dependerá del caso, la patología o la necesidad que presente el paciente a intervenir”, explica el terapeuta de la UNAL.
En el caso de los lazarillos –perros de asistencia–, el proceso de selección inicia con la búsqueda adecuada de la raza, que por lo general son golden retriever, labrador retriever y spaniel, como el cocker y el springer, entre otros.
A partir de ello, los criadores garantizan los procesos de impronta, que consisten en un periodo de tiempo corto en el que el cachorro inicia la exploración sensorial, interacción con el entorno y relación con sus congéneres.
Luego, los cachorros para intervención con personas con problemas de salud o discapacidad pasan por múltiples pruebas etológicas que demuestran el “perfil” de servicio o potencial que puede tener el ejemplar; después de seleccionar la especialidad se debe iniciar el proceso de entrenamiento, el cual puede tardar entre 1,5 a 2 años, con profesionales calificados para el manejo integral del animal y su proceso de formación.
Posterior a ello, se selecciona del candidato para ser la dupla del ejemplar y garantizar un tiempo estimado de seis meses más para el acople entre el usuario y el perro de servicio.
Modalidades de intervención
El especialista detalla que “la actividad asistida se realiza con el fin de sensibilizar a un grupo acerca de un tema en específico”.
“Los perros de asistencia o guía se utilizan para personas con discapacidad física o déficit visual. En Estados Unidos se entrenan para la prevención de crisis en esquizofrenia y otros desórdenes mentales”.
“Por último, las actividades deportivas como disc dog,mushing y running, entre otras, promueven la competencia entre duplas (perro-humano) y los hábitos de vida saludable”.
La Corporación Santander Kennel Club y la Fundación Hope & Help desarrollan en Bucaramanga un programa en el que –con un grupo de criadores responsables– se realizan actividades asistidas de manera paliativa con perros para niños con diagnóstico de cáncer, con el fin de promover y mantener las habilidades sociales y fomentar su recreación a pesar de lo difícil de su tratamiento o proceso de recuperación.
Beneficios de la terapia asistida con animales
A nivel cognitivo, se apoyan todos los procesos escolares y del aprendizaje manejando integración sensorial para niños con TDH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) con el fin de buscar el equilibrio sensorial y la mejora en los procesos de atención sostenida en aula.
A nivel físico, se cuenta con perros de asistencia entrenados para personas en sillas de ruedas, que les al paciente independencia y autonomía.
“En algunos colegios se realiza actividad asistida para niños sordos con gatos de la raza Sphynx o gato esfinge –gatos sin pelo– que sirven como medio para disminuir la percepción de discriminación y estereotipos de estética y belleza, como proceso de inclusión social al aula”.
“A nivel mental, los perros brindan soporte emocional para personas con enfermedades como ansiedad, depresión y trastornos alimenticios, entre otros”, describe el docente.
En algunos países la mayoría de los perros se usan como acompañantes de personas con esquizofrenia, los cuales, por el cambio de algunas sustancias químicas en el organismo de la persona, detectan el cuadro de alucinaciones y se convierten en un puente entre la realidad y el paciente.
El especialista de la UNAL también se refirió a algunos mitos frente al uso de animales en terapias asistidas, como ser alérgico al pelo del animal. En ese sentido, asegura que nada más falso que pensar que el pelo podrá ingresar por nuestras fosas nasales, ya que serían detenidos por nuestros bellos nasales. “Sin embargo, sí hay personas alérgicas al polvo que guarda el pelo del perro, por lo que un baño y secado con aire frío será la solución definitiva a este problema”, afirma.
“Somos alérgicos a una proteína de la saliva con que el gato se acicala; al secarse, genera un polvillo que ingresa por nuestras vías aéreas, pero una forma fácil de controlarla es identificar alimentos que reducen la cantidad de proteína en la saliva y disminuyen esa sensación, al igual que un baño ocasional con aire frío”, recomienda el docente de la UNAL.