Una pequeña punción en el dedo sustituye a la extracción de sangre en la prueba para saber si un niño es celiaco. Este nuevo métido para la detección de la enfermedad ha sido desarrollado por investigadores de la Universidad de Granada y está pensado para niños de entre 2 y 4 años.
Además, este sistema no precisa personal experimentado (aunque la interpretación sí debe ser realizada por personal sanitario), es rápida (se realiza en 10 minutos) y económica (10-12 euros por dispositivo) y lo más importante, en caso de población infantil, es que se trata de un método menos invasivo que la extracción sanguínea.
Este trabajo ha sido desarrollado por Mª Vega Almazán Fernández de Bobadilla, investigadora del departamento de Pediatría de la Universidad de Granada, y dirigido por José Maldonado Lozano. Parte de sus resultados han sido publicados en la revista Pediatric Research.
Como explica la autora, pediatra del Centro de Salud de Maracena (Granada), “la idea de realizar este trabajo surgió para tratar de responder a la pregunta clínica surgida de mi asistencia clínica diaria: ¿qué prevalencia oculta o silente existe de la enfermedad celiaca en nuestro medio?”.
La enfermedad celiaca silente es aquella que pasa desapercibida a ojos del médico por tener síntomas menores imperceptibles hasta por el propio paciente. La celiaquía es una enfermedad sistémica causada por una intolerancia permanente al gluten de la dieta (contenido en el trigo, cebada y centeno) y afecta a personas con susceptibilidad genética. Se manifiesta mediante síntomas intestinales (malabsorción intestinal, distensión abdominal, diarrea, dolor abdominal) y con síntomas extradigestivos (cutáneos, dolores articulares, cefalea, etc).
Actualmente, para diagnosticar la enfermedad celíaca es necesaria la combinación de una sintomatología clínica, un estudio en sangre de anticuerpos de enfermedad celiaca positivos y un estudio histológico compatible mediante biopsia intestinal.
Los objetivos del estudio realizado en la Universidad de Granada fueron estudiar la prevalencia silente de la celiaquía entre los 2 y 4 años de edad, para lo que utilizaron unos dispositivos novedosos que permiten detectar los marcadores de la enfermedad (autoanticuerpos) en la sangre capilar del paciente.
“Basta con una punción en el pulpejo del dedo del niño para extraer una gotita de sangre que se depositará en el dispositivo y, en caso de que el sujeto padezca la enfermedad, aparecerá una línea color rosada, similar a la de los tests de embarazo, lo que significará que en su sangre existen esos autoanticuerpos característicos de la enfermedad”, explica Mª Vega Almazán.