“Con una pensión de 600 euros o menos, uno no puede costearse una silla de ruedas eléctrica”. Bajo esta premisa, los profesores de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), Francisco Cavas, Dolores Parras, José Nieto, Francisco José Fernández, Daniel García y Antonio Molina, del grupo de Ingeniería Multidisciplinar y Seguridad, han tratado de dar solución al problema con el que se encuentran a diario decenas de parapléjicos. Esto es el germen del proyecto para transformar una silla de ruedas convencional en una eléctrica.
“Las sillas de ruedas eléctricas son diez veces más caras que una normal”, asegura Francisco Cavas, que aclara que una eléctrica puede llegar a costar más de 5.000 euros y que no todo el mundo se la puede costear.
Para ello han diseñado una especie de adaptador que se coloca en la silla de ruedas y la transforma en lo más parecido a un triciclo eléctrico. Cuentan que este sistema costaría unos 1.800 euros, lo que lo hace más asequible.
El adaptador es “fácil de colocar”. De esta manera, se permite la independencia del lesionado modular, cuenta Cavas. Además de ello, recalca que “si sale a exteriores, consigue más autonomía que la que te da una silla de ruedas convencional”.
Este dispositivo se acopla en la silla de ruedas con una palanca y eleva unos centímetros del suelo las ruedas delanteras sobre las traseras.
En el proceso de diseño también han participado tres usuarios reales que han aportado a los investigadores de la UPCT sus problemas de movilidad. Además, se ha realizado un estudio antropomórfico para conseguir el equilibrio entre ergonomía y diseño.
Predecir el comportamiento de las prótesis
¿Recuperará el paciente la movilidad total de la articulación con la prótesis? Muchos cirujanos se hacen esta pregunta antes de cada operación. Estos investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), dirigidos por José Nieto, han diseñado un simulador de prótesis para artroplastia, esto es, un programa de ordenador que permite a los médicos predecir el comportamiento de la prótesis para una articulación antes de operar.
El trabajo parte de la base de la necesidad de conocer el comportamiento mecánico que tendrá la prótesis y cómo afectará su encaje a la articulación de la persona.
“Se utiliza geometría real en el simulador y también se estudia la capacidad de biointegracioón del hueso”, cuenta Cavas, que considera que es un dispositivo “muy útil”.