‘El Salto’, la nueva película de Benito Zambrano, narra la odisea a la que se enfrentan los miles de migrantes que cada día llegan a las costas españolas en busca de una vida mejor. Estrenada este domingo en la Sección Oficial Fuera de Concurso del Festival de Málaga, anoche se proyectó un pase especial en el Rectorado, con un Salón de Actos a rebosar de un público entre el que se encontraban profesores de la Universidad de Málaga que trabajan en temas científicos vinculados a las migraciones, así como integrantes de asociaciones y ONG’s.
Entre ellos, docentes de Derecho, Criminología, Arquitectura o Informática. Muchos de ellos, en su momento trabajaron con Málaga Acoge y ahora están en torno al proyecto Betania o a la Fundación Merced Migraciones, asociaciones sin ánimo de lucro cuya misión es atender, entre otros, a cualquier persona que se encuentre en situación de exclusión social y a acompañar y dar cobijo a jóvenes refugiados con un régimen de protección especial.
Acogen fundamentalmente a chicos subsaharianos. Como subsahariano es el protagonista de la película de Zambrano, Ibrahim. La trama cuenta que llegó a España hace unos años procedente de Guinea. Asentado en Madrid, donde vive con Mariama y trabaja como albañil, un día la policía le detiene, y como carece de permiso de residencia, es deportado a su país natal. A partir de ese momento su único objetivo será regresar a España para reunirse con Mariama y una hija que va a nacer. Tras conseguir atravesar África se instala con algunos compañeros de viaje en el Monte Gurugú, campamento de inmigrantes que separa África de Europa. En Nador conoce a Aminata, una chica empeñada en saltar la valla y llegar a España. Saltar la valla es una hazaña física que no está al alcance de cualquiera. Muchos no lo consiguen jamás. Otros mueren en el intento.
Auditorio sensible
El auditorio del Rectorado era anoche especialmente sensible, puesto que a las personas que trabajan cara a cara con las consecuencias de la inmigración se unió un numeroso grupo de migrantes, para los que debió ser especialmente duro el revivir la experiencia de llegar a Europa de la manera en que lo narra Zambrano, con una película contada desde el punto de vista de los africanos, con actores de dicha nacionalidad y en muchos momentos en forma de documental.
El director andaluz, cuya trayectoria se caracteriza por estar fuertemente vinculada al compromiso social, explicó antes de la proyección que hacía mucho tiempo que quería contar la tragedia de la inmigración, sobre todo el sufrimiento que supone para los subsaharianos venir a Europa. Lo ha hecho ahora, cuando se cumplen 25 años desde que ‘Solas’ conquistó a público y crítica, con cinco premios Goya y once nominaciones al mismo galardón. La película se estrenará en cines en abril.
Tras la proyección se abrió un diálogo con el público en el que salieron a relucir las experiencias de unos y otros. Un espectador colombiano recordó una frase que define el espíritu de la película: “Dignidad es el derecho a tener derechos”.
En el auditorio había profesores de la UMA en contacto con la realidad migrante, como la catedrática de Derecho Penal Elisa García España, especialmente vinculada a temas de extranjería e inmigración; Manuel Enciso, director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática, en contacto con Betania. O Carmen Jambrino, que hace unos meses organizó un evento en la facultad de Marketing y Gestión destinado a dar visibilidad al trabajo que realiza la Fundación Merced Migraciones en la sociedad malagueña.