Político, asesor o alto funcionario, casi las únicas opciones para trabajar en Europa

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banderas europeasSegún la directora general de Interpretación y Conferencias del Parlamento Europeo Olga Cosmidou en el Curso de Otoño "Perspectivas de Empleo en organismos internacionales", en la actualidad, la única forma de poder trabajar en instituciones comunitarias sin pasar la criba de unas oposiciones es hacerlo dentro de un grupo político. “Sólo en el Parlamento Europeo existe esta posibilidad de ‘puerta trasera’. Cada grupo político puede emplear a los suyos, porque hay puestos para nacionales, que son más o menos numerosos en función de la talla de la delegación de cada país en este grupo político”, apuntaba Cosmidou.  

En el Parlamento Europeo, el reparto se hace en función del número de europarlamentarios, cuyo número es proporcional también a la población del país miembro. Hay cuatro grupos de países: en el primero sólo está Alemania, el ‘motor’ económico de la UE y el país con más millones de habitantes de toda la Unión (82,5). En el segundo grupo se integran Reino Unido, Francia e Italia y en el tercero, España y Polonia. El resto de los países miembros se integran en un cuarto y último grupo. 

 

Según Cosmidou, quienes entran a trabajar en la UE a través de esta vía no son funcionarios como tal, pero en la práctica su categoría sí lo es, aunque de forma temporal e indeterminada. “Otra posibilidad son los asistentes de los europarlamentarios, que es un sistema totalmente abierto y ‘arbitrario’”, explicaba la directora general de Interpretación y Conferencias del Parlamento Europeo. Este asistente actúa como personal de confianza del político, como su asesor.

Con todo, la fórmula más segura para conseguir una plaza en instituciones comunitarias es presentarse a las oposiciones que convoca la UE. Para conseguir buenos resultados, Cosmidou daba hoy algunas claves: la primera, que la documentación requerida siempre llegue a las instituciones comunitarias en el plazo establecido. “Si el plazo termina a las 12 de la mañana y el sobre con su documentación llega a las 12 y media, les digo que ese sobre no se va a abrir y ahí van a perder todas las posibilidades”.

 

La segunda clave, tener paciencia. “No hay que llamar para preguntar cómo va lo nuestro. Hay que esperar a que esa llamada llegue desde Bruselas”. Será entonces momento de dar el siguiente paso: un examen multi-respuesta que se utiliza como primera criba para descartar candidatos. “Estas son las dos fases críticas. Si se superan y se consigue ir a los exámenes escritos, se va por muy buen camino”, decía la experta comunitaria.

Tras el examen escrito llegará, en último caso, el oral, que servirá para ver la disposición del candidato con preguntas abiertas, que Cosmidou recomendaba hoy no responder “nunca sólo con monosílabos”. Pero si todo ese camino resulta demasiado trabajoso, la directora general de Interpretación y Conferencias del Parlamento Europeo recomendaba esa otra vía: la ‘puerta trasera’ que consiste en afiliarse a un partido político y trabajar para ese partido desde Bruselas.

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