Orihuela anuncia que no se presentará a la reelección como rector de la UMU

José Orihuela.

José Orihuela, ha anunciado que no se presentará a la reelección en el cargo de rector de la Universidad de Murcia. Lo adelantó el viernes al término durante el Consejo de Gobierno de la institución, en una jornada en la que, como ya informó Novaciencia, se dio a conocer el calendario de elecciones de la UMU.

Orihuela aseguró que la decisión está “muy meditada” y que la tomó recientemente. Además, hizo un breve balance de lo que considera que han sido algunos de sus principales logros durante su mandato, entre los que citó la convocatoria de plazas, el aumento de los fondos destinados a investigación o las becas, entre otros.

El rector Orihuela también se refirió a la aprobación del anteproyecto de los presupuestos de la UMU para el próximo ejercicio, tratado en el mismo Consejo de Gobierno. Las cuentas para el próximo año se elevarán ligeramente hasta los 215,5 millones de euros. 

Finalmente, el rector Orihuela pidió a todos los candidatos a sucederle que mantengan “una defensa tan comprometida, al menos, de nuestros legítimos derechos y de posicionamiento frente a nuestras autoridades”.

Por último, el Consejo de Gobierno del viernes también aprobó el calendario laboral de esta institución, así como la propuesta de dar el nombre de la funcionaria Isabel Guillén, recientemente fallecida, a la sala de formación de la Hemeroteca del campus de la Merced.

A continuación reproducimos el discurso íntegro del rector Orihuela en el que anunció que no repetirá como candidato:

 

Queridos miembros del Consejo de Gobierno, hay dos asuntos importantes que hoy que deseo abordar aprovechando este Pleno. Por un lado, me gustaría realizar un pequeño balance de nuestra política de gestión. Por otro lado, quisiera también haceros llegar una reflexión más genérica y mucho más personal, sobre la gestión universitaria, sobre la visión de un Rector desde esta posición de privilegio que hoy ocupo y que me gustaría haceros llegar en el día de hoy.

Cualquier estilo ejecutivo en temas de docencia y ciencia debería tomar las circunstancias del alumno, el profesor y el científico como punto de partida incuestionable. Esa fue nuestra intención cuando nos presentamos a las elecciones al Rectorado y esa ha sido también nuestra lucha en el día a día después de ser elegidos el 9 de Abril de 2014.

Haciendo un breve balance de estos años, debo decir que aunque me habría gustado conseguir algún hito adicional, me encuentro plenamente satisfecho de la labor realizada desde los distintos vicerrectorados y sus apoyos, equipos humanos fabulosos para los que no tengo palabras suficientes de gratitud, y también con la colaboración continua de los apreciados compañeros del Consejo de Gobierno, de todos y cada uno de vosotros a pesar de las muchas diferencias que atesoramos en este Órgano. Desde arriba hasta abajo, todos a una, nuestros esfuerzos de redistribución de recursos han ido encaminados a consolidar trayectorias, a proporcionar oportunidades para áreas y grupos con casuísticas desatendidas, a levantar la esperanza de los iniciados y a tratar de incrementar la opcionalidad hacia los mismos haciendo partícipe a toda la comunidad universitaria de nuestros fondos.

No ha sido sencillo. No ha sido nada sencillo conseguir fondos. El Plan Económico Financiero 2013-2016 presentado por el anterior equipo de gobierno en este Consejo de Gobierno el 18 de diciembre de 2013 preveía en sus conclusiones sobre el saldo presupuestario lo siguiente: “Desde 2013 se prevé un déficit presupuestario que será necesario financiar con el remanente de tesorería no afectado. Sin embargo, el remanente de tesorería se agotaría en 2016 y al Universidad será incapaz de financiar sus gastos.” En otras palabras un déficit presupuestario creciente de la institución con imposibilidad de cuadrar nuestras cuentas en 2016 de permanecer el marco financiero de 2013-14.

Fue preciso que todo mi equipo de gobierno, salvo el gerente Francisco Guzmán, nos manifestásemos en la Asamblea Regional para reconducir la situación y lograr, ahora sí, el apoyo unánime de todos los grupos parlamentarios a nuestra principal reivindicación de entonces, la de aumentar el techo de gasto de personal y no vernos obligados a despedir a trabajadores de nuestra universidad. En la “maldita hemeroteca” pueden encontrar mis serias palabras hacia Pedro Antonio Sánchez, nuestro Consejero de Universidades en aquellos días, semanas después en el solemne Acto de Santo Tomás de Aquino de 2015. También podrán encontrar nuestras propuestas de financiación aceptadas por todos los partidos políticos, a excepción del PP, antes de las elecciones autonómicas de mayo de 2015, así como mis desvelos por conseguir que el año de nuestro Centenario supusiera la organización del acto de inauguración del curso 2015-2016 para todas las universidades españolas en nuestra universidad, que se materializó con el respaldo de más de cuarenta rectores españoles hacia nuestra institución, y el como días antes del mismo firmábamos con el ya Presidente Pedro Antonio Sánchez nuestro Plan de Financiación Plurianual, plan que hizo posible rescatar de inmediato a nuestro “PAS interino” de su deplorable situación de rebaja salarial con una inversión directa de 2M de euros, y con una inversión adicional de 23M de euros en capítulo 1 entre 2016 y 2018 así como un aumento de la subvención de 11M de euros anuales en 2019 y un millón de euros adicional para 2020. La estructura de este Plan nos ha permitido negociar, tal como ha explicado de forma brillante nuestro Vicerrector de Economía en esta misma sesión, los incrementos que para el ejercicio de 2018 vamos a tener y que hoy mismo hemos aprobado como presupuesto 2018. Así mismo hemos visualizado con claridad como nuestra Universidad ha remontado la situación desesperada que preveía el Plan Económico Financiero 2013-2016.

Me gustaría recordaros que tras culminar el II Convenio Colectivo del Personal docente e Investigador Contratado Laboral de las Universidades Públicas de la Región hemos hecho efectivo el pago de los complementos de quinquenios y sexenios a nuestros profesores CD, para lo que se nos han aprobado alrededor de 1.5M de euros de financiación complementaria en 2018. Hemos convocado 140 plazas de nuevos ayudantes doctores para equilibrar plantillas y eliminar asociados a tiempo parcial, hemos promovido 141 plazas de TU y 141 de CU, 6 contratados doctores para nuestros RyC acreditados y 11 vinculados nuevos en los hospitales concertados con la UMU, y todo ello a pesar de la tasa de reposición que ha estado en el 10% en 2015, el 50% en 2016 y el actual e insuficiente 100%.

Me gustaría recordaros que de 10 contratos predoctorales hemos pasado a convocar 20. De 2 postdoctorales de dos años de duración hemos pasado a 10 contratos, de cinco años cada uno, y que hemos convocado por vez primera en la historia de la Universidad española unos contratos de personal técnico de alta cualificación, comprendiendo 10 nuevas ejecuciones de Ley de Ciencia, lo cual implica 5 años de trabajo con dedicación a tiempo completo y cualificación superior de nuevo. La convocatoria fue ruidosamente agredida por unos cuantos que habían frustrado sus expectativas y ampliamente aplaudida paradójicamente, por la comunidad de investigadores de todo el país. Esperemos que pronto la justicia ponga también aquí las cosas en su sitio desde el punto de vista formal, pues se hizo libelo de bastantes personas que trabajaron mucho, con amor, honestidad y dedicación a la Universidad de Murcia, desde dentro y desde fuera.

Me gustaría recordaros que ahora operamos de forma competitiva y abierta en las convocatorias de contratos pre y postdoctorales, a fin de que todos los españoles puedan concurrir con independencia de su comunidad autónoma de origen, y que hemos hecho también una importante inversión en recuperación de investigadores cofinanciando programas Juan de la Cierva, Ramón y Cajal y Saavedra Fajardo con la Fundación Séneca. Y la inversión en infraestructuras de investigación no tiene precedentes. Por si no lo saben, las infraestructuras adjudicadas en las convocatorias con cofinanciación FEDER para alto equipamiento, implican una aportación propia del 30% del total.

Me gustaría recordaros que nuestro Plan Propio de Investigación queda ahora mejor dotado con un aumento presupuestario superior al 200%. Además, las modificaciones discutidas y consensuadas en los criterios de Ayuda Complementaria a la Investigación han permitido valorar la excelencia con independencia de la rama o división temática de los concurrentes. Pensamos que es éste otro elemento que deriva de un análisis previo y profundo de la estructura investigadora de nuestra Universidad. Y de su potencial, al cual no puede dejar de atenderse si se quiere mirar adelante.

Me gustaría recordaros que hoy disfrutamos ya de un Plan Propio de Innovación provisto de de 600.000 euros entre 2016 y 2018. Fruto del mismo se han constituido más de un centenar de grupos de innovación docente que reciben sus ayudas complementarias y del que esperamos grandes resultados en el futuro cercano.

Me gustaría recordaros que estamos representado a nuestra Universidad desde la Presidencia de la Sectorial CRUE Estudiantes, donde hemos alcanzado importantes logros como ha sido el conservar el “distrito único” para el acceso al sistema universitario español, y ello frente la amenaza rupturista del anterior gabinete del Ministerio de Educación. Más aún, gracias a nuestra acción conjunta con los estudiantes de las universidades públicas españolas a través de CREUP hemos logrado del Ministerio que se rebaje el mínimo de la horquilla de precios públicos de estudios de máster al nivel de los estudios de grado. Espero que esta medida no tarde en materializarse en nuestra Región.

Podríamos hablar mucho más: estudiantes, deporte, transparencia, igualdad, internacionalización, TICs y medio propio, contratación, auditoría laboral, cultura, comunicación, transferencia, formación, infraestructuras, sostenibilidad, emprendimiento, empleo, responsabilidad social, administración electrónica y un largo etc., pero tiempo habrá para nuestra rendición de cuentas que presentaremos en los próximos meses, hoy no quisiera cansarles con mis palabras y que las mismas pudieran mal interpretase por este Consejo.

En términos generales, creo que ha llegado el momento de que hable de mi propia gestión y lo haré en un momento crítico, preelectoral y tardo- gestor, permítanme el término. Pues son ya casi cuatro años de legislatura y llega el momento de la sinceridad explícita y abierta. Nunca tendré mejor sitio para hacerlo que en este Consejo de Gobierno de mi Universidad, a la que hace ya 42 años me incorporé como estudiante entre 1975 y 1980 para pasar entre 1980 y 1991 por las figuras de becario FPU, contratado honorífico, profesor titular interino, profesor titular de universidad y catedrático de universidad.

Yo me temo que en algunas ocasiones he pecado de exceso de personalismo. El protocolo lo faculta, pero más a menudo lo sugiere, lo promueve, incluso lo condiciona. Sin embargo, no habría llegado a estos logros sin mi equipo de Gobierno. Y también es por ello relevante que yo me incline frente a mis colaboradores, por su lealtad, su generosidad, su esfuerzo y su capacidad para soportar mis arrebatos de pasión.

El ejercicio del rectorado en una universidad tan grande, tan compleja, con tantas historias y con tanta historia detrás, no es algo que pueda ser resumido en unas líneas. Uno a diario es totalmente consciente de que está tomando decisiones que provocan situaciones que de forma encadenada conducen a lugares imprevistos. Uno también es consciente de que muchas de ellas van a ser contestadas, discutidas o malinterpretadas. Uno también sabe que seguramente en un porcentaje insultantemente alto, está cometiendo errores de estrategia y de pertinencia o de justicia. Pero uno, aún así, a pesar de todo ello y de su conocimiento de todo ello, debe tomar decisiones. La indecisión es una forma profundamente injusta de mirar los problemas y avatares de cualquier gobernanza.

Como rector, y como universitario, estoy convencido de tener los mismos deseos que todos ustedes. Una universidad más científica, sin duda, pero también más luchadora. Quiero que luchemos juntos por una universidad más equitativa y más vinculante, más solidaria, más responsable, menos mercantilista, más investigativa pero menos tecnólatra, más homeostática, más verde y ecoeficiente, menos patriarcal. Luego están las limitaciones de la normativa, las de los tiempos, las energías y las que traemos las personas por nuestra condición humana falible y limitada.

Uno a veces piensa de forma casi automática que si trabaja concienzudamente, si se esfuerza a tope, si es honesto y asume sus responsabilidades, los destinatarios de sus esfuerzos lo reconocerán y las cosas discurrirán según lo previsto o según lo previsible. Nada más lejos de la realidad. La realidad es más compleja que cualquier deseo. Tal vez, cuando empecé, me faltó inteligencia social o me faltó humildad para reconocer que estaba lleno de debilidades. Como todos los que se afanan, a veces en foros anónimos, de señalarlas y amplificarlas utilizando la siempre sedienta arena de quienes han tomado la queja por costumbre, rito y método. Cuando he tenido que tomar decisiones difíciles, he procurado mantener una sólida independencia emocional de la opinión ajena, pensando que un rector no puede estar todo el día atrapado por la necesidad de aprobación de los demás. Lo que importa y lo que es bueno es hacer cosas valiosas. Eso pensaba, eso creo que debo seguir pensando. Pero el tiempo dirá si nuestra gestión ha sido realmente valiosa o si simplemente, es otro accidente más en una Universidad que parece caminar demasiado confusa y demasiado pendiente de lo efímero y lo noticiable. Ojalá podamos conducirnos todos con inteligencia y honestidad para procurar un terreno más habitable a nuestros herederos.

No quiero ser malinterpretado. Esto no es una letanía. A pesar del agotamiento diario y semanal, y mensual,… durante muchos momentos he disfrutado lo incontable con la gestión de la sociedad universitaria, tal vez porque uno sólo puede gozar realmente de aquello de lo que puede prescindir. Como es mi caso. Llegados a este punto he de manifestaros que he decidido no presentarme a la reelección de mi cargo en las próximas elecciones a Rector de la UMU. Mi decisión ha sido muy meditada y tomada recientemente, si hasta ahora no os he hecho partícipes de la misma ha sido por los muchos avatares y situaciones de dificultad a las que teníamos que hacer frente en los primeros compases del curso académico, entre los que se encontraban todos aquellos que tuviesen que ver con las negociaciones con las diferentes consejerías de nuestra Comunidad Autónoma, como por ejemplo la discusión de los recursos financieros que podremos disfrutar en 2018 y que hoy ya tenemos asegurados sobre el esqueleto de nuestro Plan de Financiación Plurianual.

El derroche de energía frente a las autoridades que nos gobiernan ha sido, y lo seguirá siendo, labor fundamental del rector de nuestra universidad. Que nadie se lleve a engaño, creo que toda la comunidad universitaria deberá exigírselo a quien me sustituya en el cargo. La ley regional de universidades, la equiparación de los precios de matrícula de master con los del grado así como el aprovisionamiento, por profesores de la UMU, de las jefaturas de servicio esenciales para la docencia clínica en los hospitales universitarios a nosotros vinculados siguen estando en nuestra agenda actual de reivindicaciones con la CARM. Ciertamente, la decisión de no presentarme a las elecciones podría debilitar nuestra posición en estos momentos pero desgraciadamente ya no puedo, ni debo, manteneros sin haceros partícipes de ella por más tiempo dado que hoy mismo hemos aprobado el Calendario Electoral. Volveré a enseñar a mis alumnos, a pensar matemáticas en profundidad, a mis investigaciones y proyectos que tan desatendidos tengo ya por un excesivo tiempo, lo que podría conducirme a la incapacidad que nunca tuve en la esencia de cualquier profesor universitario: su docencia e investigación. Lo que si espero de todos los candidatos es su compromiso a hacer y seguir haciendo una defensa, al menos tan comprometida como la que hemos llevado estos años, de nuestros legítimos derechos y posicionamiento frente a nuestras autoridades.

Muchas gracias por vuestros apoyos, cariño y amistad, muchísimas gracias por todo.

 

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