Miguel Hernández: el poeta que hacía juguetes

Compartir

El profesor emérito de la UA José Carlos Rovira, comisario de la exposición “Miguel Hernández: el poeta que hacía juguetes” en la Biblioteca Nacional de España

La exposición refleja el “clima emocional”, las sensaciones y estados de ánimo de Miguel Hernández en sus últimos años a través de la correspondencia con su mujer, Josefina Manresa, y los cuentos y juguetes que creó desde la cárcel para su hijo

La Biblioteca Nacional de España (BNE) acoge en Madrid la exposición “Miguel Hernández: el poeta que hacía juguetes. Ausencias y últimos cuentos para su hijo”, comisariada por José Carlos Rovira, profesor emérito de la UA y catedrático de Literatura Hispanoamericana.

La Biblioteca Nacional de España (BNE) inauguró ayer en sus instalaciones en Madrid la exposición “Miguel Hernández: el poeta que hacía juguetes. Ausencias y últimos cuentos para su hijo”, comisariada por José Carlos Rovira, profesor emérito de la UA y catedrático de Literatura Hispanoamericana.

El acto institucional contó con las intervenciones del comisario, la directora de la BNE, Ana Santos Aramburo, y el encargado del diseño de la exposición, Ángel Rocamora (Rocamora Estudio). Tras el acto oficial de inauguración de ayer, la muestra se abre al público hoy viernes 6 de enero y podrá visitarse hasta el 7 de enero de 2024.

José Carlos Rovira calificó la muestra en su intervención como “un sueño-homenaje al poeta de Orihuela” que refleja el “clima emocional”, las sensaciones y estados de ánimo de Miguel Hernández en sus últimos años a través de la correspondencia con su mujer, Josefina Manresa, y los cuentos y juguetes que creó desde la cárcel para su hijo.

Por su parte, Ana Santos Aramburo afirmó que “es una muestra evocadora sobre la que vale la pena reflexionar, ya que refleja la idea de libertad de Miguel Hernández y su anhelo por recuperar la vida en sus últimos años”.

Rovira explica que “hay tesoros documentales que trascienden su formato y adquieren un valor incalculable. Es el caso del manuscrito de Miguel Hernández que, escrito en papel higiénico y desde la cárcel, contiene sus últimos cuentos destinados a su hijo. Sirve este rudimentario cuadernillo como testigo de los últimos meses de vida del poeta, y sirve también como ventana al futuro a través del niño. Es esta una exposición-sueño, en la que la simbología llena de vida las piezas de las vitrinas”.

La exposición cuenta con un diseño expositivo excepcional, a cargo de Rocamora Estudio, y gira en torno a ese cuadernillo con los relatos El potro oscuroUn hogar en el árbolEl conejito y La gatita Mancha, trece hojas de papel higiénico con cuatro metáforas de libertad, una alegoría narrativa cuyos personajes, sobre todo del mundo animal, viven situaciones de las que ansían liberarse. A estos cuentos se suman dos más en la muestra, tal y como detalla José Carlos Rovira, pertenecientes a Eusebio Oca, quien fuera compañero de enfermería de Miguel Hernández en la cárcel, “unos cuentos que preparó en enero de 1942 para el hijo de Miguel Hernández”.

Junto a este material, se expone el manuscrito de dos poemas (El hombre no reposa: quien reposa es su traje y Sigo en la sombra, lleno de luz: ¿existe el día?) que forman parte de la última producción de Miguel Hernández, el Cancionero y romancero de ausencias, obra inacabada escrita al final de la guerra y también desde la cárcel, y uno de los libros más trascendentes de la tradición poética del siglo XX del que se exponen varias ediciones diferentes y principales.

En medio de tormentos e incertidumbre, de condenas de muerte por “adhesión a la rebelión”, de conmutarse su pena por la de “prisión máxima”, de varios traslados por centros penitenciarios, el poeta encontraba modo de evadirse fabricando juguetes de madera para su hijo, y así lo cuenta en las cartas a su mujer, material epistolar también presente en la muestra.

El comisario detalla que “entre el juego y la trascendencia poética, Hernández está realizando un ejercicio de salvación del niño, que en el resto del poema es el mañana, -mi ser que vuelve-, el universo que guía con esperanza. El niño, de un año y cuatro meses, será un destinatario principal de la actividad del padre, y de la posibilidad del futuro”.

Dibujos, textos, objetos cargados de significado – como la lechera que usaba la pareja Hernández-Manresa para comunicarse en secreto- la exposición nos sumerge en una historia de familia que es la historia de un país y es un cuento sobre la guerra. Parte del material expuesto ha sido donado a la BNE por la familia de Eusebio Oca y Ricardo Fuente.

José Carlos Rovira, profesor emérito de la Universidad de Alicante y catedrático de Literatura Hispanoamericana. Comisario de la exposición “Miguel Hernández: el poeta que hacía juguetes. Ausencias y últimos cuentos para su hijo”.

 José Carlos Rovira Soler

Profesor emérito de la Universidad de Alicante en la que ha sido catedrático de Literatura Hispanoamericana hasta su jubilación en 2019. Ha publicado varios libros sobre su especialidad latinoamericanista y sobre literatura española. Ha editado varias veces a Miguel Hernández (7 ediciones críticas hasta la Obra Completa de Espasa-Calpe, 1992, en colaboración), Gil-Albert, Pablo Neruda, Rubén Darío. Ha fundado y dirigido la revista América sin nombre. Fue Vicerrector de Nuevas Tecnologías (2000-2001), desde donde participó en la creación de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y miembro desde su creación del Comité Científico de esta.

Vicerrector de Extensión Universitaria (2001- enero de 2005). Comisario de la Exposición “La sombra vencida. Miguel Hernández 1910-2010”, inaugurada por la SECC en la Biblioteca Nacional (octubre 2010). Medalla al Mérito Hernandiano de la Fundación Miguel Hernández (2019) y Premio Ramiro Muñoz de PIC/CCOO (2019). En 2021 obtuvo el Premio a la Trayectoria Académica del Consejo Social de la Universidad de Alicante.