Microalgas: una fuente de proteínas más sostenible que la carne

La Universidad de Almería trabaja en el desarrollo de nuevas pastas alimenticias enriquecidas con microalgas que contribuirían a reducir el consumo de carne y a reducir la huella ambiental del sistema alimentario internacional.

Compartir

Naciones Unidas estima que en 2050 la población mundial alcanzaría los 9.700 millones de habitantes, y la mayor parte de ese crecimiento corresponde a países en vías de desarrollo. Alimentar a tal volumen de personas plantea un reto enorme, también desde el punto de vista ambiental. Una fórmula con visos de convertirse en una de las soluciones tiene como protagonista a las microalgas, convertidas en una fuente de proteínas y una alternativa más sostenible al consumo de carne.

Planta de producción de microalgas de la UAL.

La Universidad de Almería se ha apuntado a esta linea de investigación y en el marco con varios proyectos, en los que investiga cómo enriquecer pasta alimenticia con microalgas, para aportar a estos alimentos un conjunto de proteínas y aminoácidos que ayudarían a reducir el consumo de carne como fuente principal de proteínas, y se contribuiría a una mejora de la sostenibilidad de la industria alimentaria.

Para ello, el grupo de investigación Desalación y Fotosíntesis, dirigido por José María Fernández Sevilla, estudia los sistemas de producción de microalgas, analiza cómo obtener compuestos de interés a partir de su biomasa, trata de incorporarlas como aditivos a todo tipo de alimentos y cierra el ciclo con la búsqueda de una salida viable a sus residuos, como productos fertilizantes para agricultura.

Por qué las microalgas son una fuente de proteínas más sostenible que la carne

Las microalgas son una fuente de proteínas más sostenible que la carne porque su cultivo requiere un espacio mucho más reducido que cualquier explotación agroganadera; su producción implica un coste energético mucho menor, ya que solamente necesitan la luz del sol para crecer; el consumo de agua es mucho más reducido que el de una granja; y tienen un ciclo de producción mucho más corto.

Las microalgas se presentan como una fuente de proteínas y aminoácidos esenciales, que haría posible reducir el consumo de animales y proporcionar a los consumidores una opción alimentaria mucho más sostenible, y que contribuiría a paliar el déficit de alimentos que se espera a medida de que se incremente la población mundial.

La microalga spirulina vista al microscopio.

Con qué microalga trabaja la Universidad de Almería

Este grupo de la Universidad de Almería trabaja con spirulina, una de las tres especies de microalgas aceptadas para el consumo humano, porque es una más microalgas que acumula más proteína en sus células, «llega a tener hasta un 50 ó 60 por ciento de proteína en sus células», explica la investigadora de este grupo, Silvia Villaró, que ha liderado varios trabajos sobre la aplicación de las proteínas de microalgas tanto en pasta alimenticia como en lácteos.

El grupo de Desalación y Fotosíntesis trata de aplicar esta especie de microalga en alimentos que tengan una carencia nutricional, para lo que emplean, bien la propia biomasa de las microalgas o solamente las proteínas y los aminoácidos extraídos de esta especie vegetal microscópica, mediante una técnica que también ha sido perfilada en la Universidad de Almería.

«Sabemos que la pasta tiene una deficiencia en aminoácidos esenciales, y la compensamos al añadir estos compuestos extraídos de la spirulina», explica. Estos aminoácidos esenciales solamente se adquieren a través del alimento, tradicionalmente a través de los productos cárnicos y otras fuentes de proteínas vegetales, pero con esta formulación nueva para la pasta se acabaría con esta limitación y se abre un horizonte nuevo también para personas veganas o vegetarianas.

Pastas enriquecidas con microalgas.

Cuáles son los pasos previos para añadir microalgas a la pasta

Para conseguir incorporar proteínas y aminoácidos esenciales a la pasta, el grupo de investigación de la Universidad de Almería ha tenido que superar una serie retos desde el punto de vista científico y tecnológico.

El primero fue el de la producción de la microalga. Para ello desarrollaron un método de cultivo en una planta de un tamaño casi industrial, que les ha permitido optimizar todo el proceso y realizarlo a un coste interesante incluso para llevarlo a nivel comercial. De hecho, varias empresas que ya tienen en el mercado productos realizados a base de spirulina han recurrido a este grupo para desarrollar sus sistemas de producción.

Una vez optimizada la producción, el segundo escalón fue el uso de la biomasa en productos alimentarios. Con este objetivo han desarrollado técnicas que le permiten emplear la biomasa completa, así como otra para extraer las proteínas y los aminoácidos esenciales, que finalmente se incorporan a los productos alimenticios de nueva generación.

«Trabajamos con biomasa seca, porque su conservación es más sencilla y la empleamos en polvo para hacer la formulación alimentaria, bien con la utilización de la biomasa tal cual o mediante la extracción de la proteína», aclara esta investigadora de la Universidad de Almería.

Silvia Villaró en la planta de producción de microalgas de la Universidad de Almería.

Qué productos se han enriquecido con las proteínas que incorporan las microalgas

Hasta ahora, el grupo de Desalación y Fotosíntesis ha experimentado la aplicación de la spirulina y sus proteínas en pasta, a la que han otorgado no solo los componentes nutricionales para hacer de ella un alimento más completo, sino también pigmento verde con el que no solo se le da color a la pasta, sino que también añade una propiedades antioxidantes que lo hacen muy interesante.

Por otro lado, están realizando experimentos con productos lácteos, concretamente con yogur, con el que se consigue un producto con mayor carga de proteínas. En este caso se encuentran con el problema del color, ya que las microalgas aportarían su color verde al yogur y los consumidores no están preparados para lácteos con ese aspecto. Sin embargo, este problema se podría solventar jugando con los porcentajes de microalga que se emplean en la formulación, para obtener unos productos lácteos con unas propiedades nutricionales más interesantes y un aspecto aceptable para los consumidores.

Este grupo de la Universidad de Almería aporta un enfoque circular a su trabajo con las microalgas, para que sea un proceso de residuos cero, ya que la biomasa sobrante tras la extracción de las proteínas tiene salida como bioestimulante de plantas, con uso en el sector agrícola.

La investigación del Grupo de Desalación y Fotosíntesis de la Universidad de Almería está abriendo horizontes nuevos tanto al mundo de alimentación como a la explotación de las microalgas, para mejorar la producción de alimentos y ser capaces de responder a la demanda de alimentos de forma sostenible, y todo, con un enfoque circular.