Más de 5.000 personas han pasado por la exposición ‘Gaspar Becerra & Martínez Montañés. 450 Aniversario (1568-2018)’, organizada desde el Vicerrectorado de Proyección de la Cultura y Deportes de la Universidad de Jaén, que desde el pasado 18 de septiembre puede visitarse en la Sala de Exposiciones de la Antigua Escuela de Magisterio de Jaén hasta este viernes 19.
Con esta exposición, la UJA querido celebrar el 450 aniversario de la muerte de Gaspar Becerra (Baeza, 1520-Madrid-1568) y el nacimiento de Martínez Montañés (Alcalá la Real, 1568-Madrid, 1649), dos de los mayores artistas jiennenses de todos los tiempos. La exposición cuenta con la escultura de Santo Toribio asturicense de Becerra, datada en 1560; el libro Anatomia del corpo humano, de Giovan Valverde di Hamusco, fechado en 1560, con dibujos del artista baezano; y San Francisco de Borja, obra de Juan Martínez Montañés fechada en 1624.
La exposición está abierta hasta el viernes (excepto jueves 18, festivo) de 10 a 13,30 horas y de 17 a 20,30 horas. Los alumnos del Grado en Historia del Arte de la Universidad de Jaén son los encargados de realizar las visitas guiadas al público que lo desee.
Además, paralelamente a esta muestra se ha desarrollado un ciclo de conferencias. El 18 de septiembre el subdirector del Museo Nacional de Valladolid, Manuel Arias Martínez, pronunció la charla ‘Gaspar Becerra, entre la Corte y Castilla’. El miércoles, 19 de septiembre, José Roda, de la Universidad de Sevilla, habló de ‘La escultura sevillana en tiempos de Martínez Montañés’. El 20 de septiembre se celebró la conferencia ‘Gaspar Becerra y Martínez Montañés’, a cargo de Pedro Galera Andreu, catedrático de la Universidad de Jaén, y Almudena Pérez de Tudela, del Patrimonio Nacional.
Sobre Gaspar Becerra y Martínez Montañés
Becerra, nacido en Baeza en el año 1520, gozó de fama y prestigio en los círculos italianos del Cinquecento y volvió a España siendo uno de los artistas más reclamados de la segunda mitad del siglo XVI. Por su parte, Martínez Montañés, natural de Alcalá la Real, fue el imaginero más importante de su tiempo. Su formación en Granada, entre el Renacimiento italiano y el Manierismo, le permitió implantar una estética propia que lo diferenció del resto de escultores barrocos.
A pesar del poco tiempo que Gaspar Becerra estuvo en España tras su paso por Italia, el baezano aportó un sinfín de tendencias que lo convirtieron en “una verdadera gloria nacional”. Su gusto italiano se ajustaba perfectamente a la idea clasicista que Felipe II quiso otorgar a sus palacios, gracias a lo cual se convirtió en el candidato más idóneo para ocupar el puesto de pintor mural de los Reales Sitios. El caso de Martínez Montañés fue menos itinerante, si bien es cierto que desde su taller sevillano traspasó las fronteras españolas y llegó a Hispanoamérica. Esculturas y retablos que lo alzaron a ser el mayor exponente de la imaginería Barroca andaluza.