M. Duch: «Es un mito que la Transición fuera pacífica»

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El Congreso a situado a Almería como punto de referencia para el estudio de la Transición.

La Transición Española se ha puesto como ejemplo a seguir para muchos procesos de democratización en países del entorno europeo; han sido muchos autores y políticos los que han defendido este proceso como uno de los mejores registrados en la historia reciente de Europa. Sin embargo, la Transición está llena de mitos, como el de que fue un proceso pacífico, sin embargo, estudios demuestran que entre 1965 y 1977 hubo un total de 458 muertos, según explicó la profesora Montserrat Duch, en la conferencia de clausura del V Congreso Internacional de Historia de la Transción.

La conferencia de clausura sirvió para hacer un repaso a todo lo que se dijo en el congreso que se ha desarrollado en el centro almeriense de la Universidad Nacional de Educación a Distancia desde el pasado lunes hasta ayer, y que el próximo 25 de noviembre tendrá una cuarta mesa de debate, centrada en la Transición almeriense.

En su intervención, Montserrat Duch puso el punto de mira en aspectos polémicos de la Transición, como el déficit democrático que se registró en las elecciones de 1977, en las que hubo una alteración del censo superior al millón de personas, que se unió al hecho de que los exilados no pudieron votar. Del mismo modo, la profesora Duch destacó que jamás se publicaron unos reusltados definitivos de las elecciones, sólo unos provisionales, que aceptaron los partidos debido al miedo existente a que el proceso volviera atrás y se etrara en algún enfrentamiento más violento.

Aunque lo que más llamó la atención de la conferencia de clausura fue la desmitificación que Montserrat Duch hizo del proceso de Transición. Por un lado, quiso romper el mito de que ésta fue una transición pacífica, y lo hizo poniendo cifras sobre la mesa. Desde 1965 hasta 1977 se registraron un total de 458 muertos, la mayoría en atentados terroristas protagonizados por ETA, GRAPO y grupos de ultraderecha. Además, la Transición estuvo cargada de una enorme violencia simbólica, mecanismos que, a través del miedo, impidieron que se actuara con mayor libertad.

El miedo apuntado por Montserrat Duch parece haber desaparecido en la actualidad, y como prueba que refuta lo dicho puso como ejemplo las denuncias que actualmente se están realizando sobre el robo de niños o los procesos de memoria histórica, que están rescatando de las cunetas a muchos ajusticiados por el régimen.

La profesora destacó el pragmatismo que reinó en todo el proceso de la transición a la democracia, por el cual se dejaron en el olvido asuntos espinosos que podían haber derivado en nuevos enfrentamientos.

Con esta conferencia se puso el punto y final al V Congreso Internacional de Historia de la Transición, organizado por el grupo de investigación de la Universidad de Almería Historia del Tiempo Presente, y que ha colocado a la ciudad en el mapa de los lugares de referencia para el estudio de este proceso histórico que ahora nos sirve para comprender algo mejor la realidad incierta que nos toca vivir.

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