La actividad minera deja una huella profunda en la tierra, difícil de curar. La degradación de los suelos provocada por esta actividad es un problema ambiental de primer orden, para el que se están desarrollando todo tipo de soluciones. Una de ellas, gestada en la Universidad Nacional de Colombia, propone utilizar una especie de hongos, que ayudan a la restauración del entorno dañado por la minería y le devuelve sus condiciones en un plazo menor.
La minería provoca tierras infértiles y no aptas para cultivos, suelos erosionados y destrucción de la capa superior y además contamina el agua y afecta los ecosistemas. El trabajo se adelanta en el corregimiento de Jigualito (Condoto, Chocó), en tres áreas de suelo con 5, 15 y 30 años de afectación por la minería respectivamente. El Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico (IIAP) estudia el cambio de la vegetación y los tiempos en que los pobladores empiezan a cultivar, ya que cuando sale la minería las áreas quedan devastadas y tienen un proceso largo para recuperarse.
Qué hongos se utilizan en la restauración de suelos mineros
Los hongos empleados en estos experimentos de restauración de suelos son las endomicorrizas, hongos que hacen simbiosis o viven en el interior de la raíz de las plantas. Más del 95 % de los cultivos de interés están vinculados a este tipo de hongos.
Los investigadores del IIAP y de la UNAL Sede Palmira vienen tomando muestras de suelo de las áreas afectadas para identificar y cuantificar las endomicorrizas, hongos que hacen simbiosis o viven en el interior de la raíz de las plantas. Más del 95 % de los cultivos de interés están vinculados a este tipo de hongos.
Qué papel cumplen las endomicorrizas en la restauración de suelos
Estos microorganismos son tan importantes en el ecosistema, que por eso se consideran como indicadores de la calidad del suelo, proveen a las plantas diferentes nutrientes y permiten mejorar las condiciones biológicas, químicas y físicas del suelo, y son muy eficientes ante la escasez de agua y otros factores externos.
Una de las variables evaluada es el micelio externo de hongos micorrícicos arbusculares en el suelo, con el objetivo de valorar la agregación y asegurar una mayor productividad en áreas mineras del departamento.
“Lo que buscamos es mejorar las condiciones del suelo para volverlo productivo en menos tiempo, a través de una restauración asistida con las micorrizas identificadas”, explica el investigador Robynson Stewart Mosquera Mosquera del IIAP.
Por su parte, el ingeniero agroforestal Haidyn Luis Moreno, también investigador del IIAP para el componente productivo, manifiesta que “las personas son un factor fundamental para la conservación de los suelos, y por lo tanto estimulamos su participación en proyectos productivos para aumentar los ingresos y las condiciones de vida de los ciudadanos en Chocó”.
En la zona se destaca el cultivo de ñame, maíz, plátano, banano y vainilla, que en la actualidad se incentiva para generar otra fuente de ingresos a los habitantes.
Micorrizas y raíces, una relación que da frutos en el suelo
“Entre las diversas funciones de las micorrizas en el suelo está la de captar nutrientes a través de estructuras como el micelio, el cual se extiende como una red a través del suelo ayudando a prolongar las raíces de las plantas y permitiendo una mayor área de exploración de los nutrientes”, indica la ingeniera agrónoma Yamile del Rosario Chagüezá, estudiante del Doctorado en Ciencias Agrarias de la UNAL Sede Palmira y consultora de la Universidad en esta alianza.
La simbiosis –o trabajo en equipo– entre el micelio y las raíces es muy importante ya que acelera procesos de restauración en los suelos afectados por la minería.
“Otra función del micelio consiste en que en los espacios en los suelos agregados es donde se encuentran mayor cantidad de poros que retinen agua, oxígeno y nutrientes, y por tanto, al agregar el suelo tenemos mayores opciones de que la planta esté bien. Por el contrario, un suelo que está desagregado es susceptible a erosión, se compacta y en general no tiene condiciones físicas para mantener una planta bien nutrida y desarrollada” anota la investigadora.
A partir de la caracterización e identificación empieza el proceso de conservación, propagación y evaluación, el objetivo será llevar a campo estas micorrizas o microrganismos y hacer el proceso de restauración.
Las micorrizas se reproducen en vivero con plantas trampa, en donde se propagan fácilmente, para lo cual llevan a cabo un monitoreo de datos que les garanticé una colonización eficiente.