Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, en cuya elaboración han participado los investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Juan Oliva Moreno y Luz María Peña Longobardo, la población de España tiene menos probabilidades de sufrir dificultades financieras a causa de los costes sanitarios que los habitantes de la mayoría de los países europeos.
A pesar del deterioro de la situación durante y después de la crisis financiera de 2008, solo una pequeña parte de los hogares experimenta dificultades financieras al utilizar los servicios sanitarios en España. Esto, según el informe, se debe al diseño protector de la cobertura sanitaria del Sistema Nacional de Salud (SNS).
«La asistencia sanitaria es un derecho fundamental y nunca debería dar lugar a dificultades financieras. Me complace ver que España está liderando el camino en Europa. Estos son resultados positivos y alentadores que demuestran que la limitación del uso de copagos y medidas prácticas como la reducción de los copagos de los medicamentos recetados para enfermedades crónicas, la exención de los copagos a grupos desfavorecidos y la introducción de topes a los copagos basados en los ingresos, contribuyen en gran medida a proteger a los hogares españoles de las dificultades financieras», ha declarado el director regional de la OMS para Europa, el Dr. Hans Henri P. Kluge.
¿Qué protege a los hogares de las dificultades financieras en España?
La crisis financiera en España tuvo un efecto significativo en las dificultades financieras relacionadas con los pagos directos, según el informe. Entre 2008 y 2014, el gasto sanitario catastrófico (pagos directos grandes en relación con la capacidad de un hogar para pagar por la atención sanitaria) aumentó. La incidencia del gasto sanitario catastrófico comenzó a descender en 2016, pero sigue estando por encima de los niveles anteriores a la crisis.
El informe de la OMS detalla qué aspectos de las políticas de cobertura del SNS son los que más protegen a las personas de las dificultades financieras. En este sentido, destaca que la cobertura poblacional del SNS se basa en la residencia y que el paquete de prestaciones del SNS cubre una gama relativamente amplia de servicios sanitarios, con poca variación regional en las prestaciones y una distribución uniforme de los centros sanitarios en todo el país.
Además, señala que muchos servicios sanitarios son gratuitos en el punto de uso: no hay copagos para las consultas, las pruebas diagnósticas o la atención hospitalaria, y que cuando se aplican copagos, existen muchas medidas de protección, como copagos reducidos y un tope de 4,24 euros por medicamento para la mayoría de los medicamentos recetados para enfermedades crónicas. Finalmente, apunta a las exenciones de los copagos para grupos de personas desfavorecidas, que se han ampliado desde 2020 y al tope en los copagos basado en los ingresos para los medicamentos recetados para la mayoría de los pensionistas.
Deficiencias existentes y recomendaciones de la OMS
A pesar de las fortalezas de la política de cobertura del SNS, el informe constata que existen importantes deficiencias en la cobertura. La cobertura del SNS en materia de atención dental y óptica es limitada. Esto conlleva dificultades financieras para algunas personas y explica el nivel relativamente alto de necesidades insatisfechas de atención dental en España. Los tiempos de espera para las consultas de atención secundaria y las intervenciones quirúrgicas son otro reto persistente y creciente.
«Todavía hay margen de mejora», señalan los autores. «Para mejorar el acceso y la protección financiera habría que ampliar la cobertura del SNS en materia de atención dental y óptica, extender los topes de los copagos a las personas en edad de trabajar, renovar los esfuerzos para reducir los tiempos de espera y tomar medidas para mitigar las barreras administrativas de acceso para los inmigrantes en situación no regularizada y los solicitantes de asilo.»