Las mujeres viven 3,2 años menos y los hombres 4,6 si viven en barrios pobres

Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba de Argentina realizaron un minucioso estudio sobre cómo impactan las condiciones socioeconómicas en la expectativa de vida de las personas de la ciudad de Córdoba. Descubrieron que las mujeres de áreas más empobrecidas viven 3,2 años menos que las que viven en mejores zonas. En los varones, la diferencia fue mayor, de 4,6 años menos

Infravivienda en la periferia de una mega ciudad en Colombia. Foto: UNAL.

En la ciudad de Córdoba hay niños y niñas que asisten a colegios con doble escolaridad y otros que no ocupan bancos porque el colectivo dejó de pasar por su barrio. Hay vecinos que todas las temporadas llenan sus piscinas con agua corriente y otros que no cuentan con ese servicio para bañarse o cocinar.

Estas desigualdades están presentes en todas las ciudades de América latina y se agudizan a medida que aumenta la pobreza.

Un estudio realizado en la ciudad de Córdoba calculó, a pequeña escala, cómo afectan distintos indicadores socioeconómicos en la expectativa de vida. Determinó que en zonas más empobrecidas la gente vive menos, en relación con aquellas que tienen las mejores condiciones socioeconómicas.

El estudio reveló que las mujeres de áreas más pobres viven 3,2 años menos, mientras que los varones viven 4,6 años menos. La investigación fue realizada por investigadoras e investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba y de la Universidad de Drexel (Filadelfia, Estados Unidos).

“En el mundo hay muy pocos estudios con este nivel de desagregación del dato. Esta investigación tiene una enorme relevancia para la salud pública local por eso la importancia de que se difunda y sirva a los tomadores de decisiones”, asegura Natalia Tumas, miembro del Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (Ciecs, Conicet-UNC), y una de las autoras del estudio.

Los investigadores dividieron a la ciudad de Córdoba en 99 fracciones censales y analizaron 40.898 muertes registradas desde 2015 a 2018. A su vez, cruzaron esa información con distintos indicadores del censo 2010 y concluyeron en que existen grandes inequidades en la longevidad dentro de una misma ciudad.

“Existen distintos indicadores que pueden repercutir en la historia de vida de una persona. Si un niño no asiste a la escuela porque el colectivo dejó de pasar por su barrio, parece un hecho aislado. Pero este estudio demostró que tanto la pobreza, como el hacinamiento y la asistencia a clases repercuten en la esperanza de vida”, explica Eugenia Peisino, epidemióloga y miembro de la Cátedra de Medicina Preventiva y Social de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC.

La experta cree que estos datos pueden ayudar a generar políticas públicas más integrales.

Presentación del trabajo “Inequidades socioeconómicas en la expectativa de vida: un análisis poblacional en la ciudad de Córdoba, Argentina (2015–2018)», publicado en la revista científica BMJ Open. Autores. Santiago Rodríguez López y Natalia Tumas (Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS, CONICET y UNC), Ana V Diez Roux, Usama Bilal, Kari A Moore, Binod Acharya, Harrison Quick, Alex Quistberg (Urban Health Collaborative, Dornsife School of Public Health, Universidad Drexel, Philadelphia, Pennsylvania, USA); Gabriel Acevedo y Eugenia Peisino (Cátedra de Medicina Preventiva y Social de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC).

Un indicador clave en salud

Durante muchos años, las tasas de mortalidad materna e infantil se consideraron indicadores claves de la realidad socioeconómica de una provincia o país.

“Antes de que la medicina diera pasos agigantados en los avances científicos, era menos frecuente que un niño, niña o su mamá sobrevivieran al primer año después del parto”, comenta Gabriel Acevedo, doctor en Medicina, profesor titular de la Cátedra de Medicina Preventiva y Social de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC y miembro titular de la Academia de Ciencias Médicas de Córdoba.

Aunque ese indicador se sigue midiendo y es de notificación obligatoria en todas las provincias, la expectativa de vida (o esperanza de vida) “resume el panorama general de la mortalidad de una población, reflejando cuántos años en promedio puede llegar a vivir una persona”, agrega la doctora y nutricionista Tumas, quien también integra la cátedra de Medicina Preventiva y Social de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC.

Tumas, quien además forma parte del Grupo de Investigación en Desigualdades en Salud y Ecología, del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona, España), resume: “La expectativa de vida es un indicador clave muy utilizado. Refleja la salud general de toda la población”.

Los investigadores «pintaron» cada una de las áreas de la ciudad de un color, según la magnitud de la esperanza de vida.

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