La Universidad Francisco de Vitoria (UFV) y la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) han celebrado el IV Foro de Nutrición Sensata, un espacio de reflexión donde se ha analizado la relación entre la alimentación, las emociones y el estrés. A lo largo del encuentro, expertos de distintas disciplinas han abordado el impacto del estado emocional en la nutrición, el papel del estrés en nuestra salud y la importancia de acceder a información veraz en un mundo donde la desinformación sobre alimentación es cada vez más frecuente.
La jornada ha sido inaugurada por Nuria Mendoza, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Francisco de Vitoria, quien ha subrayado la necesidad de adoptar una visión integral de la salud. “Cuidar nuestra salud implica atender no solo a la alimentación y el ejercicio, sino también al bienestar emocional y el descanso”, afirmó Mendoza. “Este foro nos permite seguir avanzando en un abordaje multidisciplinar que integre todas estas dimensiones”.
El encargado de clausurar el encuentro ha sido José Armando Tellado, de Central Lechera Asturiana y vicepresidente de Política Alimentaria, Nutrición y Salud de FIAB, quien ha reivindicado la importancia de contar con espacios de divulgación científica rigurosa. “En un mundo donde la desinformación prolifera, es fundamental que los consumidores tengan acceso a fuentes fiables y contrastadas”, señaló Tellado. “Cuidar de nuestra salud no solo implica elegir bien lo que comemos, sino también mantenernos activos, gestionar nuestras emociones y descansar adecuadamente”.
¿Es siempre malo el estrés?
La primera ponencia de la jornada, titulada “Programados para la supervivencia”, ha estado a cargo de Gustavo Díez, físico teórico con máster en Neurociencia, investigador y profesor de Intervenciones basadas en Mindfulness y Estilo de Vida.
Díez ha analizado el papel que el estrés ha tenido en la evolución humana y ha desmontado el mito de que siempre es perjudicial. “El estrés es una respuesta natural del organismo que nos ha permitido sobrevivir como especie. El problema no es el estrés en sí, sino cuando se prolonga en el tiempo sin darnos tregua”, explicó Díez.
El experto también ha compartido herramientas prácticas para gestionar el estrés, como la respiración consciente, e incluso ha guiado al público en un breve ejercicio para demostrar su efectividad.
Del estrés vicioso al estrés virtuoso
En la mesa redonda “Del estrés vicioso al estrés virtuoso”, los expertos han analizado cómo el estrés puede convertirse en un aliado o en un enemigo según cómo lo gestionemos.
Han participado en este debate Silvia Gismera, doctora en Psicología y profesora del Máster de Medicina del Sueño TECH; José Luis Trejo, doctor en Neurociencia y director del Grupo de Estilo de Vida y Cognición en el Instituto Cajal del CSIC; y Rosa María Molina, psiquiatra del Hospital Universitario Clínico San Carlos.
“El cuerpo se convierte en el campo de batalla del estrés, y sus efectos se traducen en problemas de sueño, alteraciones metabólicas y desórdenes alimentarios”, señaló Trejo.
Los ponentes han coincidido en la necesidad de equilibrar los factores que impactan en nuestra salud: el ejercicio, el sueño y la estabilidad emocional.
¿A qué saben las emociones?
La relación entre la alimentación y las emociones ha sido el eje central del coloquio “¿A qué saben las emociones?”, que ha reunido a la nutricionista y psicóloga Juana María Fernández, a la psiquiatra experta en trastornos de la conducta alimentaria Belén Unzeta Conde y a la divulgadora gastronómica Lola Bernabé.
“La composición nutricional de los alimentos influye en nuestro estado emocional y viceversa. Hay comidas que nos reconfortan y otras que pueden generar ansiedad o malestar”, explicó Fernández.
Unzeta, por su parte, ha advertido sobre la importancia de detectar cuándo la relación con la comida se convierte en un síntoma de un problema emocional subyacente. Bernabé ha resaltado la importancia de recuperar la cocina casera y las comidas en familia como elementos clave para una alimentación equilibrada. “Cocinar es un acto de amor hacia nosotros mismos y hacia los demás. Volver a la cocina tradicional nos ayuda a conectar con nuestra cultura y a mejorar nuestra relación con la comida”, afirmó.
Come tranquilo: el papel de la comunicación en nuestra alimentación
La jornada ha finalizado con la mesa “Come tranquilo”, donde se ha analizado cómo los mensajes que recibimos a través de los medios de comunicación y las redes sociales afectan a nuestra percepción de la alimentación y a nuestros niveles de estrés.
Jara Pérez Jiménez, doctora en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, ha presentado un decálogo para identificar noticias falsas sobre nutrición y ha alertado sobre el peligro de sacar conclusiones precipitadas a partir de estudios aislados. “En las redes sociales abunda la desinformación disfrazada de tendencia. Es clave que aprendamos a diferenciar entre información contrastada y bulos”, advirtió Pérez Jiménez.
A la mesa se han sumado la psicóloga Elena Arderius, directora del Centro de Atención Integral a la Familia (CAIF) de la UFV; el ilustrador y divulgador Pablo R. Coca; y la psicóloga sanitaria Lucía Hernández de Lorenzo.
Durante el debate, los expertos han explicado cómo la manera en que percibimos los alimentos influye en nuestra respuesta fisiológica ante ellos. “Si creemos que un alimento nos va a hacer daño o engordar, nuestro cuerpo reacciona en consecuencia, incluso si no hay una base real para ello”, señaló Hernández de Lorenzo.
Un espacio para la sensatez en la alimentaciónDesde su primera edición en 2021, el Foro de Nutrición Sensata se ha consolidado como un referente en la divulgación sobre alimentación y bienestar.El IV Foro de Nutrición Sensata ha puesto de manifiesto que la alimentación no es solo una cuestión de salud individual, sino un elemento clave en el bienestar colectivo.
La gestión del estrés, el descanso, la actividad física y la calidad de la información que consumimos son esenciales para una vida equilibrada. Pero más allá del ámbito personal, cada elección alimentaria tiene un impacto en la sociedad, en la sostenibilidad y en el modelo de producción de los alimentos. Como señaló José Armando Tellado en la clausura: “Cada vez que elegimos qué comer, estamos tomando una decisión que va más allá de nuestra propia salud: estamos influyendo en el modelo de producción, en el bienestar de las comunidades rurales y en el futuro del planeta”.